LA CORRIDA GOYESCA DEL 2 DE MAYO DEL 2008 EN MADRID.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Había despertado mucha expectación esta corrida de toros. No solo por los espadas actuantes, artistas de verdad, sino por los toros, puesto que este encaste había proporcionado éxitos sonados en anteriores comparecencias en el coso de Las Ventas.
Y en una tarde verdaderamente primaveral, sin gota de viento, el coso monumental de Madrid se llenó hasta la bandera.
Los toreros:
José Ignacio Uceda Leal: Nace en Madrid el 21 de enero de 1.977.
Alternativa en Madrid el día 3 de octubre de 1.996 de manos de Curro Romero y con Julio Aparicio de testigo.
Confirma en México el 7 de noviembre de 1.999 con Eulalio López “El Zotoluco” de padrino y Óscar San Román de testigo.
Manuel Jesús Cid Sala: Nace en Salteras (Sevilla) el 10 de marzo de 1.974.
Alternativa en Madrid el 23 de abril del 2.000 con David Castro “Luguillano” como padrino y Juan Serrano “Finito de Córdoba” como testigo.
Confirma en Bogotá el 20 de febrero del 2.005 con Enrique Ponce de padrino y Paco Perlaza de testigo.
Sebastián Castella Turzack: Nace en Beziers (Francia) el 31 de enero de 1983.
Alternativa en Beziers el 12 de agosto del 2.000 Enrique Ponce como padrino y José Tomás de testigo.
Confirma en Las Ventas el 28 de marzo del 2.004 con Enrique Ponce y Matías Tejela de testigo.
Los toros:
De Valdefresno que pastan en los términos municipales de San Muñoz y Tabera de Abajo (Salamanca). Su procedencia Lisardo Sánchez origen Parladé.
Y con estos ingredientes a la no muy taurina hora de las 18,30 horas comenzó un festejo presidido por D. Julio Martínez Lorenzo que acertó en sus decisiones pese a que el público no estuvo de acuerdo con que no devolviera a corrales el quinto de la tarde que lo único que hizo el descastado animal fue presentar “malas ideas”, puesto que aunque demostró falta de fuerzas en algunos episodios de la lidia, no lo acusó en los momentos puntuales que pudieran haber llevado al presidente a tomar la decisión de enviarlo a la muerte ignominiosa por apuntillamiento tras su devolución.
Se trataba de una corrida goyesca conmemorativa de los 200 años del levantamiento del pueblo de Madrid contra el francés invasor de ahí que los diestros aparecieran ataviados con el típico traje que Goya reflejó en muchos de sus dibujos sobre la lidia de toros bravos.
Uceda Leal de amaranto y azabache.
“El Cid” de verde y gusanillo negro.
Sebastián Castella de malva y gusanillo de oro.
Corrida que fue televisada en directo por Tele Madrid.
El primer toro de la tarde atiende por “Pelotito” lleva el nº 40 sobre los costillares, pertenece al hierro de Valdefresno y tiene un peso de 538 kilos. Es un ejemplar muy bien armado, de cuello corto y astracanado que demuestra un comportamiento frío de salida.
Uceda Leal lo recibe con unas verónicas donde predomina el pie hacia atrás en el momento del embroque y que culmina con un buena media verónica que pecó de poco ajuste.
Con cuatro lances por delante sin cruzar lo lleva al caballo de picar que monta Israel de Pedro quien se agarra arriba a un toro que aprieta sin cabecear y que recibe una larga vara.
A la salida nuevamente Uceda lo lleva por medio de dos lances por la cara a la nueva entrada volviendo a agarrase el piquero arriba.
El Cid aprovecha su quite con una verónica muy buena. A la segunda el toro se para y Manuel Jesús remata con dos medias verónicas por ambos lados de perfecta ejecución que son aplaudidas.
En banderillas con la lidia perfecta de Luis Miguel Campano, parean sus compañeros destacando Antoñales que coloca dos buenos pares que merecen el aplauso del respetable.
Uceda al filo de las tablas brinda a su mujer e hijos mientras el toro se entretiene en escarbar sobre la arena de un burladero.
La faena la comienza con un pase por alto de el cual el toro sale muy suelto. A la vuelta de su largo viaje un pase por bajo va seguido de dos pases por alto que son rematados con el doble de pecho realizados con suavidad.
El diestro se aleja del toro. Lo llama y acude con prontitud en dos derechazos el segundo de los cuales es muy bueno y ligado. Dos nuevos que son rematados con el de pecho de perfecta ejecución y seguido de una trinchera. El toro sigue la muleta sin cabecear.
Sigue con la derecha en una serie de cuatro redondos ligados que son abrochados con el doble de pecho.
Nueva serie de tres redondos que son finalizados con el doble de pecho.
El toro es un noble animal propiciador de una puerta grande.
Uceda se echa la muleta a la zurda para instrumentar una serie de dos naturales buenos y ligados. Al tercero le engancha la muleta porque el torero no estaba colocado debidamente y abrocha con el doble de pecho.
La faena no ha remontado por falta de vibración.
Uceda Leal lo recibe con unas verónicas donde predomina el pie hacia atrás en el momento del embroque y que culmina con un buena media verónica que pecó de poco ajuste.
Con cuatro lances por delante sin cruzar lo lleva al caballo de picar que monta Israel de Pedro quien se agarra arriba a un toro que aprieta sin cabecear y que recibe una larga vara.
A la salida nuevamente Uceda lo lleva por medio de dos lances por la cara a la nueva entrada volviendo a agarrase el piquero arriba.
El Cid aprovecha su quite con una verónica muy buena. A la segunda el toro se para y Manuel Jesús remata con dos medias verónicas por ambos lados de perfecta ejecución que son aplaudidas.
En banderillas con la lidia perfecta de Luis Miguel Campano, parean sus compañeros destacando Antoñales que coloca dos buenos pares que merecen el aplauso del respetable.
Uceda al filo de las tablas brinda a su mujer e hijos mientras el toro se entretiene en escarbar sobre la arena de un burladero.
La faena la comienza con un pase por alto de el cual el toro sale muy suelto. A la vuelta de su largo viaje un pase por bajo va seguido de dos pases por alto que son rematados con el doble de pecho realizados con suavidad.
El diestro se aleja del toro. Lo llama y acude con prontitud en dos derechazos el segundo de los cuales es muy bueno y ligado. Dos nuevos que son rematados con el de pecho de perfecta ejecución y seguido de una trinchera. El toro sigue la muleta sin cabecear.
Sigue con la derecha en una serie de cuatro redondos ligados que son abrochados con el doble de pecho.
Nueva serie de tres redondos que son finalizados con el doble de pecho.
El toro es un noble animal propiciador de una puerta grande.
Uceda se echa la muleta a la zurda para instrumentar una serie de dos naturales buenos y ligados. Al tercero le engancha la muleta porque el torero no estaba colocado debidamente y abrocha con el doble de pecho.
La faena no ha remontado por falta de vibración.
En la suerte contraria y entre las dos rayas del tercio de picar entra a matar logrando un pinchazo arriba que el toro escupe.
En la suerte natural logra una media estocada en todo lo alto que tumba al toro sin puntilla. Es ovacionado el matador.
Su segundo toro se llama “Buscador” también de Valdefresno, lleva el nº 75 en los costillares y pesa 579 kilos. Está dotado de unos pitones descomunales.
En la suerte natural logra una media estocada en todo lo alto que tumba al toro sin puntilla. Es ovacionado el matador.
Su segundo toro se llama “Buscador” también de Valdefresno, lleva el nº 75 en los costillares y pesa 579 kilos. Está dotado de unos pitones descomunales.
Uceda lo recibe por verónicas. Una vez fijado el toro lo lleva por lances por delante a los dominios del picador que es Diego Ochoa quien marra en el primer encuentro rectificando de inmediato. Lo saca Antoñales.
Nuevamente lo lleva Uceda, pero en esta ocasión el toro tardea en la embestida al montado. Ha de trabajar el piquero quien al fin logra que se arranque el toro y se agarra arriba.
En banderillas el toro demuestra una embestida descompuesta que pone en apuros a Pablo Ciprés cuando trata de banderillearlo. En la segunda entrada de Luis Miguel Campano le pone los pitones en el pecho.
Uceda Leal comienza doblándose ante un toro rebrincado. Sigue por redondos en una serie de dos que remata por arriba con la finalidad de aliviar al toro. Dos nuevos redondos en el último de los cuales le pone los pitones en el cuello. Sigue con dos buenos y remata con el de pecho. Nuevamente dos más que abrocha con el de pecho. Acaba con dos nuevos en el último de los cuales el toro se para. Dos nuevos suaves que remata con una trinchera a un toro que le cuesta ir hacia delante.
Uceda se va por el estoque de matar y a la vuelta le instrumenta dos redondos a un toro rebrincado y sigue andándole con gusto.
Con la izquierda ni lo ha intentado. Uceda, ha estado muy digno.
Ha de trabajar bastante para lograr que cuadre.
En la suerte natural pincha arriba. Nueva entrada donde logra una casi entera que lleva al astado a refugiarse en las tablas donde acierta al primer golpe de verduguillo. Uceda recibe aplausos del respetable.
El segundo toro de la tarde se llama “Buscatodo” tiene un peso de 520 kilos y esta marcado con el nº 6.
El toro salta por dos veces el callejón y lo intenta una vez más no realizándolo porque ya las fuerzas le fallan.
Ante la enorme falta de fijeza la lidia se puede considerar como un desastre. El toro es un manso de libro que requiere una lidia trabajosa en exceso.
Pica Luis Alberto Parrón quien cuando consigue que el toro vaya a él se agarra arriba en las dos entradas.
En banderillas pone en dificultades a “Alcalareño”, quien ha pasar en falso en la primera entrada a causa de que le corta el terreno. “Pirri” logra un buen par aunque un poco trasero actuando con la redecilla puesta. En la segunda entrada “Alcalareño” deja los dos palos arriba, con lo que cambia el tercio.
"El Cid" está muy firme con un toro que viene gazapeando.
Comienza su faena con la mano diestra para de inmediato pasar a la zurda tratando de encontrar la manera de paliar las enormes dificultades que le presenta un toro que le mide mucho y no obedece a los toque de su poderosa muleta.
Nuevamente lo lleva Uceda, pero en esta ocasión el toro tardea en la embestida al montado. Ha de trabajar el piquero quien al fin logra que se arranque el toro y se agarra arriba.
En banderillas el toro demuestra una embestida descompuesta que pone en apuros a Pablo Ciprés cuando trata de banderillearlo. En la segunda entrada de Luis Miguel Campano le pone los pitones en el pecho.
Uceda Leal comienza doblándose ante un toro rebrincado. Sigue por redondos en una serie de dos que remata por arriba con la finalidad de aliviar al toro. Dos nuevos redondos en el último de los cuales le pone los pitones en el cuello. Sigue con dos buenos y remata con el de pecho. Nuevamente dos más que abrocha con el de pecho. Acaba con dos nuevos en el último de los cuales el toro se para. Dos nuevos suaves que remata con una trinchera a un toro que le cuesta ir hacia delante.
Uceda se va por el estoque de matar y a la vuelta le instrumenta dos redondos a un toro rebrincado y sigue andándole con gusto.
Con la izquierda ni lo ha intentado. Uceda, ha estado muy digno.
Ha de trabajar bastante para lograr que cuadre.
En la suerte natural pincha arriba. Nueva entrada donde logra una casi entera que lleva al astado a refugiarse en las tablas donde acierta al primer golpe de verduguillo. Uceda recibe aplausos del respetable.
El segundo toro de la tarde se llama “Buscatodo” tiene un peso de 520 kilos y esta marcado con el nº 6.
El toro salta por dos veces el callejón y lo intenta una vez más no realizándolo porque ya las fuerzas le fallan.
Ante la enorme falta de fijeza la lidia se puede considerar como un desastre. El toro es un manso de libro que requiere una lidia trabajosa en exceso.
Pica Luis Alberto Parrón quien cuando consigue que el toro vaya a él se agarra arriba en las dos entradas.
En banderillas pone en dificultades a “Alcalareño”, quien ha pasar en falso en la primera entrada a causa de que le corta el terreno. “Pirri” logra un buen par aunque un poco trasero actuando con la redecilla puesta. En la segunda entrada “Alcalareño” deja los dos palos arriba, con lo que cambia el tercio.
"El Cid" está muy firme con un toro que viene gazapeando.
Comienza su faena con la mano diestra para de inmediato pasar a la zurda tratando de encontrar la manera de paliar las enormes dificultades que le presenta un toro que le mide mucho y no obedece a los toque de su poderosa muleta.
No puede confiarse ante un toro que gazapea continuamente y se para en medio del pase a pesar de los fuertes toques con los que le estimula.
Viendo la imposibilidad de faena “El Cid” se va por la tizona y a la vuelta le torea por bajo con la finalidad de prepararlo para suerte suprema.
En la suerte natural pincha arriba. Nueva entrada y nuevo pinchazo arriba a pesar de que el toro le espera con la cara por las nubes. En la tercera entrada logra una media estocada arriba a pesar de que el toro lo busca, incluso regateando, cuando el torero entra a matar.
Ha sido un toro muy deslucido y muy difícil de lidiar.
Manuel Jesús ha estado más que digno con un toro poseedor de mucho peligro y como el público ha visto la dificultad le aplaude al finalizar su labor.
Su segundo enemigo, que merece este nombre porque lo fue de verdad, respondía al nombre de “Playero”.Un toro marcado con el nº 42 y con un peso de 537 kilos.
“El Cid” lo recibe con dos lances por bajo tratando de fijarlo sin conseguirlo. Tras la vuelta al capote, el toro le propina dos pitonazos a ese capote suave y armonioso del torero de Salteras.
Cuando entra al caballo que monta Manuel Espinosa, cornea con saña el peto de protección del equino.
El piquero se agarra arriba en las dos entradas y el toro se duele del castigo propinando cornadas al peto tratando de quitarse la puya.
El tercio de banderillas pasa sin pena ni gloria a pesar de la exposición que supone colocar los palos arriba.
La faena de muleta la comienza “El Cid” doblándose y el toro trata de quitar el engaño al torero. Cruzándose mucho logra dos redondos que remata con el de pecho.
El toro no quiere la cercanía del torero, por ello “El Cid” le da sitio lo que propicia que el toro se vaya, al no querer presentar pelea.
Las arrancadas las realiza de manera improvisada y violentamente. El torero logra tres buenos derechazos al final de los cuales el toro busca la huída.
Desesperado “El Cid” se decide a aliñarlo.
Cuando regresa con la espada de matar, se hace difícil lograr la igualada, ante un toro que escarba, olisquea la arena, baja la cabeza cuando el torero se dispone a entrar a matar y así durante más de una media docena de intentos. Finalmente se le arranca cuando se dispone a realizar la suerte suprema. ¡Desesperante!
Viendo la imposibilidad de faena “El Cid” se va por la tizona y a la vuelta le torea por bajo con la finalidad de prepararlo para suerte suprema.
En la suerte natural pincha arriba. Nueva entrada y nuevo pinchazo arriba a pesar de que el toro le espera con la cara por las nubes. En la tercera entrada logra una media estocada arriba a pesar de que el toro lo busca, incluso regateando, cuando el torero entra a matar.
Ha sido un toro muy deslucido y muy difícil de lidiar.
Manuel Jesús ha estado más que digno con un toro poseedor de mucho peligro y como el público ha visto la dificultad le aplaude al finalizar su labor.
Su segundo enemigo, que merece este nombre porque lo fue de verdad, respondía al nombre de “Playero”.Un toro marcado con el nº 42 y con un peso de 537 kilos.
“El Cid” lo recibe con dos lances por bajo tratando de fijarlo sin conseguirlo. Tras la vuelta al capote, el toro le propina dos pitonazos a ese capote suave y armonioso del torero de Salteras.
Cuando entra al caballo que monta Manuel Espinosa, cornea con saña el peto de protección del equino.
El piquero se agarra arriba en las dos entradas y el toro se duele del castigo propinando cornadas al peto tratando de quitarse la puya.
El tercio de banderillas pasa sin pena ni gloria a pesar de la exposición que supone colocar los palos arriba.
La faena de muleta la comienza “El Cid” doblándose y el toro trata de quitar el engaño al torero. Cruzándose mucho logra dos redondos que remata con el de pecho.
El toro no quiere la cercanía del torero, por ello “El Cid” le da sitio lo que propicia que el toro se vaya, al no querer presentar pelea.
Las arrancadas las realiza de manera improvisada y violentamente. El torero logra tres buenos derechazos al final de los cuales el toro busca la huída.
Desesperado “El Cid” se decide a aliñarlo.
Cuando regresa con la espada de matar, se hace difícil lograr la igualada, ante un toro que escarba, olisquea la arena, baja la cabeza cuando el torero se dispone a entrar a matar y así durante más de una media docena de intentos. Finalmente se le arranca cuando se dispone a realizar la suerte suprema. ¡Desesperante!
Finalmente el torero se decide a entrar de manera rápida en un momento en que el toro se ha parado pero cuando arranca para el embroque el toro baja la cabeza y “EL Cid” ya no puede parar en su intento logrando un pinchazo arriba que el toro escupe.
Entrando muy en corto y con rapidez, logra media estocada arriba que permite intentar el descabello a un toro que se tapa el agujero magno.
Entrando muy en corto y con rapidez, logra media estocada arriba que permite intentar el descabello a un toro que se tapa el agujero magno.
Logra descabellar al cuarto intento y Manuel Jesús se va a lavar las manos en medio de la contrariedad.
El tercero de la tarde responde por “Buscabuenos”. Es un toro negro nacido en febrero del 2004 que marcado con el nº 6 tiene 539 kilos sobre los lomos. De salida demuestra que es de condición muy violenta.
De los tres primeros lances con los que le saluda Sebastián Castella, sale suelto. Nueva verónica y se va. Es un toro que no embiste con claridad.
Castella lo lleva al caballo de picar que monta José Manuel Moreno “Josele” quien a pesar de agarrase arriba en el primer encuentro se va al suelo más por “falta de profesionalidad del caballo” que por fuerza en el apriete del toro. Hay momentos de angustia ante la posibilidad de que el caballo sea corneado. Castella hace el quite al caballo, llevándose el toro.
En la nueva entrada al caballo el toro pierde las manos y el Presidente de la corrida, acertadamente lo envía a corrales.
El tercero de la tarde responde por “Buscabuenos”. Es un toro negro nacido en febrero del 2004 que marcado con el nº 6 tiene 539 kilos sobre los lomos. De salida demuestra que es de condición muy violenta.
De los tres primeros lances con los que le saluda Sebastián Castella, sale suelto. Nueva verónica y se va. Es un toro que no embiste con claridad.
Castella lo lleva al caballo de picar que monta José Manuel Moreno “Josele” quien a pesar de agarrase arriba en el primer encuentro se va al suelo más por “falta de profesionalidad del caballo” que por fuerza en el apriete del toro. Hay momentos de angustia ante la posibilidad de que el caballo sea corneado. Castella hace el quite al caballo, llevándose el toro.
En la nueva entrada al caballo el toro pierde las manos y el Presidente de la corrida, acertadamente lo envía a corrales.
Hay expectación en el público por ver la actuación de los cabestros de “Florito” después de haber visto la inhibición en su cometido por parte de los cabestros de Sevilla.
Aquí los cabestros amparan al toro y uno de ellos se lo lleva para chiqueros de forma rápida y efectiva, en medio de los aplausos de reconocimiento del público.
Y sale el primer sobrero de la tarde. Su nombre “Secretario”. Marcado con el nº 24, de capa berrenda en colorado y con 598 kilos de peso. Su hierro el de Alcurrucén de puro encaste Núñez. De salida se frena para seguidamente embestir de manera atropellada al capote que por verónicas le ofrece Castella, sin largura y de forma también atropellada.
En la primera entrada al caballo lo hace sin fijeza alguna y sin apretar.
Con dificultad Castella lo lleva a la segunda entrada, donde nuevamente “Josele” se agarra arriba.
Uceda Leal hace su quite en forma de una verónica que remata con una media lenta de ejecución.
Nuevamente de manera trabajosa Castella lo lleva al montado que se limita a señalar el puyazo.
En banderillas con la lidia buena de Curro Molina va por delante Manuel Molina quien coloca un buen par. Delgado cumple y cierra Manuel Molina con un palo puesto a paso de banderilla para apoyarse en la salida.
Castella comienza doblándose en ocho pases con la izquierda, muy quieto y que remata con el de pecho.
Continúa con redondos, en una serie de cuatro, sin transmisión que son rematados con el de pecho.
Nueva serie de cinco redondos que son abrochados con el de pecho, donde ha predominado la quietud. Rematados con el de pecho. No hay transmisión.
La muleta en la mano zurda para realizar dos naturales. El toro se para. Dos naturales ligados. Dos más y rematad con el de pecho.
Vuelve a los derechazos en una serie de seis aguantando mucho que remata con el de pecho. Suenan algunos pitos en medio de palmas mayoritarias.
Castella le anda con arte al toro. Un molinete antecede a una serie de redondos que son ejecutados en medio de palmas de tongo, a pesar de la firmeza de Castella.
El público mayoritariamente le premia con palmas en reconocimiento de la disposición del diestro por exprimir al toro.
En la suerte contraria entra a matar, logrando una estocada arriba aunque ligeramente desprendida por lo que tarde en doblar.
Tras dos intentos fallidos de descabello, al tercero tras fallar lo deja puesto y el toro se atrona solo.
Y estamos en el último de la tarde que es el segundo de Castella. Atiende por “Carasucia”, tiene 598 kilos de peso y su número de marcado es el 25. Bonito por su capa berrendo en negro y el hierro es de Fraile Mazas.
De salida el mismo comportamiento de sus hermanos de camada. Trata de desarmar al diestro.
Castella con valor sereno trata de llevarlo al piquero. Una vez en el caballo pone los pitones a la altura de la silla de montar. El picador se agarra arriba en el primer encuentro.
Para llevarlo al segundo encuentro cuesta “Dios y ayuda” pues el toro que, como todos los mansos es listo, sabe que allí le han hecho daño y no acude a pesar de los cambios de terrenos y de los ímprobos esfuerzos por parte de Castella para una y otra vez intentar llevarlo a jurisdicción del picador.
Finalmente tras trabajar el picador con el caballo en un ir y venir constante logra que el toro se arranque y le propina un picotazo del que el toro sale suelto.
La muleta en la mano zurda para realizar dos naturales. El toro se para. Dos naturales ligados. Dos más y rematad con el de pecho.
Vuelve a los derechazos en una serie de seis aguantando mucho que remata con el de pecho. Suenan algunos pitos en medio de palmas mayoritarias.
Castella le anda con arte al toro. Un molinete antecede a una serie de redondos que son ejecutados en medio de palmas de tongo, a pesar de la firmeza de Castella.
El público mayoritariamente le premia con palmas en reconocimiento de la disposición del diestro por exprimir al toro.
En la suerte contraria entra a matar, logrando una estocada arriba aunque ligeramente desprendida por lo que tarde en doblar.
Tras dos intentos fallidos de descabello, al tercero tras fallar lo deja puesto y el toro se atrona solo.
Y estamos en el último de la tarde que es el segundo de Castella. Atiende por “Carasucia”, tiene 598 kilos de peso y su número de marcado es el 25. Bonito por su capa berrendo en negro y el hierro es de Fraile Mazas.
De salida el mismo comportamiento de sus hermanos de camada. Trata de desarmar al diestro.
Castella con valor sereno trata de llevarlo al piquero. Una vez en el caballo pone los pitones a la altura de la silla de montar. El picador se agarra arriba en el primer encuentro.
Para llevarlo al segundo encuentro cuesta “Dios y ayuda” pues el toro que, como todos los mansos es listo, sabe que allí le han hecho daño y no acude a pesar de los cambios de terrenos y de los ímprobos esfuerzos por parte de Castella para una y otra vez intentar llevarlo a jurisdicción del picador.
Finalmente tras trabajar el picador con el caballo en un ir y venir constante logra que el toro se arranque y le propina un picotazo del que el toro sale suelto.
En banderillas sobresalen los dos pares de Currro Molina que jugándosela de verdad, al ponerle los pitones en el pecho en las dos entradas, ha de desmonterarse. Delgado sufre un golpe con la pala del pitón en la boca del estómago al tratar de poner su par.
Castella que viene muy dispuesto, brinda al público.
Y como el toro tiene pies y prontitud lo recibe con un pase cambiado que levanta la emoción en los tendidos al igual que en el segundo muletazo que es un pase de las flores a un toro que se arranca de largo.
Cuando el toro, que se ha ido muy largo, regresa a la jurisdicción de su matador le administra tres redondos aguantando mucho y abrocha con el de pecho atropellado al no poder sacar el estoque del ojal que tiene para utilizarlo como ayuda.
El toro siempre se quiere ir ante el estoicismo de Castella que le insiste una y otra vez en el terreno que el toro ha elegido como querencia.
Allí le exprime en más de media docena de pases en redondos que son administrados de uno en uno puesto que el toro no quiere pelea y no repite.
Muy cerca de los pitones, en ese terreno que le gusta pisar al francés, le casa unos muletazos con la izquierda que tienen el mérito de no saber como realizará la embestida un toro incierto. Una de las veces se lo lleva con los cuartos traseros.
Castella que viene muy dispuesto, brinda al público.
Y como el toro tiene pies y prontitud lo recibe con un pase cambiado que levanta la emoción en los tendidos al igual que en el segundo muletazo que es un pase de las flores a un toro que se arranca de largo.
Cuando el toro, que se ha ido muy largo, regresa a la jurisdicción de su matador le administra tres redondos aguantando mucho y abrocha con el de pecho atropellado al no poder sacar el estoque del ojal que tiene para utilizarlo como ayuda.
El toro siempre se quiere ir ante el estoicismo de Castella que le insiste una y otra vez en el terreno que el toro ha elegido como querencia.
Allí le exprime en más de media docena de pases en redondos que son administrados de uno en uno puesto que el toro no quiere pelea y no repite.
Muy cerca de los pitones, en ese terreno que le gusta pisar al francés, le casa unos muletazos con la izquierda que tienen el mérito de no saber como realizará la embestida un toro incierto. Una de las veces se lo lleva con los cuartos traseros.
Exponiendo mucho y muy cerrado en tablas logra cuatro muletazos de angustia.
Otros cuatro más aguantando mucho ante al angustia del público que le pide que lo mate.
Otros cuatro más aguantando mucho ante al angustia del público que le pide que lo mate.
De regreso con el estoque de matar comienza torearlo con la mano izquierda a un toro que al verse podido se va lejos.
Una estocada exponiendo mucho y el público lo agradece con aplausos.
Ha de salir al tercio a saludar.
Una estocada exponiendo mucho y el público lo agradece con aplausos.
Ha de salir al tercio a saludar.
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