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lunes, 29 de diciembre de 2025

EN TODOS LOS TRABAJOS SE DESCANSA Y...EN TODOS LOS TRABAJOS SE FUMA .

EN TODOS LOS TRABAJOS SE DESCANSA Y... EN TODOS LOS TRABAJOS SE FUMA.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Se trata de un dicho que hemos escuchado en multitud de ocasiones.
Y en el mundo de los toros no iba a ser una excepción.



Este artículo me lo ha sugerido una fotografía antigua que he visto en la Revista Dígame del día 10 de agosto del año 1948 en la que están descansando tras la muerte del tercer toro en la corrida de Conradi del 4 de septiembre del año 2012, la terna actuante: Rafael González “Machaquito”, Rodolfo Gaona y, Rafael “El Gallo” con sus cuadrillas. Unos sentados en el estribo y otros recostados sobre las tablas mientras un vistoso vehículo a gasóleo perteneciente al Servicio de Bomberos de la ciudad de Málaga en unos minutos volvía a restaurar el ruedo tras la labor de los areneros con el agua para evitar que se levantara polvo en beneficio de los espectadores más pudientes ocupantes de los localidades más bajas de las plaza.
Eran los años del 2012 cuando la vida transcurría sin prisas y con amabilidad.
Corrida en la que Machaquito actuaba convaleciente aun, de la cogida sufrida en Madrid el 6 de octubre del año anterior, por el toro “Panadero” de Gamero Cívico donde en la caída tras ser lanzado al aire, sufrió una distensión del ligamento vertebral de la base del cerebro, cuando ya había estoqueado cerca de 2.000 toros (1.042) de una estocada y, entonces se le bautizaba a los toros con nombres de profesión u oficio (Jardinero, Boticario, Tabernero o Barbero aquel miureño que se llevó prendido en el pitón derecho, tras una gran estocada, un trozo de la pechera de "Machaquito"y que llevó a la escultura  titulada “Estocada” de Benlliure.
Rafael “El Gallo” fue un gran torero que tenía “sus cosas”
Cuando en el año 1918 se fue junto a Vicente Pastor de los toros, se organizaron a modo de despedida diez corridas de toros en distintas plazas.
El Gallo” se despide en Sevilla el 30 de septiembre y en Madrid el 10 de octubre.
En Sevilla tras torear de capote con lucimiento a su primer toro tomó los trastos de matar se fue en busca de Antonio Fuentes que ocupaba una barrera le brindó en una larga perorata la muerte de ese toro que iba a ser el último de vida torera. Seguidamente hizo lo mismo con el diestro Algabeño quién también se encontraba por allí y, seguidamente brindó a un amigo suyo que ocupaba una delantera de tendido. A continuación se dirigió al centro del ruedo para brindar al público.
Después de toda esta parafernalia alegó una indisposición y tuvo que matar el toro, que no era ningún marrajo, su hermano José (Joselito) que formaba parte de la terna.
A los diez días justos en coso de Madrid donde tenía preparados otros tantos discursos, el reverso de la medalla. Saludó al Infanta Isabel que presenciaba la corrida, cumplimentó con evidente desgana al presidente de la corrida y se fue a por el toro “Carretero” N.º 18 de Contreras, un manso de solemnidad realizando una gran faena..
En Sevilla nuevamente tras una serie de discursos, ante un toro de buena condición surgió otra nueva indisposición. En Madrid ante un buey, renunció a la palabra y se limitó a matarlo.
Pero dejando aparte estas, “sus cosas” no dejó de ser un torero extraordinario, genial en sus improvisaciones artísticas y grande en sus notas de clasicismo., no en balde era gitano.
El tercero de la terna era Rodolfo Gaona el discípulo de Saturnino Frutos Ojitos” que era máxima figura en México contratado a raíz de los numerosos y sonados éxitos de la temporada anterior a esta del año 1912. Un torero de corte fino, clásico, elegante pero indolente.
El día 21 de junio de 1917 formó terna con Joselito y Belmonte en la famosa Corrida del Montepío donde se lidiaban cuatro toros de Concha y Sierra, uno de Salas y otro de Campos.
En la lidia de los cuatro primeros toros Belmonte no estuvo bien en contraste con sus compañeros de terna.
Llegado el segundo tercio del quinto toro, Gaona tomó los palos y sentó cátedra de banderillero momento en que el público puesto en pié aclamó a Joselito y a Rodolfo Gaona al tiempo que comenzó a gritar: ‘Solos!¡Los dos solos una tarde! ¡Joselito! y Gaona!
Belmonte espoleado salió del burladero en el sexto toro de la tarde y realizó una memorable faena.
Los toreros solían descansar en el intermedio de la corrida lo que no me parece mal, más bien todo lo contrario puesto que, en aquellos tiempos, la lidia era una lidia de piernas exigida por las características de los toros todo movilidad debido a su tamaño y fiereza ancestral conservada. Con lo se cumple el primer dicho que no he llegado a saber si se trataba de una estrategia para descansar por parte de los lidiadores.
Con lo que no estoy muy de acuerdo es con el segundo. Eso del fumeteo durante el desarrollo de la corrida por parte de los actuantes aunque sea en los intermedios entre toros, no es muy ético que digamos.
Algunos matadores de toros lo hacían antes del paseíllo en el patio de caballos, caso de José María Manzanares padre posiblemente para “soltar nervios” pero luego con posterioridad y ya en plena corrida solo se lo hemos visto hacer a Rodolfo Rodríguez “El Pana” torero mejicano y a José Antonio Morante Camacho “Morante de la Puebla” quienes liquidan buenos vegueros en los descansos entre lidia de toros. Antiguamente lo hacía Rafael “El Gallo”.
Podíamos considerarlo como una falta de respeto al público asistente, pero se da la circunstancia de que era costumbre aunque no se tuviera el “vicio de fumar”, asistir a la corrida con el correspondiente puro.
Yo no soy afortunadamente fumador desde hace muchos años tras haber consumido una buena cantidad de cigarrillos de todo tipo desde lo célebres negros ideales,diana kruger, cuarterón, caldo de gallina y posteriormente pasarme al tabaco rubio con los Camel, Fortuna, Marlboro. Lucky, Chesterfiel y los mentolados kool.
Cuando cumplí 33 años me di cuenta de la barbaridad que estaba haciendo y lo dejé de forma radical tras comprobar los efectos padecidos por mi padre a causa del tabaquismo
Hoy el humo me molesta pero lo soporto en las plazas de toros abiertas por parte del público asistente. 
Pero de eso a que los toreros en pleno trabajo, aunque se valgan de los descansos en la lidia, fumen, para un servidor se antoja "una pasada" que quieren que les diga.