LA SEPTIMA Y ULTIMA CORRIDA DE LA FERIA MATEA VALLADOLID 1980.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Los toros de Victorino Martín que pastan en Galapagar (Madrid) despertaron gran expectación y por ello la plaza se llenó hasta la bandera a pesar de que el cielo entoldado presagiaba lluvia.
Y estos astados compusieron una corrida terciada donde destacaron los cuatro primeros toros bravos y nobles. Solamente el quinto presentó algunos problemas y el sexto fue el marrajo de la corrida al acusar sentido.
Estos “inteligentes “ toros de Albaserrada que los hermanos Escudero Calvo vendieron a Victorino Martín, hicieron una buena pelea en varas y tras arrastrar el morro por los suelos durante los lances y muletazos, murieron en los medios con la boca cerrada. Estuvieron con casta casi sobrada a pesar de lo cual fueron verdaderos bombones para el toreo. Toros que llevaban las orejas prendidas con alfileres.
Manolo Cortés (tabaco y oro) en su primero que dio un peso de 489 kilos tras brindar a Paco Camino que se encontraba en un burladero del callejón, realizó una faena carente de quietud, donde solamente consiguió con quietud tres o cuatro muletazos, que acreditaron el arte que atesora..
Mató de pinchazo y media estocada delantera. Su labor fue silenciada.
En su segundo que pesó 471 kilos tampoco el gitano de Gines asentó las zapatillas en la arena, no obstante lo cual estuvo más seguro si bien pecó de ayudarse con el simulado en los naturales. Mató de estocada delantera y descabello al segundo intento. Ovación y Saludos desde el tercio.
Francisco Ruiz Miguel (rosa palo y oro) en su primero un toro con 449 kilos de peso, realizó una faena vibrante en medio de un aguacero que el público aguantó estoicamente porque tenía los "congojos en el cuello" nada más ver a un toro corniveleto al que el diestro de San Fernando recibe con verónicas ajustadas a las que va ganado terreno hasta rematar con una excelente media en el centro del ruedo.
Tras dos varas y dos pares de banderillas Ruiz Miguel sin zapatillas, tras brindar la muerte del toro al respetable, se va a por el astado, atornilla los pies en el barrizal y se pasa una y otra vez al victorino por la barriga en unas series de pases largos y profundos. Cuando se paran toro y torero la ovación es atronadora. Otra nueva serie en medio de la angustia de los espectadores que temen el resbalón y la cornada. Al rematar la serie otra gran ovación. El público angustiado pero Ruiz Miguel como si fuera un novillero que empezara, más series de muletazos metido entre los pitones. Cuando al final dobló el victorino de un estoconazo en las péndolas el público pidió las dos orejas que presidencia concedió justamente. Se pidió el rabo que fue intercambiado por dos vueltas al ruedo sin que nadie del público abandonara las localidades de los tendidos a pesar de calarse hasta los huesos. ¡Había merecido la pena ver una faena emotiva y seria de un torero con agallas!
En su segundo un toro con 517 kilos, bastote y fuera de tipo que suscitó rumores entre los buenos aficionados de los tendidos que vieron la implantación del hierro demasiado reciente y pensaron que Victorino había repescado un toro de otra ganadería. El toro carecía de codicia y se dejaba hacer, por lo que Ruiz Miguel se metió entre los pitones y acabó asustando a público y al toro.
Mató de un estoconazo hasta las péndulas en el sitio y se le concede una oreja que pasea triunfalmente en medio de la lluvia pertinaz.
“El Niño de Aranjuez” (azul purísima y oro) a su primero que dio en tablilla 487 kilos, después de pararle bien de capote le instrumentó una buena faena de muleta en varias series que fueron aplaudidas. ¡Un gran toro! que estuvo por encima del torero
Mató de pinchazo y gran estocada en la yema que le valió la oreja que presidencia concedió tras petición unánime del público.
En su segundo que pesó 471 kilos y que fue el marrajo de la corrida bastante hizo con estar delante y aliñarle. Mató de pinchazo y estocada siendo aplaudido.
También Ruiz Miguel Y “El Niño de Aranjuez” brindaron a Paco Camino que ocupaba burladero junto al Excmo Sr. D. Ángel Campano Capitán General de la VII Región Militar y Pablo Barrigón amigo del diestro de Camas.
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