AÑO NUEVO…VIDA
NUEVA.
Por LUIS ALONSO
HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Durante mi destino laboral en Valladolid, en multitud de ocasiones
escribí en mis artículos taurinos que, el único lugar donde se podían ver
toros, era la plaza de toros de Las Ventas de Madrid, motivo por el que siempre
que mis obligaciones laborales me lo permitían, me desplazaba a la “catedral
del toreo” donde los toros tenían trapío y presencia.
Solía
ver la corrida desde una localidad del tendido 10 que me tramitaba mi amigo Pepe
Salamanca veedor de la empresa en aquellos años, donde coincidía con el Senador
Juan Antonio Arévalo y con el periodista taurino Vicente Zabala Portolés. Un
tendido que me gustaba a pesar de que el mejor tendido para ver toros en Las
Ventas era el 9. Solía acompañarme Emilio Casares (hijo) quien, solía ver la
corrida desde el burladero de los médicos al ser muy amigo del Cirujano Jefe de
la Plaza D. Máximo García Padrós.
Con
el paso de los años, vi la involución del arte del toreo derivado de la
influencia de ciertos periodistas taurinos tales como Joaquín Vidal quién, con
su aberrante interpretación de la historia del toreo en el siglo XX, había
entrado en parte de la afición de la plaza de toros de Madrid haciendo
prácticamente imposible la lidia de los toros, al intentar imponer sobre los
cánones del toreo los principios expuestos en sus crónicas que, nunca derivan
de sus conocimientos de aficionado práctico si no de conclusiones sacadas de
palabras pronunciadas por toreros en conferencias con repercusión mediática.
He
podido ver como la, en su día entendida
afición madrileña, ha derivado en impedir realizar desde el inicio de sus
faenas de muleta, con gestos e improperios de estos “influencer aficionados”
ubicados fundamentalmente en el tendido 7, a varios toreros que aparte de
representar una falta total de ética taurina, les predispone a una
sobreexposición peligrosísima en su afán de tratar de encontrar el sitio que,
estos intransigentes lerdos en materia taurina, les Imponen y exigen y, que les
hace imposible la ligazón de los pases al tener que buscar una posición de cruce continuo para no caer en lo que ellos
denominan “fuera de cacho”.
La “diarrea mental teórica”
de Joaquín Vidal le llevó a asegurar que Belmonte revolucionó el toreo con
una nueva concepción interpretativa
donde la piedra angular era “cargar la suerte. Cosa incierta puesto que, todos
los toreros anteriores a Belmonte lo practicaban, y lo que entusiasmaba al
público era el toreo parado de brazos y no de pies, lo ceñido de cuanto
realizaba, el temple, la colocación
cruzada ante el toro con el compás abierto y la pierna contraria
adelantada que cambiaba la trayectoria
del toro hacia afuera e impedía la ligazón, causa que hacía que, las faenas fueran
cortas y a base de pases deshilvanados.
Este
proceder del santanderino que, seguido
por otros críticos “progres” tales como Alfonso Navalón o Vicente Zabala
influyeron en el concepto del toreo.
Alguno de estos críticos con, el paso de los años rectificaron dejando
de abrumar a los toreros que caían en sus manos.
Para
ligar los pases hay que situarse al hilo del pitón, parando mucho y, ciñéndose
a las embestidas lograr mayor recorrido. Manolete descubrió que, con
verticalidad, jugando la muñeca y girando sobre los talones, el toreo ligado se extrema.
No sé
si este nuevo año seguiré con mi blog taurino de torostarifa.blogspot.com,
donde como muchas veces he expuesto: “yo relato la corrida pero que
no la valoro” al no seguir los factores condicionantes de la crítica
taurina: intereses económicos, deformación de la realidad y permitir adulteraciones
en la integridad del toro (edad, astas, debilidad).
Ha
sido un blog taurino honesto, trabajado técnicamente y con un número de
seguidores interesante desde todos los puntos taurinos del mundo.
Blog
de enorme trabajo tanto en su aspecto narrativo como gráfico. Totalmente
asumido económicamente por mí como aficionado, sin subvención alguna, de forma
altruista pero que, cada año que pasa me cuesta más trabajo desplazarme, tomar
las fotos, procesarlas y plasmarlas en el blog.
Reventé tres cámaras de fotos Canon de alta gama. Dos grabadoras de
sonido Philips voice tracer. Tres ordenadores de mesa clónicos y dos portátiles,
pero quedé satisfecho con mi trabajo.
Los toros
me han costado dinero, pues el ser objetivo requiere no aceptar dádivas. Jamás
pedí un pase de favor y, puedo presumir
que únicamente entré gratis a una plaza de toros cuando cumplía una función como veterinario.
Dejo
un buen legado de corridas de toros escritas y de crónicas taurinas.
FELÍZ 2024.