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martes, 23 de febrero de 2010

QUINTA Y ÚLTIMA CORRIDA DEL CICLO TAURINO VALLADOLID 1974.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Presidiendo el Sr. Zalama, asesorado en materia artística por Fernando Merino, saca el pañuelo en el último festejo ferial donde con algo más de medio aforo se lidiaron astados de buena presencia pertenecientes a la ganadería de “Hoyo de la Gitana”. Destacaron, por su bravura y nobleza, los lidiados en primero y quinto lugar.
En el palco asignado, la Reina de las Fiestas de Valladolid acompañada de su cortejo de damas y en el de al lado, la Reina de la Vendimia de Jerez acompañada por dos de sus damas.
Se comenta en los tendidos la grave cornada sufrida por Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea” ayer, en la feria de Salamanca.

El primer toro de la tarde atiende por “Barrabás”, marcado con el número 15, negro de capa y 448 kilos de peso. Resultó ser un toro que no hizo honor a su nombre, sino que se por el contrario fue noble y bravo.
José Manuel Inchausti “Tinín”, en su reaparición, lo saluda con unas verónicas donde la voluntad predomina sobre el lucimiento.
Con puyazo certero el espada pide el cambio de tercio que la presidencia concede.
Un par y medio de banderillas traserillos dan paso a la faena de muleta.
“Tinín” no es capaz de aprovechar, en su totalidad, las excelentes condiciones de su oponente, pues en la faena, realizada en medio de aplausos y música de las charangas, entremezcló redondos, naturales, afarolados, manoletinas y pases de rodillas, aceptables a secas.
Le faltó al diestro transmitir al público el mensaje emocional y artístico.
Acaba con el toro de pinchazo bien señalado y estocada baja.
El toro es ovacionado en el arrastre mientras José Manuel saluda desde los medios cuando debió hacerlo desde el tercio.

Su segundo que corresponde al cuarto de la tarde, se llama “Hormiguero”, marcado con el número 20, otro negro de 511 kilos.
Lo saluda con unas verónicas elegantes que remata con una media ceñida.
Recibe en varas un buen puyazo tras el cual se lucen en banderillas “Romerita” y Juan Gutiérrez.
José Manuel comienza la faena de muleta con unos redondos para seguir con un molinete de rodillas seguido de otro en pie que da paso a redondos, afarolados y manoletinas carentes de hondura y de chispa torera.
Rematadamente mal con la espada. Cuatro pinchazos de mala manera y una estocada defectuosa propician que el toro doble para ser apuntillado certeramente por el cachetero.
Un silencio sepulcral no pudo ser más elocuente.

El segundo toro de la tarde, responde por “Distinguido”, lleva el número 38, negro de capa y 471 kilos. Es un toro de preciosa lámina que de salida remató en las tablas del tendido 8.
Santiago López se estira en unas buenas verónicas.
Tras la suerte de varas el toro queda muy mermado de fuerzas.
La faena de muleta la comienza Santiago con dos estatuarios a los que siguen unos ayudados por alto.
Continúa con naturales suaves y largos que es lo que requería el astado, no obstante lo cual rueda por la arena.
Sigue Santiago López por naturales. En el remate de uno de ellos, el toro se cae y se rompe una pata por lo que ha de ser rematado en el suelo con el verduguillo por el espada.
Santiago saluda desde el tercio.

Su segundo, quinto de la corrida, atiende por “Piel de plomo”, luce el número 3, es negro y pesa 552 kilos. Un buen mozo.
Santiago López lo saluda con tres largas cambiadas de rodillas que provocaron una gran ovación. Ya de pie, sigue lanceando a su oponente con gusto al igual que en el quite tras el puyazo.
Parean bien Félix Guillén y Joaquín Mompo.
Santiago aprovecha las excelentes condiciones del toro.
Tras brindar al público, comienza su faena con dos ayudados por alto a los que siguen, excelentes redondos, templados naturales y molinetes con las rodillas en tierra.
Finaliza la faena con tres naturales impresionantes de temple y largura que levantan al público de los asientos aplaudiendo con fruición.
Los aceros le privan de un triunfo grande. Pinchazo citando a recibir, estocada que hace guardia, un pinchazo más y definitiva estocada.
Una ovación premia a toro y torero.

El tercer toro de la tarde es le primero de lidia para Raúl Sánchez. Es un toro marcado con el número 14, que se llama “Mirasuelo”, negro y 463 kilos de peso. De salida el público advirtió que no veía por el ojo derecho, siendo protestado.
Raúl Sánchez no estaba en condiciones de torear, pues el paseíllo lo realizó cojeando a causa de una cornada abierta que padecía. Menos mal que a causa del defecto visual de su enemigo apenas tuvo que intervenir.
Se limitó a cuadrarlo y pasaportarlo de pinchazo y estocada para que luego los puntilleros fallaran en demasiadas ocasiones.

Su segundo es el sexto y último de la corrida y de la feria. Luce el número 4, se llama “Corralero” y pesa 493 kilos.
Raúl Sánchez se estira en las verónicas de saludo.
Tras llevarlo artísticamente al caballo el piquero le administra un marronazo y una vara trasera.
Raúl brinda a la Reina de la Vendimia de Jeréz para seguidamente ser el toro quien se hizo dueño de la plaza y a punto estuvo de llevar la tragedia al coso del Paseo de Zorrilla.
Raúl sufre dos cogidas impresionantes, salvándose de milagro, tal vez porque San Pedro Regalado hiciera un nuevo quite en su santa trayectoria.
El toledano estuvo voluntarioso a pesar de su escasa condición física.
Mata de estocada delanterilla y el público respiró de la angustia soportada durante la lidia del último toro de la feria.

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