POESÍA TAURINA SÉPTIMA.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor .
GERARDO DIEGO.- Insigne poeta y académico de la Real Española de la Lengua y muy aficionado al toreo, en su inspiración dedicó al que fuera famoso torero Rafael Albaicín, ahijado del pintor mundialmente famoso don Ignacio Zuloaga, la siguiente composición titulada: “Las sibilas y el arcángel”:
Campanas están gritando
que han traído de París
a un churumbel de dos cuartas
que ya se sueña Albaicín.
Cinco hadas le faldan, cinco;
Una, dos, tres, cuatro,
cinco comadres le fajan
En cinco varas cañí.
Cómo rueda el angelito
ciñéndose el serpentín
de algodón de faraones
perfumado de Coty.
Ay que ojos abre Agustina,
Mónica de este Agustín,
viendo entrar en su aposento
a aquellas cinco gachis.
Esa que pisa menudo
es la morena Judit,
que curó un día a Holofernes
cierta jaqueca sutil.
A esa otra le dicen reina
Cleopatra la bari,
áspid de cráneos rapados,
Meridiano de nariz.
Por allí viene una india
entre ébano y marfil
que a Rabindranaz Tagore
le inspiró Gutanjalí.
De Grecia llega una Gracia,
y de la Arabia feliz,
paraíso de profetas
y de potros una huri.
Dicen las cinco sibilas
en torno al botón de alfil,
la punta del minarete
le izará ronco muecín.
Bailará-brazos de azogue-
el fandango del candil
tocará en piano de plata
mazurcas de Borodín.
Toreará como los ángeles
por San Marcos y San Gil
le robará a su padrino
veronés, prusia y carmín.
Déjame apuntar la hora
con lápiz azul turquí
que estos milagros, Pastora,
no se suelen repetir.
Son las cuatro de la tarde
del veintisiete de abril
del año del armisticio
y siglo de gran follín.
Por la plaza de Valencia
una brisa de zafir
vuela de negro bonete
la pluma del alguacil.
El último convidado
llega tarde, pero al fin,
Rafael como un pez nuevo,
plata del Misisipí.
¿Tú le has visto?-No le he visto
pero que aroma de jazmín,
o aquí ha nacido un torero,
o se ha muerto un serafín.
Gerardo Diego.- (Santander 1896.Madrid 1987). Considerado como uno de los poetas más representativos del “Generación del 27”. Poesía a la que entró influenciado por Juan Ramón Jiménez en el año 1920 con el “Romancero de la novia”, desde su puesto de profesor de literatura y música al que llegó tras estudiar Filosofía y Letras en Deusto y posteriormente doctorarse en Madrid.
Tras breve estancia en París, durante la guerra civil española, donde entabló amistad con Vicente Huidobro conoció la pintura cubista a la que dedicó versos tales como: “Imagen” (1922) y “Manual de Espuma” (1924)
Compañero de Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Federico García Lorca o Miguel Hernández entre otros.
En el año 1925 obtuvo el Premio Nacional de Literatura ex aequo con Rafael Alberti y en 1947 el Premio Cervantes ex aequo con Jorge Luis Borges.
No hay comentarios:
Publicar un comentario