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martes, 1 de diciembre de 2009

LA CORRIDA DE REJONES EN LA FERIA DEL PILAR 2009.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor

Preside D. Manuel Pasamontes Ibañez. Lleno hasta la bandera en el coso de la Misericordia.
Hoy es una corridas de rejoneo, donde tres caballeros van a rejonear una corrida de la vacada de D. Fermín Bohórquez Escribano.
Andy Cartagena (chaquetilla beige claro), monta un caballo tordo en fase blanca, Álvaro Montes (chaquetilla gris), monta un caballo tordo muy oscuro, y Diego Ventura (chaquetilla azul), montando un preciso caballo castaño, inician el paseíllo en medio de los acordes que, a piano, está interpretando Felipe Campuzano.
La nota curiosa es la espantada de los caballos ardeneses del tiro de mulillas que ha descompuesta prácticamente todo el carrusel.

Aparece Andy Cartagena montando un caballo tordo rodado, de raza árabe y de nombre Bético. Tras “buchito” de agua, se coloca en la contra-querencia y ordena la salida del primero, número 117, Fragoso de nombre, perteneciente a la vacada de Fermín Bohórquez, con 606 kilos de peso.
El toro de capa negra se emplaza y a por él se va de inmediato Andy colocándole un rejón arriba que motiva el acoso al caballo mientras Andy lo torea muy bien, con la banderola, en una carrera entre toro y caballo que finaliza con una ovación por parte del público.
Toma un nuevo rejón de castigo. El caballo se va hacia el toro andando al paso, lo que representa una gran dificultad y doma excelente. Clava el segundo rejón y se establece una nueva persecución del toro al caballo quien esquiva y torea en rueda mientras Andy cambia la banderola de lado de cite.
El primer rejón fue expulsado por el toro y el segundo ya sí hace su efecto.
Cambia de montura para sacar un caballo tordo en fase completa blanca especialista en la suerte de banderillas. Torea perfectamente al toro dándole los pechos por lo que recibe una gran ovación.
Se aleja del toro. Va hacia el cornúpeta y tras quebrar coloca un buen par. Continúa toreando de forma magnífica al toro por lo que recibe una gran ovación.
Toma un segundo par de banderillas que, tras quiebro en el que el toro le tropieza, falla en la ejecución. Nuevamente trata de ponerlo al quiebro pero el toro no obedece por lo que ha de finalizarlo de manera normal, clavando finalmente a la grupa.
El caballo continúa toreando al toro con la cara por delante.
Nuevo cambio de montura. Sale el caballo Cisne que es un tordo rodado de raza lusitana con el que clava un excelente par de banderillas tras pirueta ante la cara del toro.
Toma un nuevo par de banderillas adornadas con los papelillos de la bandera nacional. Cita, quiebra y el caballo, es tocado en la grupa.
Nuevo cambio. Monta ahora a Bisbal que es un caballo bayo hispano-luso-árabe con cuatro años de edad con el que va a poner banderillas cortas. Se las coloca de manera seguida para finalmente adornarse colocando el codo sobre el testuz.
Bisbal se arrodilla delante del toro y genera una ovación del público.
Mientras Andy toma el rejón de muerte, Felipe Campuzano interpreta al piano una melodía con mucho sentimiento. Una melodía de música considerada por mí, como de trágica. Propia del momento de la suerte suprema.
Con el rejón de muerte clavado el toro dobla.
Un toro que no ha sido malo pero falto de transmisión.
Aparecen algunos pañuelos, quizá no en número insuficiente por lo que el presidente no concede la oreja.
Cuando Andy Cartagena echa pie a tierra recibe una ovación. Y se decide a dar la vuelta al ruedo tras arrastrar el toro y ser aplaudido nuevamente.

Álvaro Montes hace su entrada en el ruedo montando a Latino, caballo castaño con la cola recogida, con la garrocha sobre el hombro y sujeta por el antebrazo. ¡Estampa que se nos antoja muy campera!
Álvaro se va a la puerta de toriles para recibir al toro en su salida. El toro sale con muchos pies lo que motiva una carrera de persecución espectacular, con tres vueltas completas al ruedo, que ha acabado en el centro del anillo tras la parada del toro. Álvaro ha arrastrado la garrocha por la arena del ruedo mientras el toro la perseguía con afán de cogerla. Ha toreado con la garrocha a un toro que tiene continuidad en una embestida templada en medio de una gran ovación del público levantado de sus asientos. Un toro noble que ha perseguido la garrocha sin tirar una sola cornada. Es el número 72. Invasor de nombre y con 515 kilos de peso. Negro bragado de capa.
Montes clava un excelente rejón de castigo y se establece la correspondiente persecución.
Un nuevo rejón de castigo de mejor ejecución que la del primero.
El rejoneador cambia de cabalgadura y saca al ruedo un caballo de capa baya que se llama Chambao especialista en la suerte de banderillas.
Se va al extremo contario del ruedo de donde está el toro y acercándose lentamente, aprovecha el quiebro para dejar el par en todo lo alto.
Toma un segundo par de banderillas subido el caballo de manos en el estribo y con pirueta incluida delante de la cara del toro se ha alejado de él y con una corvina dejando las cuatro extremidades en el aire (especie de entre una cabriola y una corveta) se va al toro y deja las banderillas en todo lo alto. Sale del toro con una pirueta delante de la misma cara girando completamente sobre las extremidades posteriores.
¡Expectacular la actuación de este caballo!
Cambia de cabalgadura y ahora saca a la arena un caballo tordo en fase blanca, lusitano, de 11 años, llamado Sol, con el que prende un gran par al violín, recibiendo una gran ovación.
Toma otro par de banderillas y. el caballo haciendo una corveta, se dirige hacia el toro y Álvaro Montes al violín, coloca un excelente par en todo lo alto.
Nuevo cambio de caballo. Sale ahora otro tordo en fase blanca de nombre Manzanares, un lusitano de 8 años, especialista en la suerte de las rosas. El caballo llama al toro levantando y moviendo la mano izquierda y cuando el toro se arranca, le coloca tres rosas de manera consetutiva.
Toma el rejón de muerte y, toreando al toro por el pitón izquierdo, entra a matar si bien el caballo se sale de la suerte por lo que ha de dar dos pinchazos arriba sin soltar hasta, que a la tercera, deja el rejón de muerte arriba sin quebrar la vara, a un toro que se acula en tablas.
Unos de los auxiliadores le saca el rejón y Álvaro Montes solicita a Presidencia autorización para tomar muleta y estoque.
Tras unos muletazos para fijar al toro acierta al segundo golpe de verduguillo y recibe una ovación.
El toro es aplaudido en el arrastre y Álvaro Montes recibe una ovación que recoge desde el tercio. Seguidamente, ante los aplausos insistentes del público, da la vuelta al ruedo.

Diego Ventura montando un precioso caballo castaño de nombre Maletilla que es el mismo con el que hizo el paseíllo.
Recibe al toro, de nombre Orador con el número 69, con 666 kilos de peso, y le administra dos pases con una quietud extraordinaria. A continuación le coloca un rejón de castigo del que el toro queda muy parado.
Diego se decide a colocar un segundo rejón de castigo. Se acerca al toro que se viene de largo y, tras quebrarlo, le coloca el rejón en todo lo alto. Seguidamente el toro se va a las tablas rehusando la pelea.
Cambia de cabalgadura. Saca un precioso caballo de capa castaña llamado Nazarín, lusitano de 6 años, que torea con precisión al toro mientras Diego porta las banderillas en la mano derecha en una actuación meritoria ante un toro que carece de afectividad.
Ha clavado dos pares de banderillas espectaculares haciéndolo todo el rejoneador. Nazarín es un caballo que arriesga pero que resuelve al mismo tiempo.
Toma un tercer par de banderillas con rabia, y las coloca en todo lo alto.
Nuevo cambio de caballo. Sale al ruedo un caballo albino de nombre Ginés que se aleja del toro y comienza a balancear para llamar la atención del astado y, cuando se acerca a él, coloca un excelente par de banderillas.
Nuevo cambio de cabalgadura, para ahora sacar a un caballo alazán tostado de 7 años llamado Califa, con el que pone banderillas cortas.
En el primer par el toro se le ha huido. El segundo par lo coloca con el toro mucho más cerrado en tablas, para seguidamente adornarse cogiendo al toro del testuz.
¡Diego Ventura ha hecho todo lo que ha podido hacer!
Toma el rejón de muerte, momento en que para la actuación de Felipe Campuzano que ha estado amenizando con sus notas pianísticas la faena, y clava en el sito. El toro con hemorragia por boca y fosas nasales. Diego Ventura desmonta y se acerca al toro que, al filo de las tablas, cae sin puntilla.
Aparecen en los tendidos los pañuelos de manera mayoritaria y Pasamontes que aguanta el tiempo suficiente en la concesión de la oreja con la finalidad de no tener que conceder la segunda.
Ventura da la vuelta al ruedo en medio de las aclamaciones del público. Cuando termina la vuelta hay una bronca a la presidencia por la no concesión del segundo trofeo.
Hay un intermedio en la corrida con la finalidad de regar el ruedo de la Misecordia.
Sale al ruedo Andy Cartagena montando a Cuco que es un caballo castaño de 5 años y, allí espera la salida del toro que se llama Tendero con un peso de 596 kilos. El toro sale muy fuerte pero el caballo tiene un galope fácil que le permite recortarle, para seguidamente fallar en la colocación del rejón de castigo. A la segunda entrada lo coloca arriba.
Otro toro noble que no ha dado una sola cornada.
Se cambia el tercio con un solo rejón de castigo.
Andy cambia de cabalgadura. Monta a un caballo tordo vinoso, de nombre Maravilla, que hace dos piruetas delante de la cara del toro. Antes de clavar las banderillas realiza otras tres piruetas, para seguidamente clavar al violín, recibiendo una gran ovación. ¡Es un caballo muy elástico y muy valiente! Nuevo par de banderillas en todo lo alto, tras colocar perfectamente al toro y realizar tres piruetas seguidas delante de la misma cara del toro, clavar un nuevo par al violín. Finaliza con unas piruetas con las bridas sueltas. Gran ovación.
Nuevo caballo en el ruedo. Es Pericalvo, de capa castaña muy oscura, que realiza el bamboleo para llamar la atención del toro. Se dirige al toro y Andy coloca un excelente par en todo lo alto. ¡Las palmas echan humo! Tres excelentes “muletazos” son los que da el caballo al toro con su grupa y sigue haciendo el bamboleo delante de la cara del toro.
Nuevo cambio de caballo y el bayo en la arena. ¡Bisbal en el ruedo!
Coloca los tres pares de banderillas cortas con precisión para seguidamente hacer el teléfono sobre el testuz del toro.
Coloca el rejón de muerte en todo lo alto del que el toro rueda sin puntilla.
Aparecen los pañuelos de manera mayoritaria pero nuevamente Pasamontes se hace el remolón para no conceder la segunda oreja que es pedida con mucha fuerza tras la concesión de la primera.

Ya está Álvaro Montes en el ruedo montando un caballo castaño de nombre Cuzco. Reúne a toda la cuadrilla para brindar la muerte de este toro como despedida de la temporada.
Sale el número 45, y con 510 kilos de peso.
Se dobla perfectamente con el toro en el centro del ruedo portando el rejón de castigo en la mano derecha. El rejón resulta caído pero como no ha penetrado bastante no le ha producido lesiones de importancia. El segundo rejón lo clava en todo lo alto a un toro que demuestra buen son.
Cambio de cabalgadura. Aparece en el ruedo un caballo bayo, Chambao, en medio de los acordes de piano de Felipe Campuzano.
Tras torear al toro le coloca un excelente par de banderillas en todo lo alto.
Nuevo cambio de caballo. Saca a Coquito que es un castaño oscuro con el que clava un buen par al violín. Otro excelente par al violín. Toma tres pares de las cortas que clava de manera continuada.
Cambia de caballo y saca a un caballo tordo en fase blanca para realizar la suerte suprema a un toro que tiene querencia a tablas. Comienza sacándole del terreno de la querencia y seguidamente logra un pinchazo hondo. El segundo rejón de castigo queda ligeramente atravesado. Capoteo de los auxiliadores.
Montes echa pie a tierra. Falla el primer golpe de verduguillo. El toro le da un arreón. Acierta al segundo golpe. Álvaro Montes, es ovacionado.

Sale el último toro de la tarde. El toro de la jota.
Le espera en el ruedo Diego Ventura montando a Girasol. El toro se llama Novelero. Su peso, 588 kilos.
Lo torea magníficamente a caballo Diego Ventura. Un caballo con un punto de velocidad adecuado y una gran flexibilidad con el que clava un rejón de castigo.
Cambia de montura. Es un caballo tordo en fase blanca Orobroy nieto de Neptuno que torea al toro a dos pistas. Se va a por el toro, lo quiebra de manera sensacional pero no clava la banderilla. Se aleja del toro. Se vuelve a acercar, quiebra y coloca un excelente par.
Sigue toreando a dos pistas para rematar metiéndose por dentro. Gran ovación.
Toma nuevo par de banderillas que, tras quiebro perfecto, coloca en todo lo alto. Enorme ovación. Nuevamente toma las banderillas y se va al toro para sacarle de su querencia, y una vez en el lugar adecuado le clava un perfecto par de banderillasRecibiendo una enorme ovación.
Saca un nuevo caballo, tordo picazo. El toro en el centro. Lo cita desde el extremo de la plaza. El toro no acude. Se va acercando hasta terrenos comprometidísimos. Cita al toro. El toro se arranca. Lo quiebra perfecto y clava en todo lo alto.
Nuevamente se acerca al toro. Comienza a andar para atrás el caballo. El toro se arranca lo quiebra y le coloca un extraordinario par en todo lo alto. Desmonta del caballo y lo deja que salga solo del ruedo en medio de una gran ovación del público. ¡Es su homenaje a su gran caballo!
Nuevo cambio. Sale Ventura montando un caballo castaño con el que va a colocar banderillas de las cortas. Coloca las tres de manera continuada, que es lo que tiene verdadero mérito. Remata con adornos de toque de testuz con la frente.
¡Diego Ventura ha puesto la plaza boca abajo!
Toma dos banderillas cortas, pero el presidente no se lo concede.
Con el rejón de muerte pinchas por dos veces seguidas en hueso. A la tercera, rejonazo tras el cual desmonta y se va a por el toro realizando alardes de valor.
Se pide la oreja casi de manera mayoritaria, que el presidente concede finalmente.
A pesar de las dos orejas cortadas (una y una) Diego Ventura no sale por la puerta grande puesto que en esta plaza hay que cortar dos orejas en un mismo toro.
Resumen: Demasiados actos circenses. Cierto que hoy día se les exige a los caballos una preparación y una doma que raya en la perfección. Como veterinario sufro con los esfuerzs a que son sometidos los tendones de estos animales en esos quiebros, piruetas, corvetas y demás zarandajas que se apartan mucho de lo que es el verdadero rejoneo.
Mientras estabamos contemplando estos ejercicios más propios de una pista de circo, nos acordábamos de Joaquín Buendía y de esos caballos que bajo su peso, prácticamente no hacían esfuerzo aparente para clavar rejoncillo y banderillas en todo lo alto, clavando al estribo en una medida perfecta de la embestida del toro.
Cierto que el rejoneo ha llegado a cotas impensables, pero...entiendo que cada vez se basa menos en los cánones de este bello arte, y a lo mejor el señor Pasamontes opina como un servidor de ustedes y por ello no concede las orejas. ¡Vaya usted a saber!

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