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domingo, 1 de agosto de 2010

LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA VISTA POR UN TAURINO.



Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.



Los padres de la Constitución Española quisieron blindarla con la finalidad de que sobrepasara la media de duración de diez años. De ahí que redactaran una Constitución inmodificable, basada en sus dos procedimientos de reforma: el ordinario (Artículo 167) y el agravado (Artículo 168).
El procedimiento agravado se aplica cuando se trate de modificación de 32 artículos (del 1 al 9, del 15 al 29 y del 56 al 65), mientras que el ordinario se aplica a los 137 artículos restantes más las disposiciones adicionales y transitorias.
Fue calificado como: “Un régimen constitucional petrificado que hace imposible modificar los artículos de la Constitución”.
Se crearon 17 Comunidades y 2 ciudades autónomas, gozando todas de competencias a la carta, lo que permitía que mediante la reforma de sus estatutos fuesen aumentando sus competencias.
En el año 2003 los partidos nacionalistas en el poder, primero el PNV y el Plan Ibarretxe y seguidamente Esquerra Republicana de Cataluña piden un nuevo Estatuto y la idea fue alentada por Moncloa. La primera versión del Estatuto Catalán era inconstitucional, al igual que el actual, además de una declaración de independencia.
Pero como nuestra Constitución estaba inacabada al no haber incluido el modelo de Estado descentralizado, los estatutos pasaron a formar parte del bloque de la constitucionalidad por ser las normas donde se regulan las competencias de cada comunidad autónoma. Así el Estatuto catalán se apoderó de competencias propias del Estado puesto que la reforma la llevó a efecto con su procedimiento propio que contó con la aprobación por parte del PSOE junto a sus aliados separatistas en las Cortes Generales por mayoría absoluta y no con mayoría cualificada.
Con las cosas así, después de haberse derogado el recurso previo de inconstitucionalidad que preveía la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, se dejó la puerta abierta. La puerta de los estatutos, puerta que únicamente puede cerrar el Tribunal Constitucional ya que éste tiene por misión velar porque la Constitución sea observada y no resulte agredida (Artículo 160 de la Constitución).
Con respecto al Estatuto de Cataluña, éste Tribunal Constitucional, tras pensarlo durante cuatro largos años, se ha manifestado al respecto y como su sentir ha matizado algunos puntos que no estaban acorde a Constitución, pues los independentistas, amparados en una ley electoral absurda que permite su representación con el 2 % de los votos, a PROTESTAR y seguir LEGISLANDO por su cuenta y riesgo.
Si tuvieran preparación política estos politiquillos “del tres al cuarto” sabrían diferenciar legalidad democrática de legitimidad democrática y conocer que para que un referéndum sea vinculante se exige que al menos el 50 % del electorado acuda a las urnas.
Y en medio de este caos, Cataluña, representada por una clase política con el nivel más ínfimo de su historia, esta sufriendo una involución, porque leen historia tratando de buscar en ella apoyos para sus reivindicaciones independentistas, pero no la asimilan. De ahí que traten de acabar con la Fiesta de los toros reglamentada y, en su afán de  desmembrar, recurren al pasado de nueve siglos aprobando la ley de veguerías. ¡Dos barbaridades supinas!
¡”Éramos pocos y parió la abuela”! pues a todo el numerosísimo aparato de mandatarios y adláteres amiguetes, hay que sumar los que por lo menos hacen algo, llevar la enorme burocracia. Bien. Pues ahora han creado otro negociado denominado Área Metropolitana que aumenta el número de vividores con 90 aconsejadores, 30 miembros de la Junta de Gobierno y 200.000 empleados a sueldo. Y como éramos pocos pues ahora 7 veguerías más con 7 vegueros (que no son puros habanos) con sus 184 consejeros sus 7 parques con sus correspondientes negociados y personal siempre en múltiplos de 7.
Carecen de solvencia política y de acatamiento a las Leyes establecidas sintiéndose aforados y con “derecho de pernada” ante ellas.
“Quieres conocer a un personajillo, dale un carguillo” verás como prohíbe todo, y luego machaca sin piedad a su contrario.
¡Prohibir, por prohibir! En demostración de su poder.
Prohibir que los niños de un albergue vean el partido de la final de la Copa del Mundo porque juega la Selección Española y además les atacan psicológicamente mintiéndoles con el resultado del partido.
Prohibir que los taxistas luzcan en sus coches la bandera de España el día que la selección de futbol de España juega su final del Campeonato del Mundo. Y multa al canto si la exhiben por parte de CiU.
Fanfarronadas en sus gastos. Tirar 45.000 millones de pesetas para lograr que cada vez se hable menos el catalán en Cataluña. Obra de Ezquerra Republicana.
¡Nacionalistas! que son un cáncer para el gobierno español en el momento en que son llave en la Ley electoral.
A CiU le interesa que siga gobernando un gobierno débil y necesitado de apoyos para poder seguir esquilmándole y así asegurar las próximas elecciones autonómicas.
Algunos de los políticos catalanes que gozan de un predicamento en el Congreso de los Diputados merced al “jaboncillo dialéctico” que le proporciona nuestro presidente del gobierno debido a necesidades de apoyo en determinadas votaciones, procede de una clase muy pobre de Huesca donde la familia de quien es ahora su chofer le pagó los estudios de abogado en Lérida para ahora ser humillado de continuo por el que ocupa el asiento de atrás del vehículo y amigo en tiempos pasados.
Y es que ya lo dijo otro socialista de vida  universitaria licenciosa y silenciada, carente de  escrúpulos: “Las promesas electorales se hace para no cumplirlas”.
Y mientras, el pueblo llano sigue haciendo bueno el dicho de Maquiavelo: “El pueblo no sabe más que ir a tientas en la oscuridad”.
Los que escribimos en blogs taurinos si desaparece el elemento toro, al desaparecer las corridas de los mismos, tendremos que seguir manteniendo nuestro hobby escribiendo, aunque sea, de política, y ya se sabe que en ella no todo es “trigo limpio”.
Sin duda que los llamados " 7 padres de la Constituciónde 1978" que no fueron otros que: Gabriel Cisneros, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñon, José Pedro Pérez Llorca, Manuel Fraga Iribarne, Gregorio Peces-Barba, Jordi Solé Tura y Miguel Roca Junyet, trataron de hacer un Constitución perfecta, si es que los humanos somos capaces de lograr la perfección, para que fuera acatada por todos los españoles.

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