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domingo, 27 de enero de 2008

EL INDULTO.


Por LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor.

Estamos en una fase donde los toros son más bravos que nunca como han asegurado ganaderos de prestigio quienes entienden por bravura: “el que el toro siga los engaños de manera repetitiva, con nobleza y no tratando de “echar mano” a quien le está agrediendo por interponerse en sus querencias”.


Y esto es absolutamente cierto. Pero esta condición del toro se ha logrado mediante selección, a partir de aquellos animales denominados “psicópatas bélicos” por aquello de que atacaban a todo lo que se interponía entre ellos y su querencia natural.
Con ello se logró la primera premisa: que tuvieran intención de atacar. Luego, había que conseguir que lo hicieran siempre, descartando a los mansos. Y finalmente fijar estos caracteres logrando el toro bravo.
Una vez conseguido esto, que en definitiva era la “materia prima”, los ganaderos tuvieron que adaptar sus productos a las preferencias de los toreros “mandones en el escalafón taurino”, que no eran otras que: tener bondad, lentitud y largura en la embestida, que durante ella, arrastraran el hocico por el suelo, y que carecieran de fiereza y de acometividad demasiado repetitiva.
¡Demasiados condicionantes para unos animales que en definitiva procedían de bóvidos pacíficos y gregarios que en la selección tenderían de manera natural hacía la característica de su comportamiento original que era la tranquilidad y la mansedumbre!
Y este es el problema con el que se encuentran los ganaderos, puesto que, en el momento en que se equivocan lo más mínimo, en cualquiera de los condicionantes de la cría, el toro a “velocidad de vértigo” se va del lado de la mansedumbre y sacarlo de ella cuesta años, sapiencia, selección y sumo cuidado con todo lo que rodea a la cría del toro bravo.

Y como se cree que los toros que han tenido un comportamiento excepcional en su lidia en plaza, serían unas excelentes sementales, pues todo el mundo (administración, presidentes, legisladores de nuevos reglamentos taurinos y público, que no aficionados) comenzaron una carrera de cien metros lisos en busca del INDULTO como piedra filosofal de la bravura, obviando que la bravura: "es una condición muy complicada donde influyen factores genéticos, ambientales, alimenticios, manejo, orden de salida de chiqueros, recibo, suerte de varas y lidia"
Lo cierto es que ahora se indultan más toros que nunca y luego muchos de ellos no llegan a la finca de procedencia como semilla salvadora de la bravura, sencillamente porque no han sido atendidos debidamente en las primeras y fundamentales horas que siguen al perdón de su vida, motivo por el cual me he permitido incluir en este blog un protocolo que considero interesante para el ganadero y empresario puesto que en muchas ocasiones, al no contar con profesionales veterinarios especializados en estos menesteres en el momento preciso, se convierten en veterinarios por aquello de que este intrusismo no está penalizado.
Si con ello conseguimos colaborar en salvar la vida a un animal, nos damos por satisfechos, pues cumplimos con nuestra función profesional
¡Va por ustedes!

PROTOCOLO DE ATENCION A TOROS INDULTADOS.


Por LUIS ALONSO HERNANDEZ.-Veterinario y escritor.


Cuando el toro ha sido lidiado padece un estado de SHOCK.
Estado que se caracteriza por los siguientes parámetros:
- Glucemia: Disminuida. Su valor 0,3 % frente al 0,5% normal.
- Acido láctico: Muy aumentado. Su valor 65-75% frente al 5-20 % normal.
- Lípidos totales: Aumentados. Su valor 656 mlgr frente a los 350 mlgr normales.
- Hematócrito: Aumentado. Su valor 59-70 frente a 35-55 del toro normal.
Es una fase peligrosa puesto que el toro puede morir en ella

Si este estado de SHOCK es superado viene la fase de CONTRASHOCK que está caracterizada porque la liberación de adrenalina estimula al hipotálamo liberándose hormona adrenocorticotropa (ACTH) que acelera la producción de glucocorticoides (cortisol y y corticoesterona).
Se caracteriza por los siguientes parámetros:
- Aumento de la temperatura
- Hiperglucemia.
- Leucocitosis.

Al cabo de los 2 días se pasa a la fase de RESISTENCIA en que vuelven a la normalidad todos los parámetros a no ser que este equilibrio se rompa por una infección o por reabsorción de productos tóxicos procedentes de los focos traumáticos.

Finalmente viene la fase de AGOTAMIENTO con infección generaliza, postración y muerte.

¿Qué debemos hacer?

1º.- Llevarlo a un sitio tranquilo lo ideal sería introducirlo en un chiquero que tuviera buena ventilación.

2º.-Darle agua en abrevadero de agua corriente donde añadiremos azúcar y electrolitos con la finalidad de contrarrestar la hipoglucemia y hemoconcentración y combatir el estado de acidosis.

3º.- Si es posible quitarle los arpones y espolvorear las heridas con antibióticos y sulfamidas. No mojar las heridas. Aplicar suero glucosalino y aminoácidos con vitaminas B. Si hay hemorragia taponar las heridas.
Nunca transfundir sangre.
Aplicar analépticos (Remeflin). Aplicar corticoide a dosis pequeñas (Voren).

4º.- Esperar 24 horas para la primera intervención quirúrgica. l
NO UTILIZAR NUNCA ANESTESIA GENERAL.
Tratar de llegar al fondo de las heridas que miran al cielo tratando de darlas salida hacia el suelo mediante sondaje, dejando implantadas las sondas.
Inyectar un antibiótico de amplio espectro.
5º.- Al cabo de las 48 horas, renovar los drenajes y ver procedimiento de curas. Conveniencia de lavar las heridas drenadas con solución de sulfato de cobre mediante jeringa a presión.


Finalmente seguir evolución de las heridas día a día hasta total extracción de sondas y luego hasta curación completa.