EN
MADRID QUE ATOREE SAN ISIDRO.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.
Veterinario y escritor.
La frase: “En Madrid que atoree San Isidro” ya la pronunció en su día Rafael Guerra “Guerrita”, porque la
afición no le podía perdonar la facilidad con la que lidiaba todo lo que salía
por chiqueros.
Pero nuestro amistoso Davíd Galván debería repetir la frase
porque el viento huracanado que soplaba en La Plaza de Toros de Las Ventas en
el día de su cita isidril, con rachas de hasta 50Km/hora, no le permitió manejar las telas de torear haciendo
imposible adaptar el toreo a los soplidos de Eolo por ese FLAMEAR tanto del
capote como de la muleta.
Ya es hora que, una vez por
todas, la primera plaza de toros del
mundo dote de unas medidas de seguridad mínima tanto a los coletudos que se
ponen delante del toro-toro, cómo a los aficionados y menos aficionados que
acuden para ver el desarrollo de un festejo sin que sea el dichoso viento quien
marque la pauta del desarrollo. Estamos en el siglo XXI y hay técnicas más que
sobradas para poner techo a Las Ventas y evitar que se caigan las estructuras
llevadas a efecto, pues lo que falta es VOLUNTAD en los responsables de
llevarlo a buen término.
El torero afincado en la villa
de Los Barrios (Cádiz) aunque de procedencia cañailla, bastante hizo con estar
delante de sus verdaderos enemigos con esa aparente tranquilidad que le
proporciona su VALOR, aun siendo consciente que en cualquier momento, unos
toros que, tampoco fueron un dechado de buena bravura, podían llevarlo al hule.
El contrasentido fue que el susto grande nos le llevamos y, él también se lo
llevaría a pesar de su certera reacción, cuando tras perder pie cayó indefenso
ante la cara del toro. ¡Su valor le salvó de la cornada!, pues caído en el
suelo no soltó la única defensa con la que contaba, ese capote que propició su
propio quite al toro cuando iba a cornearle. Luego…siguió aparentemente tan
tranquilo como si nada hubiera ocurrido.
Gran mérito el de este torero
al que hemos tenido la oportunidad de seguirle muy de cerca desde sus primeros
pinitos taurinos y hemos visto sus continuos progresos a quien ha de
ganarse sus contratos día a día, sin que
en muchas ocasiones sus indudables méritos sean reconocidos en los despachos
empresariales que se pliegan siempre a las exigencias de los figurones del
escalafón.
Los de esta zona del Estrecho
de Gibraltar padecemos con demasiada frecuencia ese molesto Levante que lo más
que nos puede proporcionar, aparte de cegarnos los ojos con la arena que
transporta, alguna caída que otra y dolores de cabeza derivados de los cambios
de presión atmosférica, pero en Las Ventas del Espíritu Santo, ese viento puede
llevar al torero directamente al tanatorio cuando el ángel de la guarda, el
amigo doctor D. Máximo García Padrós no pueda hacer el milagro que se le escapó
al labrador San Isidro.
David es culto, serio, educado y cariñoso con quien le muestra respeto. No es conflictivo y eso tampoco es valorado actualmente en la sociedad actual.
Amigo David, PUEDES ESTAR ORGULLOSO del toreo que exhibiste en la Plaza de Las Ventas en unas condiciones intolerables. ¡Tú oportunidad LLEGARÁ!
David es culto, serio, educado y cariñoso con quien le muestra respeto. No es conflictivo y eso tampoco es valorado actualmente en la sociedad actual.
Amigo David, PUEDES ESTAR ORGULLOSO del toreo que exhibiste en la Plaza de Las Ventas en unas condiciones intolerables. ¡Tú oportunidad LLEGARÁ!
Reportaje gráfico de David Galván.
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