CONSEJO PARA LOS TAURINOS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
¡Nunca me gustó la política!
No sé si por la experiencia que padecí de ella
cuando mi padre fue Alcalde del pueblo a donde ejercía como veterinario titular
por espacio de casi dos décadas o por la falta de ética demostrada por muchos
de sus principales dirigentes.
Mi padre fue impuesto por el gobernador civil de
la provincia como chivo expiatorio de las divergencias surgidas entre el
alcalde que regía al pueblo al que le faltaba carácter y el sacerdote comunista que descristianizaba al
pueblo de manera progresiva y sin pausa, mientras convertía su casa en una célula
de propaganda comunista.
Un veterinario que no comulgaba con la política, que se dedicaba a cumplir de la manera más honrada posible con su profesión de función clínica y sanitaria y que no tuvo más remedio que atacar la imposición dictatorial.
Un veterinario que no comulgaba con la política, que se dedicaba a cumplir de la manera más honrada posible con su profesión de función clínica y sanitaria y que no tuvo más remedio que atacar la imposición dictatorial.
Luego, ya metido en este carro “del mal necesario”
sin remuneración económica alguna, vio
como, en su afán de mejorar al pueblo, las instancias superiores que le habían
puesto en el cargo le daban largas en sus peticiones, mientras cada vez que
acudía a la capital de provincia a requerimientos del gobernador civil y poniendo su
vehículo utilitario a disposición de la política, montaba a tres concejales,
pagaba la gasolina y la comida y a recibir órdenes como si de un recluta se tratare,
mientras sus superiores gozaban de una
buena paga, coche oficial, casi palacio gratis y dietas de todos los colores.
¡Lo mismo que ahora, pero solamente para algunos!
Posteriormente siendo un hombre hecho y derecho
viví a los “políticos del tres al cuarto” viéndoles medrar, prevaricar, apropiarse de lo
ajeno y sacar pecho ante el pueblo llano
de forma abusiva y casi, casi, ofensiva a veces.
Más tarde en la tercera edad (en la que me encuentro actualmente) veo, con verdadero estupor, como a un
presidente con mayoría absoluta, le "toman el pelo" los nacionalistas y, por miedo a perder la poltrona, protege a los huelguistas que se concentran en unas decenas de
individuos de ambos sexos ante una plaza de toros llamando asesinos a los espectadores que salen de la corrida
¡El mundo está completamente loco!
Tampoco comprendo como un joven con preparación media (en ambientes taurinos equiparable a un novillero sin caballos) que imparte clases
en una Universidad, con 1.500.000 votos se convierte en la tercera fuerza
política de un país que está “hasta el gorro de los políticos” pero que no es
capaz de poner “pie en pared”
Resulta que el nuevo secretario general del PSOE
se opone de entrada abiertamente a la Fiesta de los Toros que aparte de ser la Fiesta Nacional
representa una inyección económica importantísima para la economía del país y
cómo, ante esta actitud, la Real Federación Taurina de España no se moviliza y
pone en “pie de guerra” a los cerca de ese millón y medio de aficionados y
espectadores con que cuenta y colapsan Madrid como ya lo hicieron los cazadores
obteniendo resultados positivos y para que el gobierno se entere de una vez por
todas que esa mayoría es amante de los toros y que de ahora en adelante van a
responder con las mismas armas utilizadas por los antitaurinos que se la están
jugando tarde tras tarde ante una plaza de toros cuando increpan a los miles de
espectadores que salen de una corrida de toros.
Espectadores cuyo estado de ánimo a la salida del evento artístico tradicional depende del resultado del festejo. Malhumorados; porque la corrida
fue un petardo o eufóricos; porque fue un dechado de arte, pero en cualquier
caso estos señores pueden resultar peligrosos cuando se enciende la mecha
consecuencia de los insultos por parte
de estos antitaurinos.
¿Por qué no formar un partido político denominado
“Por nuestra Fiesta” donde se agruparan los dos millones de amantes de los
toros y sacaran representación en la
Comunidad Económica Europea para desde allí, metidos en el “meollo de la
cuestión” ,lucharan en directo por la
defensa de su afición que este caso es la Fiesta de los Toros?
Este blog que de momento solamente tiene 170 y
tantos mil seguidores, podía multiplicarse dando publicidad a este artículo, y convertirse en plataforma de
lanzamiento para recoger firmas en pro de nuestra Fiesta y colaborar a la
creación de ese partido denominado “Por nuestra Fiesta” que acallara a los
antitaurinos y presionara a los políticos que no solo no luchan por las tradiciones de
su pueblo sino que tratan de eliminarlas.
Y que conste que no me mueve ninguna apetencia política porque, como dije al principio, es una ocupación que no me gusta al ser poseedor de valores fundamentales inculcados por mis padres, potenciados y consolidados en mi preparación universitaria, en los que se descarta la figuración, la corrupción y el derecho de pernada.
Y que conste que no me mueve ninguna apetencia política porque, como dije al principio, es una ocupación que no me gusta al ser poseedor de valores fundamentales inculcados por mis padres, potenciados y consolidados en mi preparación universitaria, en los que se descarta la figuración, la corrupción y el derecho de pernada.
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