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lunes, 10 de junio de 2024

LOS PRESIDENTES DE LA PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Quien esto escribe, ha actuado como asesor veterinario en muchos festejos taurinos de todo tipo en plazas de 3º y 2º categoría, pero nunca ha actuado como presidente de corrida entre otras cosas porque carece del Diploma que le acredite haber realizado el Curso de Presidentes en EspectáculosTaurinos.
Conoce perfectamente las funciones básicas de un presidente. Tal vez no esté en condiciones de valorar determinados procesos legales donde intervienen los códigos procesales pues no tiene conocimientos de abogacía.
No he tenido el honor de asesorar en materia veterinaria a presidentes preparados tales como los amigos D.José Luis García decano de los presidentes de España y Presidente de la plaza de toros de Segovia o D.Juan Carlos Navas Presidente de la plaza de toros de Ávila reconocidos en toda la Comunidad de Castilla León, pero he hablado largo y tendido con ellos sobre temas presidenciales.
Si influí con mi criterio compartido por el amigo Fernando Merino (+) que, actuaba de asesor artístico, en la concesión del rabo al matador de toros Manolo Sánchez que, actuaba con “Espartaco” en uno de los carteles de la Feria septembrina del año 1993 por aquello de que en el toro anterior el presidente de la corrida D. Julio Martín Fraile había dado las dos orejas al diestro de Espartinas y, con buen criterio tuvimos que convencer al Usía que, como Manolo había estado mejor y no se pueden conceder dos orejas y media, había que conceder el rabo a pesar del miedo que tenía a “salir en los papeles” como aducía. Creo que en esta ocasión ambos asesores, cumplimos con la misión que tenemos asignada.
El trabajo de un presidente comienza por revisar la Documentación de los toreros actuantes en el festejo y la de los toros desde el momento en que llegan al lugar donde ha de ser desembarcados para llevarlos a los corrales del recinto. Comprobar los precintos de los camiones que les transporta aunque se delegue en el Delegado de la Autoridad. Ver a los toros en los corrales de la plaza tras haber comprobado el estado de abrevaderos y pesebres.
Presidir los reconocimientos en corrales junto a los veterinarios encargados de este menester. Presidir el enchiqueramiento tanto de toros titulares como sobreros.
Presidir el sorteo de los toros componentes de la corrida para certificar la legalidad del mismo y, revisar que cada toro ha sido encerrado en el correspondiente chiquero.
Revisar los caballos de picar (pesos y doma) y los enseres (petos, puyas etc)
Ya en el palco, cumplir las pautas de la corrida. Sacar el pañuelo blanco para dar inicio al paseíllo.
Corresponder al saludo de los actuantes cuando estos les saluden desde el ruedo.
Dar la orden a los clarines y timbales mediante la salida del pañuelo blanco para que anuncien la salida de los toros de chiqueros.
Ordenar los cambios de tercio mediante la exhibición del pañuelo blanco.
Atender a las peticiones de los cambios de tercio a petición de los matadores.
Dar los aviso pertinentes a los matadores cuando sobrepasen los tiempos de duración de la faena de muleta.
Conceder los trofeos mediante la salida del pañuelo blanco.
Exhibir los distintos pañuelos de colores acorde con lo que representan tales como:
rojo: para condenar al toro a banderillas negras, a los toros que no se dejan picar.
Azul: para conceder la vuelta al ruedo al animal lidiado.
Verde: para devolver la res al corral.
Naranja: para indultar al toro.
Ha de estar dotado de del don de la justicia para fijarse en la faena técnica, dejar a un lado, cuando está en el palco presidencial, sus preferencias taurinas como aficionado para no dejarse llevar por el corazón en la concesión de trofeos, al tiempo que, ser un poco: campero, veterinario, jurista y al ser posible aficionado práctico para mentalizarse que la corrida es la tienta más real que puede darse.
Un repoker son las cartas que componen los presidentes en la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas representado por los compañeros veterinarios:
D. Ignacio Sanjuan Rodríguez.
D. José María Fernández Egea.
D. Eutimio Carracedo Pastor.
D. Víctor Oliver Rodríguez.
D. José Luis González González.
Muchos de ellos no han estado a la altura requerida en las exigencias de la primera plaza del mundo, por motivos tales cómo: trapío de los toros, indolencia en la suerte de varas, avisos a destiempo o sin sensibilidad, valoración de la faena del matador acorde con las exigencias del toro al que se enfrente y, finalmente en concesión y privación de trofeos.
Es absolutamente necesario, celebrar reuniones frecuentes para llegar a unanimidad de criterios, pues me consta que ahora no se celebran y esta negligencia hace que echemos de menos a presidentes madrileños dotados de personalidad tales como el amigo Juan Lamarca López, Luis Torrente o César Gómez o al también amigo Luis Gómez Rico (+) de Valladolid que no temían a las críticas de una prensa en la mayoría de las ocasiones no profesional.
Tal vez en ese palco que el presidente ocupa como máxima autoridad, sobran demasiadas personas que deberían estar en el tendido y no en ese sitial de privilegio pues seguramente distraen, con sus comentarios al Usía en el análisis de sus funciones.
No es de rigor que consulte sobre la concesión o no de trofeos a los matadores, a sus asesores a ojos visto, pues da una sensación de inseguridad en sus decisiones.
Nos parecen demasiado mayores los asesores artísticos que les rodean, pues les vemos en ese sitial desde hace demasiados años a los señores Pedro Herranz Martín “Madriles”, José Cabezas Porras “Joselito Calderón” y Faustino Inchausti Lameana “Tinín” a quien conocimos de becerrista junto a su hermano José Manuel en Las Navas de Marqués allá por los años de la década de 1950 y, conste que ya somos más que octogenario.