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viernes, 17 de junio de 2022

LA TIENTA DE HEMBRAS

     LA TIENTA DE HEMBRAS.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Conocida de manera general  como la tienta.
A lo largo de mi ya longeva vida (octogenario) he asistido en diferentes fincas ganaderas de bravo a esta prueba de bravura en hembras.
Se hace en plazas construidas al efecto donde, a las novillas tras probar su comportamiento  ante el caballo de picar, se las torea tanto de capote como de muleta.
Generalmente la prueba la llevan a efecto toreros contrastados y, a mí entender, es un error porque estos acuden a la tienta para lucirse ante las becerras y entrenarse en su oficio, lo que va en detrimento del interés del ganadero que quiere ver el comportamiento de la vaquilla ante el caballo de picar. Cuantos puyazos toma. Cómo acude. Cómo sale del caballo y si se duele o no ante el castigo sufrido.
Algunos ganaderos han optado por contratar a toreros modestos (generalmente banderilleros) quien cumplen a “raja tabla” las instrucciones de los ganaderos (convertidos en verdaderos directores de lidia) sobre el número de veces que ha de entrar al caballo de picar y las distancias desde las que debe acudir a los distintos posicionamientos del caballo.
En ocasiones me he encontrado con la sorpresa que las becerras no han sido sometidas a la suerte de varas porque esos ganaderos opinan que la suerte de varas ya no es fundamental para el público que asiste a las corridas donde, lo que interesa, es la faena de muleta.
El buen aficionado se echaría las manos a la cabeza al considerar que: la verdadera bravura de la futura madre se mide ante el caballo de picar.
¿Por qué se tienta a las hembras? Porque se admite, como razón, como indiscutible, el hecho de que la bravura es un carácter hereditario, si bien no siempre se cumple el axioma de que: madres excelentes den toros excelentes y ese otro de que madres desechadas en la tienta hubieran dado toros excelentes.
Algunos ganaderos en su afán de afinar más, retientan a sus vacas a la edad de cuatro años que es cuando se lidian a sus hijos en corrida en plaza.
Hoy día los ganaderos modernos no exigen el silencio sepulcral a los espectadores que acuden al tentadero por aquello de que las hembras a probar deben encontrarse en las mismas condiciones que tiene sus productos en la corrida de toros donde el ruido, colorido, movimientos de toreros y público suelen ser constantes, si bien lo que sí suelen hacer( para evitar que se acuerden de su anterior pelea) es realizar la retienta en otra placita de tientas distinta.
Algunos ganaderías, como el caso de la del diestro “Miguelín” poseen dos placitas de tientas, y los que no las poseen piden el favor a un ganadero amigo para que le presten la placita de tientas.
La tienta consiste en dar al animal a tentar, la querencia para ver si despreciándola consiente  en pelear a contra querencia.
La querencia es el sitio a que tiende a dirigirse el animal de manera natural. Sitios tales como el aguadero, los pesebres del pienso o el lugar donde el animal se encuentra a gusto al no ser molestado.
En la tienta en plaza voy a tratar de diferenciar la tienta  de machos de la tienta de hembras.
Tienta de machos:
Tiene por finalidad seleccionar sementales que repondrán a los desechados por edad.
En la placita únicamente está el picador.
Cuando se abre la puerta del chiquero en que se encuentra el toro a tentar, el toro se encuentra en la placita y es llamado por el picador. Cuando acude es castigado con un puyazo
Si sale suelto, nuevamente es llamado por el picador con la voz o haciendo sonar el estribo. Si el toro sigue encelado apretando contra el peto, hay que sacarle y como no se le puede torear, la operaciòn del quite se hace con unos ramitos de olivo portado por los encargados de lidiar.
Nuevamente el picador lo cita y el ganadero mide la distancia de arrancada, la prontitud en acudir y la forma de apretar contra el peto del caballo.
Si no le ha considerado con bravura suficiente en la suerte de varas, se le da puerta para que salga al campo y continúe cumpliendo años hasta la edad de lidiarse como toro en corrida convencional.
Si por el contrario se le ha considerado bravo se le puede someter a la lidia con capote y muleta hasta “quemarlo” y seleccionarlo como semental.
Tienta de hembras:
Tiene por finalidad seleccionar hembras que van a reponer las vacas viejas de vientre.
La secuencia del tentadero es la siguiente:
-       Selección del número de hembras a tentar.
-       Recogida en campo con el auxilio de la parada de mansos.
-       Llevada del grupo a los corrales anexos a la plaza de tientas.
-       Aislamiento de cada erala en corral individual.
-       Salida a la placita de tientas donde la espera el picador mientras el resto de toreros permaneces tapados en los burladeros.
-       Cuando entra en jurisdicción del picador éste la propina un refilonazo de la que suele salir suelta. Nueva llamada y cuando acude, picotazo y así tras cada entrada.
-       Ahora la erala se piensa entrar ya que conoce que se la castiga.
Conclusiones sacadas del comportamiento.
Si la erala es brava, ella sola se pone en suerte y sufre 4,5,6, u 8 puyazos hasta que el ganadero considere que está suficientemente probada.
El papel de los toreros queda reducido a avisar de lejos con el capote; a hacer el quite si hay derribo; colear si es preciso y en caso de necesidad dar unos capotazos para fijar a la erala o ponerla en suerte , toreando con suavidad por alto.
Una vez vista en el comportamiento con el caballo no importa torear a las que van al desecho pues las buenas serán probadas con unos muletazos tratando de que no se desgracien.
Los toreros “figuras” que tientan tratan de convencer a los ganaderos de que para orientar debidamente la selección no basta con la suerte de varas sino que es necesario ver como la erala toma el capote y la muleta.
Acabaré con narrarles como era la “prehistoria” de la tienta.
D. Eulogio Oñoro tratante de ganado bravo, poseedor de un encerradero en Torrelodones hacía así la tienta:
“Montado a caballo, se acercaba sigilosamente a las ancas del animal y le lanzaba con furia el sombrero a las patas; si era bravo se revolvía furioso y le tiraba un par de gañafones, y si era manso salía corriendo como alma que lleva ale diablo”
Otro ganadero descubrió el sistema llamado del jaco muerto.
El primer becerro le mató el caballo y como no tenía otro caballo a mano, se le ocurrió atar una cuerda a la pata del jaco muerto que se ponía en movimiento cuando con una cuerda tiraba de la pata desde un burladero.
Otro ganadero de Guadalix usaba el procedimiento de la gualdrapa.
En su plaza de tientas tenía una higuera que respetó cuando la construyó. Esté árbol, poseía una rama que en sentido horizontal se adentraba en la placita.
Sobre esta rama se asentaba un hombre que dejaba colgar unas mantas.
Las vacas acudían a ellas y recibían el puyazo correspondiente.