LA SEXTA Y ÚLTIMA CORRIDA DEL CICLO VALLISOLETANO 1973.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
¡La falta de bravura en los astados llevó a los tendidos el aburrimiento y descontento! ¡El de casa cortó dos orejas!
Bajo la presidencia de don Florencio Zalama Herrera con el asesoramiento de Antonio Aguado “Larita” se celebró la última corrida del ciclo 1973, donde la terna formada por Santiago López, Paco Bautista y Roberto Domínguez, con el rejoneador Gregorio Moreno Pidal por delante, a pesar de su voluntad, se estrellaron, tras el baile de corrales, con la mansedumbre de los toros salmantinos lidiados a pie, pertenecientes a las ganaderías de doña María Lourdes Martín de Pérez Tabernero como titular y el sustituto de Javier Pérez Tabernero y al de Ramón Matías que sustituyó al anunciado en carteles para rejones perteneciente a la ganadería segoviana del suegro del empresario, don Ángel Rodríguez de Arce.
¡Cuando el elemento principal de la Fiesta falla, el espectáculo se resiente!
Algo más de media entrada a pesar de que los palcos en esta ocasión estaban ocupados por la Reina de la Fiestas con su corte de honor y las reinas de los diversos partidos judiciales de la provincia.
Nuevamente los carteles confeccionados erróneamente en cuanto a la antigüedad de los toreros de a pie, pues el más antiguo era Santiago López.
Y tras salir el primer toro, número 14, “Carretero”, 512 kilos, de la tarde, Santiago López le saluda con cuatro largas cambiadas que son jaleadas. Seguidamente le administra unas buenas verónicas que son rematadas con una media ovacionada.
Tras acudir al caballo por dos veces donde recibe una vara y un picotazo, Santiago López hace su quite por chicuelinas que es ovacionado.
Tres pares de banderillas completan el segundo tercio, donde el último par a cargo de Joaquín Mompó, resultó trasero.
Tras brindar a la concurrencia desde el mismo centro del ruedo, el torero valenciano-granadino comienza su faena de muleta a base de tres ayudados por alto, para al tiempo que le va ganado terreno llevar a su enemigo a terrenos del sol huyendo del fuerte viento.
Dos tandas de naturales que son rematadas con los obligados de pecho que son aplaudidas y amenizadas por la música.
Con la muleta en la mano diestra dos series de redondos a media altura, para que el toro no se derrumbe que son aplaudidas. Finalizada la faena con molinetes de rodillas, manoletinas mirando al tendido y desplante en medio de ovaciones del público.
Un pinchado hondo con vómito pasaporta al oponente.
Como es ovacionado tras salir al tercio a saludar se anima a dar la vuelta al ruedo que a mí entender se me antoja merecida por el empeño que puso ante un enemigo que no estaba para florituras.
En su segundo, número 3, “Amargoso”, 466 kilos, que fue más manso que el primero, Santiago lo lancea sin dejar los pies asentados en la arena.
El toro demostró su mansedumbre en la suerte de varas que resultó embarullada consecuente a la huída continua del toro, que recorrió completamente el ruedo al tiempo que era picado en medio de las protestas del respetable.
También el tercio de banderillas fue un desastre donde los rehileteros se limitaron a clavar solamente un palo en cada una de las tres entradas.
Santiago López ante tantos inconvenientes se limita a realizar una breve faena.
Unos cuantos pases por la cara para nada más lograr que el burel cuadrara, propinarle un pinchazo sin soltar y estocada delantera de la que dobla. Le atrona, al primer intento, el cachetero Víctor Rodríguez.
El diestro es aplaudido tibiamente.
Sale el segundo de la tarde. Número 16, “Carboncillo”, 449 kilos. El toro hace cosas extrañas que ponen en peligro a Paco Bautista cuando trata de lancearlo.
Tras dos puyazos realiza su quite Roberto Domínguez que es ovacionado.
La faena la comienza el de Jaén con tres pases por alto muy cerrado en tablas, para continuar con series de redondos que remata con un cambiado, un intento de circular completo de rodillas en lo que expone más de lo que el toro se merece. (Música y aplausos)
Paco valeroso, continúa con espaldinas y jugueteos con el toro para entrar a matar y lograr un pinchazo tras el cual intenta descabellar pero al no conseguirlo entra nuevamente a matar consiguiendo una media estocada delantera tras dos pinchazos.
Al doblar el toro, el animal es pitado en el arrastre, mientras el torero es ovacionado.
En su segundo, quinto de la tarde, número 6, “Cantero segundo”, 463 kilos, Paco Bautista se estira por verónicas que son aplaudidas.
La faena se la brinda a un espectador que está en una barrera del tendido 1 y comienza su faena con tres pases rodilla en tierra para seguir con pases sobre ambas manos donde ha de soportar coladas del toro.
Tras ejecutar un molinete es cogido aunque con la consecuencia afortunada de resultar rota la taleguilla.
Continúa muy valiente con desplantes de rodillas que el público protesta al no considerar que el toro merezca tal exposición.
Entra amatar en la suerte de recibir, logrando algo menso de media estocada en no mal sitio suficiente para que el toro se preste al descabello. Lo logra al segundo intento.
El silencio premia la labor del espada jienense.
Sale el tercer toro de la tarde. Número 47, “Canastillo”, 461 kilos. Su lidia corresponde al torero local Roberto Domínguez. El toro remata en tablas lo que anima a los espectadores.
Roberto se estira por verónicas sin descomponer la figura lo que es merecedor de una gran ovación.
Tras llevar artísticamente el toro al caballo es nuevamente ovacionado. Tras recibir una vara, Roberto hace su quite donde luce su fina clase torera. Tras la segunda Santiago López no perdona su quite en el que es aplaudido.
El toro ha sido el mejor de la tarde hasta el momento.
Roberto brinda al respetable e instrumenta una faena torera a base de series de redondos lentos, a los que siguen ayudados y pases de pecho que son ovacionados y amenizados por la música.
Desplantes de rodillas, molinetes y abrocha con un afarolado
Tras ejecutar muy bien la suerte de matar logra un estoconazo del que el toro se echa. El puntillero falla en cinco ocasiones.
Roberto es premiado con las dos orejas que pasea triunfalmente por el anillo. Hay protestas por la concesión del segundo trofeo.
En su segundo que es el último del festejo, número 9, “Paquino segundo”, 452 kilos, al resultar ilidiable solamente reseñaré un buen lance de capote
El peón “Romerita” es perseguido haciéndole el quite oportuno el director de lidia, Santiago López.
La faena es breve por parte de Roberto y mata de una estocada hasta las péndolas. (Ovación).
Por delante iba el rejoneador Gregorio Moreno Pidal que es el único rejoneador que lidia toros en puntas, se enfrentó a un toro perteneciente a la ganadería de los señores Ramos Matías afecto de un defecto visual.
Se pide por una parte del público la sustitución del astado, a lo que la presidencia no accede.
La lidia transcurre en medio de una gran bronca por parte del público.
El rejoneador se lució en unas vistosas corbetas. Clava tres rejones de castigo buenos y dos pares de banderillas a una mano, ligeramente delanteros. Tras quitar las bridas al caballo y arrojarlas al tendido 5 pone par y medio de banderillas a dos manos por los terrenos de dentro.
El bicho no quiere acudir al caballo, no obstante lo cual el extremeño deja un rejón de muerte de colocación muy baja que produce vómito por lo que solamente es premiado con ovación y vuelta al ruedo.
He querido colgar en mi blog, estos acontecimientos taurinos que vivió la afición vallisoletana hace treinta y siete años, para recuerdo de algunos y para que los aficionados de ahora, vean como se desarrollaban los eventos taurinos de casi cuatro décadas atrás, que a decir verdad, no diferían mucho de cómo se desarrollan en la actualidad por eso de que los toros son tradicción de arraigo en España y recordando mis años de residencia en la capital castellana.