POESÍA DUODÉCIMA, "LA ESPOSA DEL MATADOR".
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Poesía original de Adelardo Cunas y Vázquez.
Tras la reja sevillana,
bello plantel de primores,
donde la flor más temprana
de sus pétalos emana
aromas embriagadores,
sagrada imagen se ve
bajo artístico fanal
que adornan rosas de té.
¡Es el Cristo de la Fe
lo que encierra aquel cristal!
De la imagen en redor,
y a ella, como ofrenda pura,
la esposa del matador
cubrió el altar del Señor
con paño de nívea albura.
Y con fervorosa unción,
posternada ante el altar,
balbucea una oración
que repite el corazón
con extraño palpitar,
y a veces de su garganta
se escapa un ¡oh imagen santa,
volved sano a mi marido!,
al par que un pájaro canta
ausencias del bien querido.
Un aplauso atronador
de la calle en derredor
se escucha siempre incesante,
y llegó, ¡supremo instante!,
el valiente matador.
Cosechó aplausos y gloria;
vuelve como el héroe ufano
que ha alcanzado la victoria;
¡aquel día es de su historia
taurina el más soberano!
Y ebrio de grato placer,
anhela sólo en llegar
adonde está su mujer,
pidiendo al Supremo ser
por él vida y suerte al par.
Y en la reja sevillana,
bello plantel de primores,
otra vez la flor emana
de su corola temprana
aromas embriagadores.
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