LA INFLUENCIA DE EL COVID 19 EN
LA TAUROMAQUIA.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
El toreo es como todo en la vida.
Requiere: ansias por llegar a la cima,
motivación y SUERTE.
Ahora con motivo de El Covid 19,
se están retransmitiendo una serie de corridas atípicas como consecuencia de la
limitación de aforo.
La repercusión económica es innegable. Generalmente, no hay posibilidad de configurar carteles con una terna de postín por falta de emolumentos, lo que conlleva a dar entrada a un matador en discordia de los clasificados de segunda o tercera fila quien no sabemos si cobrará o no, pero que al menos se le ofrece la oportunidad de actuar.
La repercusión económica es innegable. Generalmente, no hay posibilidad de configurar carteles con una terna de postín por falta de emolumentos, lo que conlleva a dar entrada a un matador en discordia de los clasificados de segunda o tercera fila quien no sabemos si cobrará o no, pero que al menos se le ofrece la oportunidad de actuar.
El agraciado suele salir a “por
todas” (ansias de llegar a la cima). Se la juega sin triquiñuelas (motivación).Suelen
triunfar y luego…la SUERTE es muy caprichosa en cuanto a la repercusión que
pueda tener para un futuro profesional. Al menos han podido dejar su tarjeta de
presentación, que no es poco, puesto que hasta ese momento solamente eran
“conocidos en: su casa a la hora de comer” y por sus mentores.
Algunos, por no decir todos, han demostrado estar preparados tanto mental como físicamente, lo que demuestra que entrenan, entrenan y ENTRENAN cotidianamente sin desesperar, en espera de que surja la oportunidad de algún contrato para poder expresar sus cualidades taurinas, mirándose en el espejo de esos compañeros que, del ostracismo en que se encontraban pasaron al escalafón de los elegidos tras triunfar en una corrida.
Algunos, por no decir todos, han demostrado estar preparados tanto mental como físicamente, lo que demuestra que entrenan, entrenan y ENTRENAN cotidianamente sin desesperar, en espera de que surja la oportunidad de algún contrato para poder expresar sus cualidades taurinas, mirándose en el espejo de esos compañeros que, del ostracismo en que se encontraban pasaron al escalafón de los elegidos tras triunfar en una corrida.
Viven esperanzados y a varios de
ellos les ha llegado la oportunidad en una temporada irreal pero..que les ha
abierto la puerta de la esperanza.
Los nuevos tienen frescura sin
dejar el clasicismo, pero con el ingrediente de la entrega que es lo mínimo que
se le debe pedir a todo torero que esté ante un público pagano. Algunos de
ellos llevan años de alternativa, pero se quedaron ahí, en el paro, tras pasar
al escalafón superior y meditando al tiempo que se miran en el espejo de los
que torean todos los días, estudian: las distancias a que estos se colocan, los
recursos que estos utilizan y, luego en sus entrenamientos, tratan de
perfeccionarlos e incluso mejorarlos para cuando se les presente la oportunidad
de ofrecérselos al público, porque como se “han puesto delante” saben, de qué
va el tema.
Practican un toreo de verdad. No
escatimando nada de su repertorio taurino que le abren, cual abanico refrescante,
ante tanta monotonía torera como veníamos padeciendo por parte de los que
torean todo lo que está en su línea torera y todos los días.
Ya que la llamada profesión más difícil del mundo, ni es profesión, ni es la más difícil (alguien definió el toreo como más simple que “el mecanismo de un sonajero” y no le faltaba razón, pues en realidad consiste en: cruzarse al pitón contrario una vez encontrado el sitio de colocación en el que el toro embiste y manejar los trebejos acompasándolos a la cadencia de la embestida del toro.
Todo esto acompañado del VALOR necesario para poder pensar ante la cara del toro y adelantarse a las reacciones inesperadas de éste.
Ya que la llamada profesión más difícil del mundo, ni es profesión, ni es la más difícil (alguien definió el toreo como más simple que “el mecanismo de un sonajero” y no le faltaba razón, pues en realidad consiste en: cruzarse al pitón contrario una vez encontrado el sitio de colocación en el que el toro embiste y manejar los trebejos acompasándolos a la cadencia de la embestida del toro.
Todo esto acompañado del VALOR necesario para poder pensar ante la cara del toro y adelantarse a las reacciones inesperadas de éste.
VALOR hay que tener de principio,
pero luego, con el pase del tiempo y ejercitando el toreo, se va acrecentando
al lograr seguridad ante el toro al ver que aguantándole le puede conducir a
donde pretende y como, con el tiempo se llegan a conocer las reacciones de
determinados encastes la seguridad le va aumentando hasta llegar a encontrarse
a gusto ante el oponente.
Posicionar al toro ante el
caballo a la distancia adecuada y luego estar pendiente para medir el castigo
propinado por el picador que es el verdadero responsable de esta suerte ya que,
de realizarla mal, inutiliza al toro para la lidia.
Luego, en la suerte de muleta,
todo depende del toro. De su conformación: manos cortas, cuello largo para
proporcionar la humillación, de la que no se debe abusar pues con ella el toro
no solo se fatiga en exceso sino que no puede oxigenar debidamente a los
músculos fatigados y pone en entredicho la duración de la faena.
Y a la hora de matar, pues elegir
la suerte adecuada acorde con los terrenos que el toro haya mostrado
preferencias en el remate de sus embestidas, (afueras o adentros) para evitar
los riesgos. Apuntar bien. Entrar sin salirse de la rectitud, hacer la cruz y levantar el codo en el
momento del embroque.
Quizá, estos nuevos
protagonistas, hayan pecado de impaciencia
en la ejecución de determinadas suertes primordiales: parar al toro,
enseñarle a embestir y, posicionarle bien ante el caballo de picar, e incluso en
medir con exactitud la faena de muleta y ejecutar con precisión la suerte
suprema por aquello de que ésta solo puede aprenderse bien, realizándola en
vivo y en directo y no en el carretón aunque éste sea un auxiliar
imprescindible para un matador de toros.
En esta nueva etapa se han
redescubierto un póker de matadores de
toros que estaban ahí agazapados en busca de su oportunidad y que he querido
traer a este blog porque me han mpresionado con su toreo de muchos quilates.
Se trata de los matadores de toros:
Sergio Serrano Herrera un albaceteño nacido el 15 de mayo de 1985.
Noé Gómez Rodríguez un madrileño nacido en Madrid el 10 de octubre
de 1988.
Raúl Rivera López un toledano de Yeles nacido el4 de agosto de
1992.
Miguel Tendero Escribano un albaceteño nacido el 9 de septiembre de
1988.
Ernesto Javier “Calita” mejicano de Naucalpan nacido un 24 de octubre de 1990.
No hay comentarios:
Publicar un comentario