NUESTRAS
`APRECIACIONES DE LA FERIA TAURINA FALLAS 2014.
Por
LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Finalizó
la feria taurina Fallas de Valencia del presente año. Por haber tenido que
dedicar mi tiempo a otras actividades más importantes que el mantenimiento de
este blog, no he podido subir las crónicas de las corridas. ¡Les prometo que lo
iré haciendo poco a poco cuando mis otras obligaciones me lo permitan, pues son
muchos seguidores que se ponen en contacto conmigo y me animan a que refleje
estas amplias y pormenorizadas crónicas al considerar que serán de interés
cuando pasado el tiempo alguien quiera saber como se desarrolló una determinada
corrida de toros.
Hoy
no dispongo de mucho tiempo por ello me voy a limitar a expresar mis
apreciaciones sobre esta interesante feria taurina que Valencia, de la mano del
empresario Simón Casas, nos ha ofrecido y que se ha podido seguir a través de
Canal + Toros.
En
conjunto me ha parecido una feria brillante, no sólo porque se han ofrecido
TRES NOVILLADAS interesantes, sino porque ha habido triunfos importantes que
son los que marcan al baremo de un ciclo taurino.
Finalmente
la empresa quiso tirar la casa por la ventana ofreciendo una sensacional
corrida de ocho toros con cuatro figurones del escalafón taurino que hubo de
ser retocado (también con acierto y éxito) a consecuencia de la cornada sufrida
por el incombustible Enrique Ponce al que de todo corazón deseamos una
recuperación perfecta y pronta para que nos permita poder seguir disfrutando de
su arte.
Respecto
al tema ganadero, los toros y novillos han estado en cotas más que aceptables
para las exigencias de una plaza de primera, pues salvo una corrida de toros,
que estará en el mente de todos los aficionados, el resto han tenido trapío
aceptable.
Quizá
el único borrón, que de ninguna manera es imputable a la empresa, haya sido la
disparidad de criterio entre los dos presidentes de palco, que han dado la
sensación de haber bebido su ciencia taurómaca en fuentes distintas y haber
basado su criterio de concesión de trofeos no en el REGLAMENTO COMÚN Y ÚNICO
sino en alguno de los autonómicos que tanto se prodigan.
Los
criterios de apreciación de lo realizado en el ruedo por los toreros, ha sido
tan distinta en estos jueces de palco que, el salir por la puerta grande de la
plaza de la calle Xátiva dependía de la suerte de quien como tribunal
calificador juzgara la faena. Un poco lo que nos pasaba de estudiantes en los
exámenes y que calificaba a los catedráticos de buenos o malos, suaves o duros,
razonables o imposibles.
Cuando
un servidor de ustedes ejercía las funciones de veterinario taurino en las
distintas plazas de la Comunidad de Castilla León, tanto los profesionales
veterinarios o como los presidentes de las corridas de toros, realizaban
anualmente unas Jornadas de Unanimidad de Criterios con la finalidad de que el
examinado en el ruedo contara con igualdad de oportunidades en todas las plazas
de la Comunidad Autónoma.
Cierto
es que siempre había algún que otro disidente, sin que nos explicáramos la
razón de su separación de lo establecido por reglamento. Pero lo ocurrido en
Valencia, con solamente dos personas que actúan en la misma plaza, es
INCOMPRENSIBLE. Su no ajustarse a reglamento ha privado de la salida por la
puerta grande a más de un coletudo y eso molesta no solo al interesado, sino
también al aficionado y al espectador a quienes se les han cercenado sus
derechos como artífices de las funciones que desempeñan en la plaza como verdaderos sustentadores de la Fiesta.
El
primer trofeo lo concede el público con su petición mayoritaria, aunque posiblemente
el presidente díscolo de Valencia base la no concesión del primer trofeo en que
matiza demasiado, es decir “hila excesivamente fino” el párrafo nº 7 del
Artículo 33 del CAPITULO II titulado De
los espectadores y de sus derechos y obligaciones que textualmente dice: “Los espectadores mediante su
exteriorización tradicional, podrán instar la concesión de trofeos a que se
hubieran hecho acreedores los espadas al finalizar su actuación” y también es posible que,"rizando el rizo", se apoye en el
párrafo nº 2 del Artículo 82 del CAPÍTULO IV titulado Del último tercio de la lidia que textualmente dice: “Los premios o trofeos serán concedido de la
siguiente forma: los saludos y la vuelta al ruedo los realiza el espada
atendiendo, por si mismo, a los deseos del público que así lo manifieste con
sus aplausos. La concesión de una oreja se realizará por el Presidente que
tendrá en cuenta la petición del público, las condiciones de la res, la buena
dirección de la lidia en todos los tercios, la faena realizada tanto con el
capote como con la muleta y, fundamentalmente, la estocada”.
Visto
lo visto caben dos posibilidades: que el presidente díscolo sea un perfecto
interprete del reglamento taurino como parece colegirse de la importancia dada
a la suerte suprema o que pase del reglamento y haga valer su condición de
Presidente y se tome al pie de la letra en sus funciones como funcionario, el Artículo 37 del CAPÍTULO III
titulado De la Presidencia de los
espectáculos especificado así:
“El Presidente es la autoridad que dirige el
espectáculo y garantiza el normal desarrollo del mismo y su ordenada secuencia,
exigiendo el cumplimiento exacto de las disposiciones en en la materia,
proponiendo en su caso a la Administración competente la incoación de
expediente sancionador por las infracciones que se cometan” y luego “haga
de su capa un sayo” en la concesión de trofeos de manera dictatorial
convirtiéndose en juez único.
En
Valencia la actitud de un Presidente influyó en la forma de transcurrir de
algunas corridas al desmotivar tanto al espada, que cambió su quehacer del lado
del cabreo totalmente incompatible con la creación de arte que es en
definitiva la esencia de la corrida de toros; cómo en el público que llegó a inhibirse en la petición de trofeos al ver que de nada serviría su petición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario