¿POR
QUÉ PADILLA OCUPA ESE ESCALÓN EN LA ESCALERA DEL TOREO?
Por
Luis Alonso Hernández. Veterinario y escritor.
Al
personal que asiste a una corrida de toros, se le sensibiliza de dos maneras: o
impresionándole con la belleza de un toreo artístico por su cadencia,
acompasamiento de brazos y cintura en la ejecución de los lances de capote y
seguidamente por la composición de la figura, la colocación, el temple y el
remate a la cadera de los pases de
muleta para conseguir el ligazón de los mismos; o bien por el valor, la
predisposición, las ganas de tratar de conseguir el triunfo estando por encima
de las condiciones del oponente por mucha incertidumbre que éste posea en su
embestidas.
Quienes
formen terna con Juan José Padilla han de salir a la arena con los machos bien
apretados. Dispuestos a dejarse hasta la vida si quieren quedar por encima de
el “Ciclón de Jerez”, puesto que éste nunca escatimará esfuerzos en su
quehacer, por muy complicado que sea el astado que le toque en suerte.
Conozco
un poco a Padilla y soy consciente de las cualidades que atesora. Las resumiré
en dos apartados:
Humano:
Humildad, humanidad, simpatía, memoria fuera de lo común y compañerismo por
encima de todo.
Taurino:
Orgullo torero, vergüenza, honradez, respeto profundo al público y saber
sobreponerse al sufrimiento por su valor desmedido. ¡Padilla es un triunfador nato!
Por
todo esto también se ha ganado al público de México que ha podido comprobar “in
situ”su predisposición y su valor.
Se
trataba de una corrida de ocho toros del hierro de La Soledad. Los diestros
Fabián Barba y José Mauricio habían cortado una oreja cada uno (Alfredo
Gutiérrez no había tenido suerte).Padilla en su primero había estado
superiormente en los tres tercios. Concretamente la faena de muleta fue de
pases artísticos y lentos, pero falló a espadas.
En
su segundo (quinto de la tarde) Juan José salió a “revienta calderas”. Comenzó
con una larga cambiada de rodillas y seguidamente toreó de capote con gusto y
cadencia. Pareó extraordinariamente y comenzó la faena de muleta con las dos
rodillas en tierra, para rematar con un afarolado de muleta donde fue derribado. En el suelo el toro hizo por él, propinándole dos puntazos en la cara que
llevó el dramatismo a la Monumental de Insurgentes.
No
se arredró el jerezano que enrabietado continuó toreando al astado agresor en
medio del clamor del público enervado por el valor demostrado por Padilla ante
un toro repetidor y con motor que estaba dotado de esa picante fiereza que da
emoción a las embestidas. Posiblemente
de haber acertado con la espada en el primer envite, hubiera cortado las
dos orejas. Todo quedó en un trofeo que paseó triunfalmente por el ruedo.
La inteligencia de Padilla le había puesto en aviso que el público que en número de unos 7000 almas ocupaban parte del inmenso graderío de La Monumental de Méjico, era más festivo que aficionado de ahí que optara por el toreo espectacular.
PARTE MÉDICO DE JUAN JOSÉ PADILLA.- Durante
la lidia de muleta de su segundo toro el matador de toros Juan José Padilla fue
arrollado y empalado por el toro sufriendo múltiples contusiones, siendo la más
severa en el borde mucoso del labio inferior derecho que originó herida de 3
centímetros que lesiona el músculo orbicular y penetra con herida de 4
centímetros a la cavidad bucal. Al parecer no hay lesión de piezas dentales, ni
mandibular. Fue operado en la enfermería de la plaza con muy buenos resultados.
Sin embargo, continuará bajo vigilancia médica externa. Firmado: Dr. Rafael Vázquez Bayod.
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