LA 6ª CORRIDA DE FERIA DEL AÑO 1971 EN VALLADOLID.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
La sexta corrida del ciclo ferial 1971 se anunció como LA CORRIDA DEL ARTE DE REJONES.
La tarde comenzó con el cielo entoldado, para casi de inmediato disiparse las nubes y quedar una estupenda tarde.
No se llegó al lleno total pues hubo algo de aforo por cubrir.
La tarde comenzó con el cielo entoldado, para casi de inmediato disiparse las nubes y quedar una estupenda tarde.
No se llegó al lleno total pues hubo algo de aforo por cubrir.
En la presidencia el titular D. Florencio Zalama auxiliado en esta ocasión por el novillero Fernando Merino.
En las localidades preferentes del tendido 4, los Ancianos acogidos a la Casa de Ancianos de Medina de Rioseco portan una pancarta en apoyo de su protector el rejoneador D. Ángel Peralta.
En las localidades preferentes del tendido 4, los Ancianos acogidos a la Casa de Ancianos de Medina de Rioseco portan una pancarta en apoyo de su protector el rejoneador D. Ángel Peralta.
Los toros pertenecen a la ganadería denominada “Castillejo” de la que es propietario D. José Luis Cobaleda.
Una exhibición de alta escuela a cargo de los caballos de los jinetes participantes siguió al despejo de plaza. Las primeras ovaciones de la tarde se hicieron sentir en el coso del Paseo de Zorrilla.
Una exhibición de alta escuela a cargo de los caballos de los jinetes participantes siguió al despejo de plaza. Las primeras ovaciones de la tarde se hicieron sentir en el coso del Paseo de Zorrilla.
El primero en actuar es el rejoneador de Puebla de Río D. Ángel Peralta quien coloca tres rejones de castigo en el sitio exacto al primer toro de la tarde que responde por “Peregrino”, herrado con el número 69 y cárdeno de capa.
Seguidamente el toro se aquerencia en las tablas por lo que el centauro ha de trabajar para llevarlo al lugar idóneo donde clavar las banderillas.
Son tres los pares que coloca: uno arriba, otro abierto y otro superior tras haber encelado al cornúpeta.
Tras brindar al público coloca "la rosa de la casa" por tres veces bajo las ovaciones del público. Un rejón de muerte certero, acaba con la vida del bravo siendo premiado con una gran ovación.
Cuando el toro dobla, el rejoneador montando una yegua de capa torda en fase blanca realiza florituras sobre el astado moribundo.
Las dos orejas es el premio a su labor con las que da dos vueltas al ruedo, una a caballo y otra de pie.
El segundo toro de la corrida es el número 84 “Puntilla”, un negro girón. Corresponde su lidia a D. Rafael Peralta. Consecuente con que tiene la muñeca derecha escayolada debido a un reciente percance, ha de ser ayudado en los primeros momentos de la lidia por su hermano Ángel quien coloca un rejón de castigo en todo lo alto, tras haber parado al toro.
Tras brindar al público coloca "la rosa de la casa" por tres veces bajo las ovaciones del público. Un rejón de muerte certero, acaba con la vida del bravo siendo premiado con una gran ovación.
Cuando el toro dobla, el rejoneador montando una yegua de capa torda en fase blanca realiza florituras sobre el astado moribundo.
Las dos orejas es el premio a su labor con las que da dos vueltas al ruedo, una a caballo y otra de pie.
El segundo toro de la corrida es el número 84 “Puntilla”, un negro girón. Corresponde su lidia a D. Rafael Peralta. Consecuente con que tiene la muñeca derecha escayolada debido a un reciente percance, ha de ser ayudado en los primeros momentos de la lidia por su hermano Ángel quien coloca un rejón de castigo en todo lo alto, tras haber parado al toro.
Rafael se coloca una muñequera fabricada al efecto y se va por el toro para dejar un par de banderillas a una mano, en todo lo alto, que son ovacionadas al tiempo que comienza a sonar la música.
Un nuevo par de rehiletes que brinda a la solanera.
Finalmente otro par de banderillas cortas que brinda al Capitán General en funciones quien presencia la corrida desde un burladero en compañía del presidente de las Cortes Españolas don Alejandro Rodríguez de Valcárcel, del gobernador civil y del jefe superior de Policía.
Finalmente brinda al público la colocación “de la rosa” que coloca en el sitio preciso con lo que las palmas echan humo.
Mata de un rejón en sitio acertado y le es concedida la oreja con la que da la vuelta al ruedo.
También es premiado con aplausos al toro cuando va camino del desolladero.
El tercer toro de la tarde corresponde su lidia al caballero jerezano D. Álvaro Domecq Romero. Es el toro número 83, berrendo de capa y cuyo nombre es “Cara de Rosa”.
Coloca unos excelentes rejones de castigo, pero donde verdaderamente produce el entusiasmo es en la colocación de las banderillas a una mano que arrancan las ovaciones del público.
Un nuevo par de rehiletes que brinda a la solanera.
Finalmente otro par de banderillas cortas que brinda al Capitán General en funciones quien presencia la corrida desde un burladero en compañía del presidente de las Cortes Españolas don Alejandro Rodríguez de Valcárcel, del gobernador civil y del jefe superior de Policía.
Finalmente brinda al público la colocación “de la rosa” que coloca en el sitio preciso con lo que las palmas echan humo.
Mata de un rejón en sitio acertado y le es concedida la oreja con la que da la vuelta al ruedo.
También es premiado con aplausos al toro cuando va camino del desolladero.
El tercer toro de la tarde corresponde su lidia al caballero jerezano D. Álvaro Domecq Romero. Es el toro número 83, berrendo de capa y cuyo nombre es “Cara de Rosa”.
Coloca unos excelentes rejones de castigo, pero donde verdaderamente produce el entusiasmo es en la colocación de las banderillas a una mano que arrancan las ovaciones del público.
Brinda un par a dos manos al Capitán General en funciones que levantan el entusiasmo popular por la precisión en la colocación.
En el primer rejón de muerte toca hueso, para en la segunda entrada junto a toriles colocar el rejón arriba y tras rueda espectacular al toro a caballo lograr que éste doble. Tras finalizar el cachetero de certero puntillazo se le concede una oreja con la que da la vuelta al anillo.
La lidia del cuarto toro de la tarde corresponde al caballero portugués D. José Samuel Lupi. Se trata de el toro ”Moñalejo”, número 91 y negro lucero de capa. El portugués vestido a la federica coloca certeramente tres rejones de castigo. Después se luce en banderillas colocadas tras quiebro de su caballo habiendo arrancado dando los pechos.
En el primer rejón de muerte toca hueso, para en la segunda entrada junto a toriles colocar el rejón arriba y tras rueda espectacular al toro a caballo lograr que éste doble. Tras finalizar el cachetero de certero puntillazo se le concede una oreja con la que da la vuelta al anillo.
La lidia del cuarto toro de la tarde corresponde al caballero portugués D. José Samuel Lupi. Se trata de el toro ”Moñalejo”, número 91 y negro lucero de capa. El portugués vestido a la federica coloca certeramente tres rejones de castigo. Después se luce en banderillas colocadas tras quiebro de su caballo habiendo arrancado dando los pechos.
Brinda un par comprometido al gobernador civil señor Ibáñez Trujillo. Con las banderillas cortas ejecuta dos pares: uno brindando a la galería y otro que ejecuta junto a las tablas jugándose la vida puesto que no había sitio para la salida.
Un rejón de muerte caído y otro arriba a fuerza de consentir al toro y arrimar la cabalgadura.
Echa pie a tierra y descabella al tercer intento por lo que su actuación acaba en ovación y vuelta al ruedo.
El quinto toro de la tarde va a ser lidiado por la collera formada por los dos hermanos Peralta, si bien es Ángel el encargado de colocar los tres rejones de castigo.
Las banderillas corren a cargo de los dos hermanos de forma lucida en medio de ovaciones y música.
El toro muy cerrado en tablas hace laborioso este tercio lo que enfría los ánimos de los espectadores.
La colocación de “las rosas” pertinentes enderezan el espectáculo.
La suerte suprema corre a cargo de Ángel, quien clava un rejón en sitio tan preciso que deja al toro fulminado con lo que al actuación de los dos hermanos es premiada con las dos orejas y el rabo que pasean triunfalmente por el anillo subidos en sus monturas.
El sexto y último de la tarde es lidiado por la collera formada por Álvaro Dómecq y Lupi. Se trata del toro número 77, “Lunarito”, cárdeno de capa en cuya lidia son ovacionados ambos caballeros cuando colocan sus pares de banderillas.
Uno de los pares es brindado a la Reina de la Fiestas que ocupa su palco nº 9 acompañada de las damas de su corte. Es Lupi el encargado de prenderlo por los terrenos de adentro lo que suscita el entusiasmo del público.
Los pares de banderillas cortas se las brindan mutuamente ambos rejoneadores.
El encargado de realizar la suerte suprema es Álvaro Domecq quien logra un rejón de buena clase. Tras doblar se levanta raudo para dar un buen susto al cachetero.
Cuando es atronado definitivamente ambos caballeros son premiados con las dos orejas con las que dan la vuelta triunfal al anillo.
Un rejón de muerte caído y otro arriba a fuerza de consentir al toro y arrimar la cabalgadura.
Echa pie a tierra y descabella al tercer intento por lo que su actuación acaba en ovación y vuelta al ruedo.
El quinto toro de la tarde va a ser lidiado por la collera formada por los dos hermanos Peralta, si bien es Ángel el encargado de colocar los tres rejones de castigo.
Las banderillas corren a cargo de los dos hermanos de forma lucida en medio de ovaciones y música.
El toro muy cerrado en tablas hace laborioso este tercio lo que enfría los ánimos de los espectadores.
La colocación de “las rosas” pertinentes enderezan el espectáculo.
La suerte suprema corre a cargo de Ángel, quien clava un rejón en sitio tan preciso que deja al toro fulminado con lo que al actuación de los dos hermanos es premiada con las dos orejas y el rabo que pasean triunfalmente por el anillo subidos en sus monturas.
El sexto y último de la tarde es lidiado por la collera formada por Álvaro Dómecq y Lupi. Se trata del toro número 77, “Lunarito”, cárdeno de capa en cuya lidia son ovacionados ambos caballeros cuando colocan sus pares de banderillas.
Uno de los pares es brindado a la Reina de la Fiestas que ocupa su palco nº 9 acompañada de las damas de su corte. Es Lupi el encargado de prenderlo por los terrenos de adentro lo que suscita el entusiasmo del público.
Los pares de banderillas cortas se las brindan mutuamente ambos rejoneadores.
El encargado de realizar la suerte suprema es Álvaro Domecq quien logra un rejón de buena clase. Tras doblar se levanta raudo para dar un buen susto al cachetero.
Cuando es atronado definitivamente ambos caballeros son premiados con las dos orejas con las que dan la vuelta triunfal al anillo.
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