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jueves, 21 de febrero de 2008

LOS APODERADOS.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

En todos los sectores de la Fiesta de los Toros no ejercen la tiranía los toreros, ni los ganaderos.
Bien que según el escalón que ocupen en la escalera preferencial del público asistente a las plazas, se lleven un trozo más o menos grande de esa tarta económica (cómo explico en artículo anterior), pero los verdaderos tiranos de la fiesta son los apoderados de uno o de varios toreros considerados figuras.
De anomalía en anomalía han llegado a un enorme predicamento de cargos que en un principio eran subalternos, pues la acción del apoderado se estima más feliz cuanto más se aparte de los principios básicos en que la Fiesta se ha fundamentado.
Es el apoderado el primero que comienza a hablar sobre cuestiones de "negocio" y "conveniencia" de sus pordedantes. Los mismos que se toman el lema de "después de mí, el diluvio".
El cordobés Rafael Guerra Bejarano "Guerrita", quien "comercializó" la Fiesta de los toros, caso de que llegara a tener apoderado, cosa que no he podido constatar, éste nunca llegaría a gozar de privilegio alguno, porque la personalidad la tenía el propio torero, como demostró en aquella frase de "En Madrid que toree San Isidro" al no estar dispuesto a que el público no reconociera su supremacía taurina, que sin duda alguna tenía.
Menuda soberbia poseía "Guerrita". ¡Cómo para aguantar a alguién que le pusiera "cortapisas" en hacer lo que le viniera en gana!

Este apoderado moderno, hasta los tiempos de "Joselito" y Belmonte, tenía tan escasa relevancia que apenas eran conocido por los íntimos de los toreros.
"Joselito" y Belmonte tuvieron apoderados con funciones que no estuvieron nunca en oposición a las ambiciones artísticas de cada uno. Por eso en ocasiones se vieron desautorizados.
Recordemos el caso del apoderado de "Joselito", nada más y nada menos, que el día que hizo su debut en Madrid. El apoderado habia escogido, de acuerdo con el ganadero, SEIS NOVILLOS. Cuando el ganadero invitó al torero a que fuera a verlos en el campo, éste dijo:
-Don Manuel he estado viendo los novillos de Madrid y los he desechado en absoluto. En su lugar irán los otros seis del cerrado contíguo.
.....
-Pero... si esos son una corrida de toros...!
-Pues aquellos D. Manuel y no se hable más del asunto.
Al lado de esta, hay otra anécdota que se atribuye al matador de toros Manuel Varé García "Varelito" y que no quiero dejar en el tintero, pues también los menos relevantes eran capaces de tener "vergüenza torera":
El torero comprobó que no había sido incluído en el cartel de la Corrida de miura que siempre había toreado, debido a las gestiones llevadas a cabo por su apoderado que le proporcionó otra corrida más suave. De inmediato se puso en contacto con el empresario y le dijo:
-He sabido que no toreo la corrida de Miura.
-En efecto. Tu apoderado...
-Mi apoderado habrá dicho lo que quiera. Pero el que manda y sabe lo que me conviene soy yo. ¡De modo que ya me está poniendo con los miuras!
- Lo siento, pero ya no puede ser, están hechos los carteles por completo.
-Pues si no puede ser, vaya buscando quien me sustituya en los otros días. Hoy el torero ha perdido personalidad, como la ha perdido el toro. De ahí que se considere figura del toreo a cualquiera que se vista el traje de luces más de veinte veces en la temporada. ¡Sí! porque todo se ha empequeñecido lamentablemente y ello ha favorecido que apareciera la figura del apoderado, quién sin criar ni matar toros, ni exponer dinero, manda en los que los crían, en quién los mata e incluso en quién financia las relaciones entre unos y otros.
¡La cosa tiene su guasa!
En la actualidad el apoderado lucha por hacer millonario cuanto antes a su pordedante, porque para ellos la Fiesta solo ofrece un interés comercial, al igual que para los ganaderos y empresarios. Además cuanto antes su torero se haga millonario, antes lo será él también. ¡Es pura lógica!
Permítanme unas elucubraciones
¡Dinero! ¡Dinero! ¡El dichoso dinero! .
Lo que ahora, más que nunca parece ser la base de la vida, por aquello de que: "no dá la felicidad pero sí tranquilidad, y una persona tranquila es una persona feliz" en estos tiempos tan fluctuantes, tan envidiosos, tan inestables y tan fáciles de ganarlo, según se dice.
Claro que si lo miramos de otra manera, podemos ceñirnos al refrán de: "hay gente tan sumamente pobre, que solo tiene dinero".
Y digo yo, ¿por qué estar tan "aperreado" por el dichoso dinero si: "en la vida hay que escoger entre ganar dinero o gastarlo, pues no hay tiempo suficiente para ambas cosas".
Claro que al vecino hay que darle con él en las narices.
En fin, sigamos con el tema.
Las facultades motivo de contratación de un apoderado son:
Suelen adoptar la forma legal de mandato y son especificadas en escritura pública.
Suele haber dos clases:
SUJETOS A LA PATRIA POTESTAD: en este caso el otorgante es el padre del torero.
NO SUJETOS A LA PATRIA POSTESTAD: el otorgante es el torero mismo.
Actualmente este personaje, que antes solía proceder del mundo del toro a través de la faceta de matadores, banderilleros, empresarios, carniceros, aficionados etc, etc, ha cambiado de procedencia y ahora o lo es del mundo de las finanzas o del mundo informativo ya que el torero ahora está programado como si de un ordenador se tratare y la labor de marketing ha de ser realizada por quien entiende de ello, donde normalmente no están integrados la "gente del mundo del toro".
¿Donde iremos a parar?.
Esa es para mí, la pregunta del millón.