LA MONUMENTAL DE LAS VENTAS.-
La construcción de la plaza se debe
a la iniciativa de “Joselito” José Gómez “Gallito”
junto a la de su amigo el arquitecto José Espelius y Anduaga quien también fue
autor de los planos del Ministerio de Marina de Madrid.
José Espelius era un gran aficionado
que estaba abonado a un balconcillo de
la grada 9 de la desaparecida plaza de Felipe II. Bombista acérrimo, defensor
del arte y valor de Ricardo Torres y por lo tanto enemigo taurómaco de Rafael “El Gallo” que era el rival por entonces
del diestro de Tomares.
Cómo era un gran aficionado, nada
más darse de baja del escalafón taurino “Bombita”,
se dio de alta en las filas de “Joselito”
al considerar a este torero como una continuación corregida y aumentada de
Ricardo.
Un día fueron presentados en un
hotel de San Sebastián por el empresario donostiarra Sabino Ucelayeta y desde
entonces los dos Pepes, se profesaron sincera amistad.
Era empresario del viejo coso
madrileño el bilbaíno D. Julián Echevarría “Julianón”
y “Joselito” siempre se
lamentaba de
la escasa capacidad del coso que no permitía la asistencia a las corridas de
las clases modestas. Causa por la que continuamente estuviera lanzando misivas
al arquitecto para que éste se hiciera eco en su idea de construir una nueva plaza
de toros.
Hubo discusiones entre ellos porque
Espelius abogaba por una ampliación de la vieja plaza mientras “Joselito” insistía en:
“Nada, nada, don José ¡Hay que
“haser” en Madrid una “plasa monumentá”, y esa plasa la tengo que
inaugurar yo!”
Ante las dificultades que el
arquitecto planteaba, “Joselito” le
decía:
¡Pues es “usté” un mal “afisionao” y no quiere ser amigo mío!
En al año 1918, hallábase “Joselito” con Isidro Amorós en su
casa de la calle Arrieta, cuando se
presentó todo alborozado José Espeliu y le dijo a “Joselito”:
-Oye José. ¡Te vas a salir con la tuya! ¡Madrid va a tener una plaza
como la que tú quieres, monumental!
“Joselito”
al tiempo que saltaba de alegría dijo:
- ¿Qué me dice usté?
-Que unos amigos míos tienen el propósito de constituirse en sociedad
para explotar como empresa el negocio taurino al finalizar el contrato que
tiene celebrado Echevarría con la Diputación Provincial ofreciendo a esta, a
cambio de la actual plaza, otra como la que tú deseas, pues tu idea les ha parecido estupenda.
Y desde ese momento, ambos se
reunían para estudiar proyectos y examinarlos detenidamente. Se discutió el
emplazamiento, acordándose fuera construida el final del Paseo de la
Castellana. Se celebraron continuas conferencias con el ceramista Guijo,
estando presente en alguna el apoderado de “Joselito”,
don Manuel Pineda.
Y llegamos al año 1919 y al día 28 de
junio en que ante la Corporación Provincial, se presenta una instancia firmada
por al arquitecto D. José Espelius y Anduaga acompañada de una memoria, planos
y presupuesto para construir una plaza de toros monumental en terrenos situados
no en la Castellana, sino en la parte izquierda
final de la calle de Alcalá que ocupaba una superficie de 800.000
pies cuadrados y que era propiedad de D. Manuel Padrillo.
En la memoria se dedicaba un
respetuoso recuerdo a los arquitectos D. Lorenzo Álvarez Crapa y D. Emilio
Rodríguez Ayuso autores de la plaza aún existente y se hacía constar que el
nuevo edificio conservaría igual estilo arquitectónico que el de la plaza que
iba a desaparecer.
Accedió la Diputación a las
pretensiones del arquitecto Espeliu y éste subrogó todos sus derechos a favor
de la Sociedad Anónima Nueva Plaza de Toros de Madrid, y cuando esta venía ya
explotando la vieja, siendo consejero delegado el arquitecto, se formalizó
entre el organismo oficial y la expresada sociedad una escritura ante el notario D. Alejandro Arizcun
y Moreno, comprometiéndose la última a
construir la monumental plaza a cambio de explotarla durante 50 años.
Ocurría esto el 6 de agosto de 1921
cuando ya “Joselito” había fallecido
el año anterior. En la mañana del 19 de marzo del año 1922 se celebró en el día
del santo de “Joselito” el acto de
colocación de la primera piedra. Las obras comenzaron en el año 1920 y terminaron
diez años después.
Los obreros dirigidos por el maestro
constructor D. Andrés Blanco cavaron un hoyo de metro y medio de profundidad en
el centro del proyectado redondel y allí
se enterró una copia del acta levantada en unión de los diarios que se habían
ocupado del suceso. Estaban presentes el arquitecto Espelius (que también murió
antes de ver terminada la plaza) el gerente de la sociedad D. Federico Blanco y
el abogado de la entidad D. Gregorio Fraile.
Cuando murió el arquitecto Espelius
le sucedió en la dirección de las obras el también arquitecto D. Manuel Muñoz
Monasterio que acabó la plaza por un montante económico de 12 millones de
pesetas.
La inauguración de la Monumental de
Las Ventas a pesar de que figura en la fecha del 24 de octubre de 1934, la
verdad es la siguiente:
Fue inaugurada el día 17 de junio de
1931, año en que la plaza se encontraba en condiciones de abrir sus puertas
pero con el inconveniente del acceso hasta la plaza. Tras gestiones laboriosas
se subsanaron las dificultades. En el palco de autoridades estaba D. Niceto
Alcalá Zamora, presidente de la República.
El cartel fue el siguiente:
Espadas actuantes. Ganadería del toro lidiado.
Diego Mazquiarán "Fortuna" Juan Pedro Domecq (Veragua) Jerez.
Marcial Lalanda. Julián Fernández (V Martínez) Colmenar.
Nicanor Villalta. Manuel García (Aleas) Colmenar.
Fausto Barajas. Concha y Sierra. Sevilla.
Luis Fuentes Bejarano Graciliano P Tabernero Salamanca
Vicente Barrera Sánchez de Coquilla Salamanca
Fermín Espinosa "Armillita chico" Agustín de Mendoza Zafra (Badajoz)
Manuel Mejías "BIenvenida" Indalecio García Córdoba
El primer toro que piso el ruedo fue
“Hortelano” de Domecq.
El tercero que correspondió a
Villalta fue devuelto al desriñonarse tras derrotar sobre un capote caído. Le
sustituyó uno de Moreno López de Villena.
El séptimo de “Armillita” fue sustituido
por otro de Villena.
El primer toro fogueado fue el de “Bienvenida” de nombre “Milagroso”.
El primer capotazo lo dio Morato que
también puso el primer par de banderillas.
La primera vara la propinó Anguita.
El primer presidente de corrida fue
D. Pedro Rico Alcalde de Madrid, asesorado por “Guerrita”, Fuentes, “Bombita”,
“Machaquito”, Vicente Pastor y “Bienvenida”.