CARLOS ZÚÑIGA JUNIOR, VEEDOR DE LA EMPRESA DE LAS VENTAS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Le he conocido muy de cerca, desde sus comienzos en el mundo del toro llevado de la mano de su padre Carlos García Manso (Carlos Zúñiga taurino), novillero que allá por los años de 1962 actuó con éxito en León y más tarde en el año 1966 alcanza un importante éxito en Dueñas al desorejar a un novillo de María Sánchez de Terrones, tras haber pasado discretamente por Vista Alegre de Madrid en el año 1963. Fue un torero elegante y fino pero que no triunfó al tener que competir con las grandes figuras novilleriles de aquel entonces.
De siempre la inclinación de Carlitos tendió hacia el mundo del toro a pesar de haber cursado estudios universitarios en sus comienzos. El se declinaba por los largos viajes en coche visitando ganaderías y sacando conclusiones sobre los productos que criaban. El conducir le gustaba y en el momento que pudo también lució coches todo terreno de alta gama necesarios para cumplir su función.
Ha vivido y vive para el toro, estudiando hasta los más mínimos detalles de los encastes, por lo que redescubre aquellas ganaderías que estaban en el olvido y él lleva a los cosos que su padre regenta como gerente de Circuitos Taurinos. Ganaderías que encumbra y coloca en la cresta de ola de las empresas importantes.
Basó su trabajo ganadero en las ganaderías de Conde de Mayalde, Pinto Barreiros, Laurentino Carrascosa, Varela Crujo y Sánchez de Ybargüen.
Colaborando con su padre, edita carteles lujosos que son verdaderas joyas de arte para anunciar los festejos de las plazas de toros que regentan. Carteles que comprenden verdaderas ternas tanto en toros como en toreros y que el público taurino en su mayoría no supo valorar.
¡Trabajo, Trabajo y Trabajo bien hecho! Que le llevaría a que la empresa que en la actualidad rige los destinos de Las Ventas se fijara en él como veedor conscientes de su valía para tal cometido.
Hoy he querido traerle a mi blog, y lo he hecho sin su consentimiento consciente como soy que no le parecerá mal mi atrevimiento para juzgarle y exponer una amplia visión de su personalidad, pues de siempre hemos sido amigos si bien ahora un poco distanciados a consecuencia de venirme a vivir, tras mi retiro, a Tarifa.
Es Carlitos Zúñiga un joven valor taurino en una faceta fundamental para el desarrollo de la Fiesta. La faceta de Veedor.
Para él es importante que el toro posea FUERZA y MOVILIDAD. Una vez encontradas estas premisas primordiales, sigue en búsqueda de la nobleza, clase, recorrido y buen comportamiento con el caballo de picar.
En todo momento busca el toro bien hecho, el armónico, el bajo de agujas, con cuello, fino de cabos y de fina expresión, si bien es consciente que el toro bien hecho pesa poco y esto puede ser un inconveniente para su lidia en plazas de 1ª donde el peso prima.
En cuanto a la cabeza siempre se fija en aquellos toros cuya cara quepa bien en la bamba de la muleta para que sea atractivo, por no molesto, a los lidiadores.
Seguidamente cuando encuentra los elementos apropiados ha de buscar la corrida armónica, homogénea y pareja que sea capaz de convencer a los veterinarios encargados del reconocimiento y pase de la corrida a lidiar.
También ha podido constatar que hay toros que no siendo muy bonitos de hechuras lucen en la lidia y eso también lo tiene en cuenta en determinadas ganaderías.
Pero ante todo para este joven y, sin embargo experimentado veedor, los fundamentos de un buen toro están en la MOVILIDAD, la FUERZA y la RAZA.
Amigo Carlos, sigue formándote puesto que personajes como tú, son muy necesarios para que el elementos fundamental de la Fiesta no se venga abajo.
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