A DOÑA ESPERANZA AGUIRRE, PARA QUE SE RECUPERE DE INMEDIATO.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
La Presidenta de la Comunidad de Madrid se ha caracterizado siempre por la defensa de la Fiesta más nacional, por ello he querido dedicarla este artículo cuando afortunadamente ha superado un problema mamario.
Las primeras corridas de la Beneficencia madrileña se celebraron hace 274 años.
La Diputación Provincial de Madrid organiza desde el año 1856 una corrida extraordinaria denominada, por su específico fin, Corrida de la Beneficencia que de siempre ha sido considerada como la más famosa y suntuosa del año.
Los enfermos de la Villa y Corte de Madrid recibieron la ayuda de los festejos taurinos desde el año 1749. Los ingresos líquidos de la lidia de toros celebrada en el coso construido con dineros del monarca Fernando VI fueron destinados a beneficio del Hospital General de Madrid cuya propiedad les concedió también el monarca en el año 1754.
No obstante las más vetustas corridas de Beneficencia datan de las celebradas los días 19 y 30 de septiembre del año 1737 en la plaza de madera que se había levantado en el Soto de Luzón y cuya licencia para celebrar tres corridas de toros con el fin de reparar el puente que conducía a la Ermita de San Isidro Labrador situada al otro lado del río Manzanares. Licencia que se encuentra reflejada en un libro editado en el año 1957 por la Diputación Provincial de Madrid que presidía el Marqués de Valdavia y que era original del padre Baltasar Cuartero y Huerta, titulado “Relación histórica de la primera plaza de toros circular construida en Madrid” que corresponde a la Real Academia de la Historia y que fue otorgada por el rey Felipe V en el año 1737 a la Archicofradía Sacramental de San Isidro. Dichos festejos celebrados los días 7 y 22 de agosto y 9 de septiembre, produjeron unos beneficios de noventa y tres mil seiscientos veinticuatro reales con quince maravedíes.
Naturalmente todos estos acontecimientos dieron origen a investigaciones por parte de Diego Ruiz Morales que llevadas a la Unión de Bibliófilos Taurinos presidida por Conde de Colombí, acabó en la publicación de un folleto titulado “Datos inéditos de de historia taurina madrileña” donde se esclarece, en perjuicio de Sevilla, que el primer cartel taurino conocido, no es el de Sevilla de 1761 propugnado por el Marqués de Tablantes en sus “Anales de la plaza de toros de Sevilla” sino el que se custodia en el Archivo del Ayuntamiento de Madrid referido a las corridas de rejones celebradas los días 9 y 30 de septiembre del año 1737.
Se trata de un cartel editado sobre un pliego de papel blanco de 42 X 31 centímetros que anuncia respectivamente, ganado de Robles y de la serranía de Ávila; por la mañana saldrá D. José Rodríguez con vara de detener, y por la tarde, los caballeros rejoneadores D. Gonzalo Gamboa y D. José Fernández de Cadorniga.
Era normal el empleo de carteles impresos para anunciar las corridas a celebrar en la primera plaza que hubo en la Puerta de Alcalá. No se halló ejemplar alguno del primer cartel pero sí del referente al segundo festejo celebrado el martes 20 de agosto donde se lidiaron diez y ocho toros manchegos de la vacada de d- Francisco Quintanar de Alcázar de San Juan; por la mañana para un aficionado andaluz que pondrá varas de detener, y por la tarde romperán garrochones D. Alejandro de Villacorta y D. Pedro Luis García. Retirados estos, seguirá la Fiesta con algunas diversiones de lanzada de a pie, banderillas de fuego y otras gustosas diversiones.
La historia verdadera de este festejo es que el 23 de agosto del año 1737 el gobernador del Supremo Consejo de Castilla, fray Gaspar de Molina, accedió a la petición formulada por D. Fernando Varela, tesorero de los Reales Hospitales, con la finalidad de reforzar las rentas de que disfrutaban, autorizándoles para que hicieran dos fiestas de toros aprovechando la plaza de madera construida en el Soto de Luzón y antes de que fuera derribada.
Desde hace años la Corrida de Beneficencia en Madrid viene celebrándose a mediados del mes de junio. Los carteles suelen confeccionarse en base a los triunfadores del ciclo de San Isidro, pero la plaza no suele llenarse atribuyéndose la causa a que los aficionados se han hartado de ver toros en el largo ciclo isidril, y ahora más recientemente, a la crisis económica que no puede menos de afectar al mundo taurino.
La última edición fue presidida por la Infanta Elena acompañada por Dª Esperanza Aguirre quienes vieron en vivo a los matadores Morante de la Puebla, Daniel Luque y Cayetano Rivera estoquear toros de Núñez del Cuvillo.
Dª Esperanza hace unos días sufrió operación de cáncer mamario en el Hospital Clínico San Carlos y tras el análisis anatomopatológico del “ganglio centinela” no apareció, afortunadamente, la temida metástasis.
¡Ánimo señora, repóngase con prontitud que la Fiesta la necesita!
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