Por LUIS
ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
En
la plaza entusiasmó a los 23. 000 espectadores que llenaban el granito de las
Ventas, menos al Sr Presidente del Festejo D. Rafael Ruíz de Medina Quevedo quien, le hurtó el segundo trofeo de
su primer toro, el nº 2. Bonito.534 Kg, nacido en marzo del 2014 y negro listón de capa, por haber quedado ligerísimamente caída la espada que arranco de
la mano del torero a diez metros del morrillo del toro en la suerte de recibir.
Después,
tras reconocer su equivocación, en el segundo (cuarto de la tarde) nº 129. Citaro. 607 Kg, nacido en enero del 2014 y negro bragado axiblanco de capa, el perfecto
volapié llevó las dos orejas a la mano
de este hombre que es puro sentimiento taurino.
Antonio
Ferrera San Marcos el torero de Buñola a
sus 41 años abre por segunda vez la Puerta Grande de Las Ventas después de 22
años de doctorado en Tauromaquia.
En
esta edición de San Isidro 2019, Antonio se salió de la monotonía de esas
faenas de tres tandas de redondos
rematadas con el pase de pecho, en muchas ocasiones, no obligado,
seguida de a lo sumo dos tandas de naturales y remate de faenas con las tan
socorridas bernadinas cuando no hay cambio de trayectoria de toro previa a
embroque.
¡Nada
de esto hizo Antonio!
Dejó
a un lado los cánones del toreo preconizados en la Tauromaquia de Montes, para
dejar correr su inspiración ante las embestidas diferentes de dos toros, para estructurar
unas faenas sublimes de distancias, cites, paros, temples, mandos y despedidas
de bureles.
Cuando
considera que ha apurado los efluvios dimanados de su inspiración, monta la
espada de matar para recetar dos estocadas distintas: la primera recibiendo
tras citar al toro desde 10 metros de distancia y la segunda al volapié como
rúbricas perfectas a sus memorables faenas.
Los
que no entienden de toros vibraron con lo que vieron y los aficionados tomaron
una dosis de oxigeno nuevo que les sacó del letargo de faenas más de lo mismo.
Ya
lo dijo Belmonte: “Se torea como se es”. El
toreo improvisado, seguro y sereno de Ferrera caló por completo en el público
de Las Ventas y en el de los que le vieron por televisión. ¡En todos!
Aficionados y lerdos en cuestiones taurinas, porque le sobra técnica pero
también inspiración y sentimiento
No
sabemos qué pasaría por su cabeza mientras estaba pasando con ajuste esas
embestidas también sinceras de sus colaboradores, pero lo cierto es que supo
ligar muletazos con la misma tranquilidad, quietud y facilidad como si
estuviera toreando algo etéreo en el patio de su casa en cualquier momento de
su diario entrenamiento.
Antonio
no necesitó ayuda para alargar la muleta en su ventajismo ante el toro.. Por
eso prescindió de él para ejecutar naturales con las dos manos y saliéndose de los cánones del toreo crear
dos faenas extraordinarias que calaron en el corazón, para sentirlas y en el
cerebro, para recordarlas de cuantos tuvimos la suerte de verlas. Faenas llenas
de entrega, verdad, sentimiento y al final….EMOCIÓN.
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