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sábado, 18 de julio de 2020

HISTORIA DE LOS TOROS EN TARIFA. Entrega 66


MANUEL ROMÁN GARRIDO.


Manuel Román Garrido  nacido el 11 de mayo de  1954. Su oficio cerrajero. 
Es un hombre muy particular tanto que, “como muestra este botón”  que sirva de anécdota.
En el momento de la entrevista un amigo Antonio Garrido me estaba sustituyendo (por pérdida de llaves) una cerradura en una caja fuerte portátil y le dije:
-       ¡Hombre Manuel!. ¿Con que cerrajero y le dejas a Antonio que me sustituya la cerradura?
-       Contestándome:
-       Lo que pasa que yo no le voy a quitar al amigo Antonio las herramientas de las manos, porque lo considero una falta de respeto. Pues a mí me quitó uno unas tijeras cuando estaba cortando una chapa de aluminio y le dije que:¡ No me quitara las herramientas!
Como se puede constatar una forma muy particular de ver la vida con el respeto por encima de todo.
La afición a los toros le viene heredada de su padre que era un gran aficionado. Tanto que, cuando ya mayor no salía de casa, él le grababa las corridas de toros de Canal + toros para que las viera tranquilamente por las mañanas.
Le pregunté si su padre iba a los toros con mi suegro que era un gran aficionado y me contesta:
-Se llevaban bien, pero no iban juntos a los toros. Pues tu suegro iba con Chamorro un marinero que era su íntimo amigo.
Su primera corrida la vio en Tarifa se trataba de una novillada en la que toreaba Juan García “Mondeño”. Fue acompañando a un vecino que estaba muy torpe haciendo de lazarillo acción que pidió a su madre diciéndola:
-       Voy a pagar la entrada a Manolito para que me acompañe.
Recordó a “Mondeño” cuando pasados los años vio la película “El Niño de las monjas” protagonizada por el torero de Puerto Real nacido en enero de 1934.
Me habla de la gran afición a los toros que había en Tarifa y me refiere que en esta plaza debutó el primer torero inglés de la historia un tal Frank Evans que se apodaba “El Inglés” y que según Manuel era de Gibraltar, pero que en realidad había nacido en Salford el 18 de agosto de 1942 quedándome la duda si se trata de este torero o no.
Asistió al festival organizado por Antonio Ordóñez el 21 de septiembre de 1974 donde actuaron Antonio Ordóñez, Francisco Rivera “Paquirri”, Miguel Márquez y el novillero Alfonso Galán y me refiere emocionado que en él  “Paquirri” que picó a su toro, conoció a Carmina Ordóñez, quien asistió  junto a su hermana Belén al festival y que un servidor de ustedes también vio al coincidir con unas vacaciones.
Refiere que entró con la entrada denominada de oficio perteneciente a un cabo de la guardia civil que era vecino y que no era aficionado a esos eventos.  En esos momentos trabaja en la fragua de el denominado Tiznao.
A la feria de Algeciras iba todos los años con su padre. Refiere que vio una vez dar 17 descabellos a un cornúpeta a Emilio Oliva hijo y que finalmente metieron al toro al corral vivo.
Pregunta por la edad de este torero Chiclanero y le refiero que Emilio Oliva Baro  nació en el año 1963 en Madrid pero se crió en Chiclana. Fue novillero puntero saliendo en el año 1984 a hombros por la Puerta del Príncipe en Sevilla tras cortar 3 orejas a una novillada de D. José Murube.
Tomó la alternativa en el año 1985 en El Puerto de Santa María de manos de “Rafael de Paula” y como testigo José Luís “Galloso”.
Confirmó en Madrid  en el San Isidro de 1985 en una corrida de Pablo Romero actuando de padrino  Francisco Ruiz Miguel y como testigo Luís Reina.
Finalmente dice que sabe que Oliva dejó los toros y puso un negocio de compra-venta de coches. Refiere que el padre ha sido el torero que más cornadas ha recibido y que se casó “in articulo mortis” en Algeciras tras operarlo D. Fernando Argüelles.

Es un hombre que lee mucho y que ve mucha televisión. Está dotado de una gran memoria.
Me habla de la muerte de Sebastián “Palomo Linares”  de sus 69 años y de que le van a tirar sus cenizas en la finca que tiene en Salamanca.
Yo le refiero que presencié la última corrida que toreó en Valladolid en el año 1993.
Seguidamente hablamos de los tragos que los toreros pasan ante el toro y yo le refiero el hecho de las lecturas del Holter que le pusieron al matador de toros Sergio Sánchez  en una corrida de toros en Valdemorillo para medir lo acumulado y deducir el grado de estrés cardíaco a que están sometidos los toreros en cada momento de la lidia.
170 pulsaciones/minuto en el tercio de banderillas.
150 pulsaciones/minuto en la faena de muleta.
170 pulsaciones/minuto  en la suerte suprema.
Le hice ver que el número máximo de pulsaciones ocurría al recoger los trofeos conseguidos donde daba 180 pulsaciones/minuto.
¡Al borde del infarto! Y esto en cada día de corrida y a lo largo de la vida laboral del torero a la larga supone un deterioro importante del órgano cardíaco.  
Pero cuando prácticamente desapareció la cerrajería a favor del aluminio cambió de oficio y pasó a trabajar en una fábrica de harina de pescao, el famoso guano, como encargado durante siete años en la fábrica vieja que estaba en el mismo sitio de la conocida de El Polígono y que era de una empresa portuguesa  BIEW que estuvo aquí 10 o12 años con unos empresarios muy buenos se fue con ellos a Portugal. Finalmente la traspasaron a un catalán y posteriormente se formó la Cooperativa Harinas de Andalucía que tan malos olores han proporcionado al pueblo de Tarifa
Al salir de la empresa se fue a trabajar con Antonio Ojeda que tenía y conserva un taller de cerrajería en la placita donde hoy está el bar de “Los Melli”  frente a la subida a la “ranita”en las escaleras que albergan una fuente en forma de ducha, y al que califica con un gran profesional.
En Sevilla fue con su padre a ver una corrida con una excursión que salió de Tarifa para ver a “Espartaco” que era el ídolo de su padre.
Su padre, que era mecánico naval (motorista) , en la Empresa Lloret y Linares cuando en Tarifa había 11 fábricas de Conservas conoció a “Manolete” personalmente porque en Tarifa había un bar de Calderón al que venía el torero cordobés cuando tentaba en “Los Derramaderos”. Lo vio cuantas veces toreo en la antigua plaza de Algeciras llamada “La Perseverancia”,
Manuel es un hombre simpático. Ocurrente y no exento de gracia gaditana.
Cómo en dos semanas va a la Comunión de la hija de un sobrino junto a otros 150 invitados compara este acontecimiento actual con su comunión que narra de esta manera:
“Yo como era el más chico hube de hacer la comunión con la ropa de mi hermano mayor y con una cruz de bakelita, mientras hoy la llevan de oro.
De baquelita que como te arrimara mucho el cura la vela para comulgar salía el cristo ardiendo.
Hizo la comunión con la ropa de su hermano Paco que era de talla más chico que él. Su mare le probó la ropa cuando su hermano hizo la comunión y entonces le estaba estupenda pero cuando pasaron cuatro años a él no se le veía ni el entorchado de capitán. Matiza que el hizo la comunión con el traje de la marina no voluntario sino esforzao porque el traje era de mi hermano y con tan mala suerte que no había dinero para comprarle unos zapatos y hubo de ponerse los zapatos del hermano y con  la mala suerte d que çel a los catorce años ya calzaba el 43 y medía 177 centímetros.
Mi madre tuvo la ocurrencia de probarle los zapatos el sábado por la noche. Unos zapatos que ya habían recorrido los pies de todos los primos y que tenían lo menos 20 manos de Kanfort
Aquello no eran unos zapatos eran las botas de un buzo.
Su madre por la noche le decía:
-Manolito hijo: con lo que hay te tienes que apañar.
Ahora estoy cojo pero cuando hice la comunión parecía que llevaba unos zancos. Los pies encogidos.
Entonces no todos los que hacían la comunión se hacían fotos pues muchos no tendían dinero para hacérsela
Él hizo estampas y su madre le decía:
-No des estampa a quién no te de un duro.
A él le hizo el reclinatorio para hincarse de rodillas Alfonso el “Jorobao”.Con cajones de leche condensada y  cobró a su madre 5 duros.
No había catequesis como ahora. Uno iba unn més antes porque le decía el maestro escuela:
-Cómo no vayas mañana no hay queso, ni leche en polvo ni polvorones.
Cuando se quitó los zapatos de la comunión tenía los dedos encogidos co mno las tagarninas.
Su madre le llevó junto a su hermana Pepi (que hizo la comunión con él) a casa de su tío Julián Garrido y allí vio por primera vez un frigorífico americano que había que darle con el pie abajo a una palanca para que se abriera. Cuando llegaron les recibió la mujer que se llamaba María les dijo que tío no había llegado porque era cuando s compraba y se vendía el pescado aquí.
Los dedos de los pies le hervían. El Kanfort se estaba derritiendo del calor que mis pies despedían.
El tío Julián les dio un billete de quinientas pesetas. Era un billete como la portada de un libro. Un billete celeste con un tío con una boina.
Mi madre corriendo detrás de nosotros para quitarnos el billete pues con eso había para dos meses de comida.
En aquellos tiempos la comunión consistía en ir al Colegio de las niñas donde está hoy el Hogar del Pensionista y te ponían una olla de  chocolate y unos bollos que hacía Julio Groso y que metías el bollo en la taza y te traías la taza pega.         
Interviene Antonio Garrido y dice que él hizo la comunión calzado con unos zapatos coloraos de Segarra con la suela de tocino. Les dieron tinte blanco y con ellos hicieron la comunión los dos hermanos.


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