LA
FIESTA EN LOS MOMENTOS ACTUALES.
Por
LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Las
preocupaciones de los aficionados a la Fiesta de los Toros pasan porque ven el
deterioro progresivo de la misma debido a que se están prostituyendo a marchas
forzadas los valores de autenticidad, pureza e integridad.
Durante
muchos años se ha estado manipulando, en sentido involucionista, la piedra
angular del toreo que no es otra que el TORO en su casta y fuerza. Esto ha
llevado, en los tiempos actuales, a un éxodo de los aficionados que, con sus
denuncias han arrastrado a los espectadores. Hoy la asistencia a las corridas
de toros es paupérrima y naturalmente esto preocupa a los taurinos que viven de
ello.
Taurinos
que no se preocuparon de la Fiesta en épocas de “vacas gordas”, porque abogaban
por el socorrido dicho de que “la Fiesta se defendía sola” cuando el paso del
tiempo les hizo ver que con esta cómoda postura se perdían colonias donde
siempre hubo arraigo y afición por culpa de una crisis institucional impulsada
por ciertos nacionalismos ciegos que tenían muy clara la estrategia a seguir
sin pausa, de manera reiterativa y machacona.
Vinieron
las "vacas flacas" y, sin mover un solo dedo para defender la Fiesta, tratando de encontrar razones de la debacle, echaron la culpa a la mala
ubicación de la Fiesta de los Toros, al considerar que en vez de estar regida por el Ministerio de
Interior debería estar en el Ministerio de Cultura, creyendo que con este
cambio el organismo estatal haría la defensa (como en parte fue) pero convencidos que iban a ser ellos quienes la regularían y acabarían con la integridad y
la pureza de manera definitiva.
Mi
amigo José Luis García García Presidente de la plaza de toros de Segovia, decano
de los presidentes de plazas de toros de España, me envía, para su análisis, un
artículo que no tiene desperdicio donde se hace eco de las vicisitudes por las
que está pasando nuestra fiesta más nacional. Las desmenuza con verdadera
maestría, como no podía ser de otra manera en un profundo conocedor de la Fiesta,
y acaba con pesimismo sobre el futuro dando incluso algunos consejos entre los
que destaca la adaptación del desarrollo del espectáculo a las exigencias de
los tiempos actuales pero sin tocar a los dos pilares básicos cual son: TORO y
TOREO.
Le
abruma que el TORO de ahora tenga más “toreabilidad”, pero esté casi carente de
peligro y riesgo en una embestida noblona y aborregada.
Para
José Luis al igual que para mí y también para todo buen aficionado, los toros
son RIESGO y EMOCIÓN, donde el torero ha
de torear de verdad y no limitarse a pasar olímpicamente de bregar de capote (lo más bonito y difícil del toreo),
meter una sola vez el toro al caballo (evitando la confrontación de quites), dar pases sueltos sin ligazón (rompiendo el ritmo de embestida al toro) y basar
todo en la faena de muleta, desconsiderando la suerte suprema, para cortar las orejas.
José
Luis basa la crisis de la fiesta en la suma de una triple crisis: económica, del toro y del toreo. Consecuenia: el poco público en las ferias de Valencia,
Sevilla, Madrid y Bilbao.
Mi opinión estriba en que son
tantos los profesionales taurinos que quieren "sacar tajada" de la fiesta de los
toros que, tras el recorte selectivo de empresarios de "medio pelo" los grandes trust se unieron y llevaron a ella la especulación y ésta, al igual que acabó con la
economía mundial, acabará con la fiesta de los toros. Y para que esto no
ocurra, los aficionados habremos de subvertir la inmoralidad dominante para
sustituirla por la ética y la decencia y quitar la máscara a los miserables que
han llevado la fiesta a estos extremos.
La
Fiesta de los toros genera por temporada en torno a los 1800.000.000 de euros y
eso es un capital y el capitalismo se guía por el beneficio individual bajando
salarios a los toreros mediocres, haciendo pagar a los novilleros por torear y uniéndose a los toreros figurones para
llevarse los euros.
Estos
figurones han devaluado al toro en haras de su comodidad presionando a los
ganaderos para que críen toros con “toreabilidad”, carentes de la imagen mítica
que en su día encumbró a la Fiesta, pues de no hacerlo se tendrían que "comer
con papas" sus camadas. Han contado con la colaboración de ganaderos-ganaduros (que crecieron como los hongos en la época de las vacas gordas) que difieren de
aquellos que eran ganaderos-señores a los que les importaba un bledo los
dineros y sí, y mucho, su prestigio social (que casi han desaparecido en esta etapa de crisis bestial).
¿Cómo
se logra este tipo de toro? A base de fase de acabado con enclaustramiento casi
total, enfundado de cuernos, manipulaciones, mimo y más mimo y falta casi total
de ejercicio para convertir a quien debería ser un atleta, en cuasi un
minusválido al que el público ya no lo considera casi invencible, sino casi indefenso. Toros
criados para el último tercio de muleta sin que en su selección cuente para
nada el tercio de varas que es el que mide la bravura y el poder.
Al
devaluar al toro, los intereses y aspiraciones de los figurones del escalafón
no corresponden con los paganos en taquilla entre los que suele haber, a pesar
de ello, aficionados quienes tienen muy claro que el valor de una faena de
lidia de un toro depende primordialmente del cornúpeta que haya delante y ha llevado a que toreros que ocupan la cúspide de la pirámide taurina sufran dificultades en su contratación.
Ahora
las plazas están vacías y más que lo estarán sino se pone remedio al problema
por parte de empresarios, toreros, ganaderos y Administración que ha de ponerlas cartas sobre al tapete a quien no cumpla sus deberes.
José
Luis ha inspirado mi último artículo desde Tenerife antes de mi vuelta a mi
gabinete de trabajo altruista para seguir ocupándome de cómo van las cosas del mundo del
toro y llevárselas a ustedes con el máximo rigor medido con un termómetro digital y no con uno de mercurio donde el frotamieno previo de la ampolla receptora falsifica el pulso de la sociedad taurina.
Indudablemente la Fiesta de los Toros se enfrenta en estos momentos a una profunda crisis económica a la tque no podía mostrarse ajena, a una crisis institucional nacionalista y a una pérdida de identidad de las piedras bases de su pervivencia cual son TORO y TOREO y estas han sido las causas por las que el público ha dejado de asistir a presenciar las corridas de toros al preferir diversiones más rentables ante el dilema que le plantea la falta de solvencia económica donde en el caso de la juventud es angustiosa.
Indudablemente la Fiesta de los Toros se enfrenta en estos momentos a una profunda crisis económica a la tque no podía mostrarse ajena, a una crisis institucional nacionalista y a una pérdida de identidad de las piedras bases de su pervivencia cual son TORO y TOREO y estas han sido las causas por las que el público ha dejado de asistir a presenciar las corridas de toros al preferir diversiones más rentables ante el dilema que le plantea la falta de solvencia económica donde en el caso de la juventud es angustiosa.
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