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lunes, 16 de agosto de 2010

LA CORRIDA DEL CATORCE DE AGOSTO EN FACINAS.
Por Luis Alonso Hernández. Veterinario y escritor.
Una plaza portátil instalada en tierra de labor anexa al campo de deportes. En ella, el empresario linense Curro Escarcena tuvo el valor de montar, con la “que está cayendo”, la corrida de la feria de Facinas.
Trató de buscar aliciente para que el público acudiera. Y lo encontró en el Homenaje al picador local Antonio García Melero “El Cali” que se despedía del toreo activo y en la alternativa del torero algecireño Adolfo Suárez novillero con picadores desde el año 1998 y que llevaba sin vestirse de luces desde el 2005. Logró llenar casi 3/4 plaza que no es poco mérito en estos tiempos de penuria tanto económica como taurina.
Luego…el dichoso levante, que tantas corridas ha estropeado por estos lares, hizo su aparición con fuerza de 12 nudos en medio de una temperatura de 26ºC e imposibilitó el toreo al que se sumó la poca casta de los toros carlinos que fueron santo y seña de la cabaña de bravo nacional allá por los años 60, pero que ahora están muy lejos del mítico encaste que logró D. Carlos Núñez Manso.
Toros bastotes, astigordos, de extremidades gruesas y faltos de afectividad por embestir, que estaban como sumidos en un sopor y que su propietario, actualmente Presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia, haría bien en ponerse en manos de los veterinarios de dicha Unión para que investigaran las posibles consecuencias de las ondas electromagnéticas generadas por los molinos de energía eólica instalados en Tapatana, sobre la psiquis de estos cornúpetas.
Toros que de salida en ningún momento remataron en los burladeros, que fueron muy tardos en las embestidas y se refugiaron en los terrenos de nadie para no ser molestados por los capotes ofrecidos por la torería. Embistieron a oleadas geniudas, sin fijeza y convicción, y por descontado carecieron de la embestida más larga de la cabaña brava nacional que en tiempos pasados atesoraron.
Toros que no apretaron a los caballos, porque sus madres no fueron seleccionadas acorde con este parámetro de bravura, pero que tampoco en la muleta entraron por derecho y con el morro por el suelo, sino distraídos y con la cara por encima de la media altura que nos hace dudar del bien hacer del ganadero al que siempre consideramos suficientemente preparado para estas funciones.
Luego… los alicientes esgrimidos por Curro Escarcena, tampoco estuvieron acertados. “El Cali” no figuró como montado entre los dos picadores del paseíllo. Tampoco sus compañeros le hicieron el pasillo para que su figura fue exaltada, limitándose el homenaje a la entrega de una placa por el Alcalde de Facinas que tardo en bajar del palco presidencial, mientras la terna de matadores alternante esperaba en la arena la llegada de la máxima autoridad local. Picó el tercer toro de la tarde, sin suerte, porque la autoridad del festejo le mandó salir sin que el toro estuviera fijado, y así el astado en un arreón al relance de un capotazo, se fue por él y bastante hizo con retenerlo momentáneamente con un picotazo trasero antes de que el toro saliera suelto tras sentir el hierro en sus carnes. En la segunda entrada, también sin colocación previa, la puya quedó caída, no obstante lo cual fue despedido con una ovación en reconocimiento a la fuerza de su brazo por parte de sus paisanos y muchos asistentes al festejo.
El segundo aliciente, Adolfo Suarez, estuvo más que entonado en el toro de su alternativa, en medio del vendaval, con un toro descastado, sin afectividad y sin malas intenciones. ¡Demasiado puesto, para estar en el paro taurino desde hace cinco años!
Y voy con el relato de lo sucedido.
Con 14 minutos de retraso sobre las 19,00 prevista para el comienzo, y tras unas palmas de tango por parte del público asistente, aparece el pañuelo blanco en el palco presidencial y se abre la única puerta doble de la portátil para que los toreros actuantes realicen el paseíllo.
Curro Escarcena (azul cielo y oro), Benjamin Gómez (rosa palo y oro) y en el centro Adolfo Suárez (blanco y oro) que tomará la alternativa. Precede a la comitiva torera, una amazona vestida de corto con un traje gris azulado que monta un caballazo enorme y destartalado.
Tras deshacer el paseíllo y el toreo al miedo por parte de los toreros, se procede a la ceremonia de entrega de una placa a “El Cali” por parte del Alcalde-Presidente de la Corrida.
Con sonido de la trompeta de la orquesta que ameniza el espectáculo sale al ruedo el primer toro. Luce el hierro de Iruela y el número 89 en los costillares. Se frena al llegar a los burladeros para, tras recibir dos capotazos de saludo, emplazarse. Un toro que se vence por el pitón derecho y que pierde las manos al tercer capotazo del toricantano.
Con pases por delante sin cruzar lo lleva al caballo de picar que monta Manuel Morales quien se agarra muy trasero y perjudica al animal quien a a raíz del puyazo, muestra debilidad en las extremidades posteriores al haber sido tocada alguna terminación nerviosa medular. Adolfo Suárez se desmontera solicitando el cambio de tercio que es concedido.
En banderillas con buena lidia de Sergio Rubiales, Juan Pedro Muriel las deja arriba. Óscar Herrera las tira y deja un palo arriba. Con tres palos se cambia el tercio de manera antirreglamentaria..
Ceremonia de alternativa en la que Curro Escarcena le recita al toricantano una larga perorata. El nuevo matador de toros brinda la faena de su primer toro a sus padres que ocupan tendido bajo presidencia.
Comienza su faena doblándose por ambos pitones para vaciar el comienzo con un pase de pecho sobre la mano derecha.
Da distancia al toro. Muleta en la mano derecha. En medio de los sones de la música, dos redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha y dobla con el de pecho sobre la izquierda. Aplausos.
Nuevo distanciamiento. Con muleta sobre la mano derecha, le ofrece el pecho y logra tres redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Muleta sobre la zurda ayudándose del estoque simulado para obviar los inconvenientes del fuerte viento. El toro muy quedado carece de afectividad para embestir. Dos naturales ayudados que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Nuevamente insiste sobre la izquierda pero no hubo forma de sacarle al quedado toro un solo muletazo. Trata de hacerlo sobre la mano derecha sin conseguirlo. Nueva insistencia sobre la mano izquierda y el toro que no embiste.
Faena anodina por culpa de un astado que no ha hecho honor a su condición de toro bravo.
Con indicaciones de “El Merlo” tratando de dar emoción a la faena, Adolfo se pone de rodillas y enlaza una serie de cuatro pases de pecho de rodillas donde en los efectuados sobre el pitón derecho se ha visto acosado por el toro dotado de este defecto de ceñirse por ese lado desde principio de faena.
En la suerte natural logra más de media estocada arriba. El toro tarda en doblar, se amorcilla muy distanciado de las tablas. Adolfo toma el estoque de cruceta y nos da un recital de siete intentos fallidos. Suena el primer aviso. Cambia de estoque de descabellar y acierta al primer intento.
Tras ser arrastrado el toro las palmas de los algecireños sacan al torero al tercio para saludar.
¡Bastante mérito ha tenido con estar delante de semejante ejemplar!
El segundo de la tarde es un colorao que luce el numero 24. Un toro ligeramente aleonado, regordío y astigordo que tampoco de salida remata en los burladeros.
Curro Escarcena lo saluda con un lance doblándose tras flexionar la rodilla derecha. El toro sale suelto y se refugia en los terrenos de nadie. “Corruco de Algeciras” lo lleva a terrenos de su matador. Dos nuevos lances de Escarcena que abrocha con una media sobre el pitón derecho y una revolera sobre el pitón izquierdo.
Curro Escarcena con lances por delante sin cruzar lo lleva al caballo de picar. El piquero se agarra caído y trasero y el toro sale suelto de la lucha con el montado.
Cambio de tercio a petición del matador y “Corruco” se hace cargo de la lidia, doblándose con él, para enseñarlo a embestir. Nieto clava un buen par si bien resulta achuchado siendo quitado oportunamente por Suárez.
Ceremonia de devolución de trastos de alternativa.
Curro Escarcena brinda al público y deposita con mimo la montera sobre la arena de la portátil. Se va a las tablas para mojar la muleta, y tras montarla sobre la mano derecha, se va en busca del toro.
Lo cita de largo con la muleta adelantada. Aguanta la embestida a la que sigue una tanda de tres nuevos redondos que remata con un natural y el pase pecho sobre la mano izquierda.
Un pase por alto lo deja colocado para seguir con el toreo por redondos. Serie de cuatro excelentes redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
¡Muy valiente Curro! que ha logrado una serie de tres buenos redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Con la muleta en la mano izquierda lo cita de largo logrando una serie de cuatro buenos naturales que remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Sigue valiente Currro Escarcena a pesar de que no encuentra el sitio adecuado para adaptarse a las características del toro. Muleta en la mano derecha. Dos redondos que, tras cambio de mano de muleta, finaliza con un desplante.
El viento no le deja montar la muleta sobre la mano izquierda. Toreo sin encontrar el sitio adecuado.
En la suerte natural haciéndolo todo el torero, logra una estocada casi entera ligeramente tendida y desprendida de la que el toro dobla.
El puntillero acierta a la primera y se pide la oreja que el presidente concede. Se insiste en la petición y finalmente se conceden las dos orejas.
Ante mi extrañeza de que el toro sea aplaudido en el arrastre mi compañero Juan Moya me asevera que no es al toro al que se aplaude sino a la labor de las mulas linenses de los hermanos Alonso. ¡Buena matización!
El tercero de la tarde está más en las característica del encaste Núñez. Luce el número 14, toro más fino de cabos que remata en el burladero al ser llamado por un peón.
El toro se emplaza y cuando acude a los engaños pega gañafones, consciente de lo que se deja atrás y reponiendo en exceso.
El toro nada más ver a “El Cali” se va a por él y el piquero se agarra muy trasero. El toro sale suelto. En la segunda entrada se agarra caído y delantero no obstante lo cual el paisanaje lo aplaude.
Cuando se cambia el tercio un señor del público pide un aplauso para “El Cali” y el público puesto en pie despide al piquero con una gran ovación.
En banderillas en el primer par el toro en el momento del embroque pierde las manos y el banderilleo deja un palo arriba. El tercero de la cuadrilla realiza muy bien la suerte pero en la ejecución deja un solo palo arriba. Se cambia el tercio con dos palitroques en lo alto. ¡Nueva transgresión del reglamento!
Benjamín Gómez comienza su faena muy cerrado en tablas y como el viento aprieta y el toro se cierne por el pitón derecho, el diestro pasa apuros en su intento de doblarse por derechazos.
A un toro sin fijar hasta el momento, lo torea por redondos para rematar con el pase de pecho sobre la mano derecha y doblando con el pase de pecho sobre la mano izquierda. Comienza a sonar la música.
Muleta en la mano izquierda. Logra un natural, Tras buscar nuevamente el sitio, y ayudándose con el estoque simulado, logra dos redondos que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
A un toro muy distraído le roba tres buenos redondos perdiendo en el último la muleta. Sigue toreando sobre la mano derecha. En uno de los redondos el toro lo “echa mano” pero el torero sale de la cara rodando con gran agilidad.
El toro desde este momento sabe lo que se deja atrás. Comienza reponer mucho y ya no tiene un solo pase por ese pitón.
Tras doblarse por ambos pitones, en la suerte contraria logra una estocada caída y tendida que el toro la escupe. En la segunda entrada y en la misma suerte logra un estoconazo perpendicular.
Capoteo de los subalternos. El matador que pide el estoque de cruceta con que falla en siete intentos acertando finalmente al octavo.
Tras el arrastre del toro Benjamín ha de salir al tercio a corresponder a los aplausos del público.
El cuarto es un toro jirón muy característico de este encaste. Número 42. Curro Escarcena lo recibe con una larga de rodillas en el tercio. Ya de pie el toro se frena mucho en las verónicas con que le saluda el linense. Un arreón de improviso desarma a su matador.
En la suerte de varas, el piquero se agarra muy trasero a un toro muy violento que cabecea con verdadero furia. Rectifica el puyazo mientras el toro sigue apretando en medio de las protestas de un público que no comprende el castigo necesario.
Curro Escarcena trata de hacer un quite, pero como el toro duda en la embestida el torero no se confía.
En la primera entrada al caballo el piquero se agarra perfectamente arriba. Es aplaudido por una parte del público mientras la otra protesta por la vara.
Nieto se queda con el toro mientras se retira el picador. “Corruco” coloca un excelente par de banderillas si bien se cae una de ellas. El tercero deja un solo palo arriba y con dos palos se cambia el tercio. ¡Otra transgresión más al reglamento por parte del presidente de la corrida que no es precisamente el conde de Romanones!
Curro Escarcena comienza su faena por alto a un toro muy complicado. Ha de irse a la barrera para humedecer la muleta porque el viento ha arreciado.
Muleta en la mano derecha. Toreo por redondos sueltos a un toro que solamente obedece a un toque fuerte. Un toro muy distraído que embiste a arreones en uno de los cuales atropella a Curro propinándole un fuerte golpe en el pecho y librándose milagrosamente de una cornada que pudo ser mortal.
El toro está muy quedado. Duda en la embestida lo que unido a que el viento ahora es un huracán, y el torero no se coloca en el sitio adecuado para realizar los pases, la faena resulta embarullada pero emocionante ante el evidente peligro del toro.
Busca la igualada. En la suerte natural pinchazo arriba sin soltar. En la misma suerte, menos de media estocada atravesada. Tras sacar el estoque, entra nuevamente a matar en la suerte contraria. El toro no hace nada por él mientras Curro trata de profundizar el estoque en la misma cara del toro.
Falla dos intentos de descabello y finalmente acierta de manera espectacular. Al ser arrastrado el toro Curro Escarcena es ovacionado.
Sale el quinto. Remata en el burladero con violencia ante la insistencia de los banderilleros.
Un toro que muestra media arrancada y carencia de afectividad por embestir.
En la suerte de varas el piquero agarra un picotazo caído con el que se cambia el tercio a petición de Benjamín Gómez.
En banderillas el primero de la cuadrilla coloca un buen par. ¡Se cambia el tercio con un par de palos arriba! ¡Hasta ahora no hemos visto tres pares de banderillas y nunca dos en lo alto!
Benjamín comienza doblándose por ambos pitones ante un toro dotado de media embestida.
Con la muleta en la mano izquierda un natural que abrocha con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Muleta en la derecha. Dos redondos que, tras martinete remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Sigue sobre la derecha. Por dos veces está a punto de ser “echado mano”.
Muleta en la mano izquierda. Le roba dos naturales enganchados por no rematar por debajo de la pala del pitón. Remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Muleta en la mano derecha. Como ha encontrado la distancia adecuada logra tres buenos redondos que abrocha con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Nueva serie de tres redondos dados de uno en uno porque ahora no ha encontrado la distancia adecuada para realizar el toreo.
Ya en las cercanías, le roba un redondo. Otro más, e intenta el pase de pecho sobre la mano derecha que consigue a medias porque el toro tiene media arrancada.
Hace el péndulo delante de la cara del toro sin que este siga el movimiento de la muleta.
Al tratar de hacer un desplante el toro lo empala por la entrepierna y lo lanza al aire a una altura de tres metros. Cae de pie y nuevamente lo empitona lanzándole a tres metros de distancia para nuevamente caer de pie.
Prolongando excesivamente la faena por espacio de catorce minutos contabilizados, sigue dando mantazos hasta que por fin se decide por buscar la igualada.
En zona de chiqueros y en la suerte contraria logar una estocada entera en todo lo alto de la que el toro dobla. El puntillero falla por tres veces.
El público puesto en pie comienza a pedir las orejas. Tras ser concedidas pide el rabo que el presidente concede una vez que el toro está en el desolladero por lo que la alguacililla ha de esperar con las orejas en la mano la llegada del rabo para entregársele a Benjamín.
En la vuelta al ruedo triunfal le tiran una gallina.
Sale el último de la tarde noche. Es un negro listón al que Adolfo Suárez saluda con unas excelentes verónicas que han sido lo mejor de la corrida y que remata con una revolera.
Con tres capotazos por delante sin cruzar lleva el toro al caballo y el piquero “El Sebas” lo pica en la parte media de la paletilla izquierda. En la segunda entrada y prácticamente haciendo la suerte de la aceituna se agarra trasero.
En banderillas el primero deja un palo arriba. El tercero de la cuadrilla deja los dos palos pero caídos y desiguales de colocación.
Adolfo brinda al público.
Comienza la faena de hinojos con cuatro pases por alto de rodillas. En uno de ellos está a punto de caerse el matador y en otro es el toro el que está apunto de rodar por el suelo.
Con la muleta en la mano derecha logra tres redondos.
Muleta en la izquierda. Tres buenos naturales aguantando mucho la embestida del toro y remate con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Muleta en la mano derecha. Toreo por redondos en el sitio donde más pega el vendaval levante en medio de los sones de la música.
Ha puesto toda la carne en el asador con la finalidad de lograr acompañar a sus compañeros de terna en la salida por la puerta grande.
Unos buenos redondos. Un invertido por la espalda que logra en dos ocasiones.
Ha hecho lo mejor de la tarde en cuanto a toreo se refiere.
Un molinete le deja colocado para seguir por manoletinas en serie de tres que remata con un pase de pecho de rodillas sobre la mano derecha.
En la suerte contraria entrando muy de largo logra una estocada tendida que hace doblar al toro para que el puntillero acierte al segundo intento.
Se piden las orejas que el presidente concede.
Los tres matadores salen por la puerta grande propiciado por una presidencia desconocedora al máximo del reglamento taurino que nos ha privado a los paganos de seis tercios de banderillas y en cambio nos ha regalado muchos minutos de faenas sin que sonaran los avisos pertinentes.
Desconcierto en los tendidos donde por un lado los vendedores de bebidas no paraban de pasar por los pasillos de acceso a las localidades tras la contrabarrera, uno de los cuales estuvo ocupado durante toda la corrida por un coche grande de niño de días que impedía el paso de los espectadores.
Antes del comienzo del festejo, y tras recoger y pagar en taquilla las entradas encargadas, nos fuimos al restaurante “El Nene” donde unas bellas camareras nos sirvieron unas frescas bebidas que con mucho fueron lo mejor de esta tarde de simulacro de corrida de toros.

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