MUERTE DE DOS NOVILLOS A PUERTA CERRADA EN “LA DOCTORA”.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
En la tarde de ayer asistí a un espectáculo en una plaza de tientas que difiere de la normalidad.
Lo voy a comparar con una buena comida en un restaurante de lujo. Sí, porque como en éste, se comienza con unos entrantes suaves, para seguidamente proceder a degustar los platos fuertes y finalmente suele acabarse con champan que suele ser el buen vino final de las bodas de Canaán.
Así fue.
Los entrantes, representados por una erala avanzada que aprendió demasiado pronto por su pitón derecho, trayendo de cabeza a cuantos osaron torearla por ese cuerno.
Los platos fuertes, tenían su representación en dos novillos que los mandatarios de dos novilleros habían adquirido para matarlos a puerta cerrada.
Y el champan, lo podemos equiparar a la enorme calidad del segundo novillo que a pesar de sufrir la mayores desgracias que se pueden dar en una plaza de toros, embistió mucho y bueno durante las tres entradas al caballo de picar, y las casi cien embestidas que ofreció tanto con capote como finalmente con muleta.
Todo el mundo del toro estaba contrariado, porque el primer novillo lidiado y estoqueado en la coqueta y cuidadísima plaza de tientas de “La Doctora”, no fue noble, ni boyante, ni tenía recorrido en la muleta. Tampoco, a decir verdad, era una alimaña que en cada embestida quisiera arrancar la cabeza al novillero.
Cierto que para mí entender el ganadero (Miguel hijo), con quien compartí burladero, estaba disgustado y es comprensible, puesto que al fin y a la postre, la bravura es la incógnita a despejar en su alquimia. ¡El único con derecho a disgustarse! Pero… ¿el resto?
¿Acaso no tienen el concepto claro de para que sirve matar un toro o novillo a puerta cerrada?
¿Tampoco el que todos los toros o novillos, tiene su lidia?
Pues bien, con estas premisas sentadas, estimamos que este complicado novillo, fue una buena piedra de toque y provechoso entrenamiento de preparación para el novillero de San Fernando David Galván, que durante toda la lidia “estuvo en novillero” y que de haberle dejado sus mentores, hubiera exprimido al novillo hasta dejarlo exhausto, pues esa era la finalidad, ¡prepararse con el material que puede salirle de ahora en adelante en sus próximos e importantes compromisos como parte integrante de ese repóquer de prometedores novilleros!
El que el novillo no sea de la familia de los denominados “toros artistas” hasta cierto punto es bueno, pues lidiar estos otros novillos, que en la mayoría de las ocasiones salen por chiqueros en cualquier plaza de categoría, forja a los novilleros en su entrenamiento de preparación.
Mi padre, como buen taurino que era, siempre decía:
“Todos los toros, tienen su lidia”
Y si el primero de ayer en “La Doctora” con el hierro de la M, no fue un dechado de bravura, si fue un novillo que nunca se rajó, tirando siempre para adelante y sabiendo en todo momento lo que se dejaba atrás, de ahí su corta embestida. Mi opinión es que resulto afectado en la suerte de varas con un primer puyazo excesivamente caído. ¡Una suerte que indudablemente va a dar la pauta del posterior comportamiento!
¡David Galván no le perdió la cara en ningún momento!
¡David Galván no se desanimó!
¡David Galván toreo hasta que le cortaron la tauromaquia sus mentores tal vez tratando de evitar cualquier percance!
Y todo esto para el novillero fue muy importante con la finalidad de poder asistir al compromiso de Barcelona con preparación y con posibilidades de éxito.
¡Los novillos bondadosos, los torea cualquiera que tenga el valor de ponerse delante, pero donde hay que estar “hecho un tío” es ante novillos que en cualquier descuido pueden cogerte y David, estuvo “en novillero”!
El segundo novillero actuante fue el ciezano Samuel Rodríguez quien habló conmigo y me confesó su bisoñez.
Lidió prácticamente a la vaca del aperitivo, (David intervino esporádicamente con el capote). Nos demostró sus carencias, pero también sus virtudes toreras al lograr una serie de buenos muletazos que le enviaré a su correo electrónico para que los vea, los estudie y saque conclusiones útiles para ir desarrollando y perfeccionando su torería incipiente.
Al final de su faena de muleta los ganaderos Curro y Miguel Mateo Mateos, dieron la oportunidad a alumnos de la Escuela Taurina de Algeciras que estaban “haciendo tapia”, alguno de los cuales torearon con arte y sentimiento y, todos con valor, colocándose, por desconocimiento, delante del siempre peligroso pitón derecho de la cuasi vaca, que atropellaba a quien osara desafiarla por ahí.
Samuel en su toro estuvo bien, como se puede pedir a un torero incipiente ante un toro excepcional a pesar de que sufrió lo que les relato para que vean cómo a pesar de que su bravura natural se convirtió en “bravura disociada”, rindió a niveles casi del 80 %.
¡Esa “bravura disociada” consecuencia del dolor! que hace que en ocasiones los toros no rematen sus embestidas de manera noble y sin imponderables.
El novillo de salida remató en todos los burladeros y sufrió un porrazo enorme en el segundo derrote sobre el burladero de hormigón en el que la cutícula perióplica del cuerno resultó desprendida sin que, cosa rara, sufriera la fractura de la clavija ósea con la consiguiente pérdida de la vaina del pitón derecho a la salida del caballo de picar. Cuerno que estuvo sangrando durante toda la lidia.
El padre de Samuel, desde un burladero le estuvo dirigiendo y el novillero como buen alumno siguió las directrices de su director.
Buenos pases que reproduzco en el reportaje y una estocada excesivamente trasera al meter la mano a destiempo y de la descoordinación de alturas entre novillo y novillero. También practicó el descabello.
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