LA SUFRIDA AFICIÓN DE LOS TOROS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Cae en mis manos un ejemplar de “El Ruedo” Semanario gráfico DE LOS TOROS, Fundado por Manuel Fernández-Cuesta el 13 de mayo de 1944. DIRECTOR CARLOS BRIONES.
Es el correspondiente al AÑO XXVIII.- Madrid, 28 de septiembre de 1971.- Número 1.423.
En él, el Director publica un artículo que titula: DISCRIMINACIÓN ECONÓMINA CONTRA LA FIESTA.
Achaca como factores negativos en el encarecimiento de la Fiesta, por un lado; los afanes inmoderados de lucro y ganancia de muchos vividores taurinos y por el otro; los distintos pesos y medidas con que el Fisco, e incluso la sociedad española en su conjunto, miden y pesan su comportamiento respecto a las diversiones populares y los espectáculos multitudinarios.
Unos son premiados con toda clase de ayudas y subvenciones, mientras que otros son castigados con impuestos, trabas y censuras.
Denuncia que mientras se suprimen gravámenes sobre el teatro, cine y los deportes foráneos, cada día surge una nueva carga que sumar a las muchas ya existentes, que hacen más cara, precaria y difícil la vida de la denominada Fiesta nacional.
Protección dispensada a determinadas manifestaciones artísticas (Campaña Nacional de Teatro) y deportivas, y hostilidad contra aquella que se halla más enraizada en el espíritu del pueblo español.
Refiere el contenido de una conferencia que pronunció en un local madrileño en la primavera de ese año, en la que señalaba que la Empresa de la Monumental madrileña – la misma que construyó por su cuenta la plaza y se la entregó (limpia de polvo y paja) a la Diputación Provincial, pagaba en ese día cien mil pesetas diarias de alquiler que iban destinadas al sostenimiento de hospitales, en tanto que los grandes estadios deportivos –levantados con la ayuda de Entidades municipales o paraestatales- continúan siendo propiedad de Sociedades privadas y no tributan con destino a la Beneficencia una cantidad comparable a la del coso de Las Ventas pese a tener una capacidad cinco veces superior.
Seguidamente hace las siguientes cuentas:
La Empresa madrileña de las Ventas paga a Diputación un canon anual de 37.777.773 pesetas por el alquiler se la plaza que ella misma construyó entre 1920 y 1929.
Dividiendo esa cantidad por los 51 festejos que se dieron en el referido año de 1970 (38 corridas de toros y 13 novilladas), tenemos que por cada uno de dichos espectáculos tuvo que abonar un total de 749.740 pesetas, que a su vez divididas por las 23.000 localidades de aforo de la Monumental nos da finalmente el aumento sufrido por cada entrada en cada festejo, es decir 32 pesetas y algunos céntimos.
Si hacemos los mismos razonamientos al día de hoy nos encontramos lo siguiente:
La empresa que actualmente rige la plaza de Las Ventas pagó en concepto de concesión de arrendamiento y explotación de la plaza para tres temporadas la cantidad de 1.104.668.000 pesetas [lo expreso en pesetas (5.628.126 euros) con la finalidad de comparación de cifras con el artículo de Briones]. Luego si dividimos esa cantidad entre tres resulta lo pagado por temporada es decir: 1.104.668.000/3=368.222.666,70 pesetas.
Dividiendo esa cantidad por 68 festejos que se dieron en la última temporada padecida por los aficionados (haciendo constar que aquí se cuentan las 25 novilladas y las cuatro corridas de rejones) nos da: 368.222.666.70/68=5.415.039,20 pesetas. Son las pesetas que han tenido que abonar por cada espectáculo celebrado.
Si ahora dividimos esta cantidad por las 23.000 localidades de aforo que tiene las Ventas, 5.415.039,20/23.000=235,45 pesetas. Es el aumento de precio de cada entrada en cada festejo. Que naturalmente no es real.
Y no es real porque las novilladas no cuestan dinero a la empresa sino a los ponedores y las que no sufragan estos románticos del “largo plazo recuperatorio”, lo paga la cadena privada de televisión que fomenta ese ciclo de novilladas que lleva el nombre de su logotipo.
Además por otro lado el ciclo de San Isidro es televisado completo y esa inyección económica supone una cantidad desconocida que naturalmente corre a cargo, no de televisión sino de los abonados al Canal del signo de la SUMA, aficionados a nuestra Fiesta más nacional, que por otro lado hemos de estar agradecidos puesto que es la única manera de poder ver la Feria taurina más importante del mundo por un precio que hasta el día de hoy es razonable. Y ha de RESULTAR RENTABLE para todos los promotores puesto que cada año se lleva a efecto.
El problema de asistir a los toros en Madrid es cuando uno quiere ver las corridas de las figuras, (las cuales únicamente van a determinadas del ciclo de San Isidro y a los festejos puntuales de la Goyesca del 2 de mayo, Corrida de la Prensa, Corrida de la Beneficencia) pues en estas corridas, contando con que los abonados copan las 19.000 localidades propias de su abono, estos festejos hay que pagarlos recurriendo a la reventa que se dispara de manera alarmante puesto que los revendedores viven exclusivamente de estas corridas.
Mi pregunta es doble: ¿Estarían los políticos catalanes en contra de la Fiesta de los toros si la plaza Monumental de Barcelona fuera propiedad de La Generalitat y les proporcionara pingües beneficios con los que remediar algunos remiendos económicos?
¿Hubiera dejado D. Pedro Balañá la explotación de la plaza de Barcelona si hubiera sido tan rentable como la de las Ventas?
Considero, y conste que es mi opinión, que si estas dos circunstancias favorables se hubieran dado, el revuelo que ahora padecemos los aficionados a los toros, no existiría porque no hubieran proliferado los anti taurinos al haberlos “untado” convenientemente en su fase de crisálida.
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