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domingo, 14 de septiembre de 2008

LA CORRIDA DE LA FERIA DE TARIFA DEL AÑO 2008.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Finalmente acabó el ciclo taurino que el Ayuntamiento como empresa había organizado para este 2008 con la corrida del 12 de los corrientes.
Menos de un tercio de plaza en día esplendido para realizar el toreo ya que el viento prácticamente no molestó en el subterráneo coso de la heroica ciudad.
Bajo la mandato del presidente que realiza sus funciones en las plazas del Campo de Gibraltar a las 18,06 horas abre el paseíllo un precioso caballo de capa perla isabela montado por un caballero de Tarifa.





Le sigue, por la única puerta que da acceso al ruedo, el rejoneador Antonio Domecq que monta un bonito caballo de capa negro peceño que fue uno de los que sufrió el accidente como lo denotan sus orejas incompletas.
Detrás de él los toreros de a pie:
Antonio Ferrera (grana y oro)
Manuel Escribano (verde botella y oro).





Trás ellos sale, a distancia prudencial, el sobresaliente del que desconocemos su nombre.
Siguen las cuadrillas de ambos matadores más la añadida como es reglamentaria en el caso de mano a mano. Y detrás todos los intervinientes en el ruedo.
Como detalle curioso el que un matador de toros Antonio José Punta actuara de banderillero en la cuadrilla de su paisano Escribano.

Para lidiar el primer novillo de la tarde, nº 40 el rejoneador saca un caballo español de capa tordo en fase blanca. El novillo de momento no hace nada por el caballo a pesar de su capa que según dicen es la que más atacan los toros.
Tras el primer rejón de castigo que cae caído, parece que el enclenque novillo se espabila. Pero ha sido un espejismo. Nuevo rejón de castigo que cae nuevamente caído.
Mientras el auxiliador del rejoneador le retiene en el burladero más alejado de la puerta, el caballero rejoneador cambia de montura para sacar el caballo del paseíllo.






Con esta montura, consiente mucho al novillo y entrando al relance le coloca un buen par de banderillas adornadas con papelillos rojo y blanco.
Es un novillo que entra con mucha suavidad y con mucha claridad pues no derrota en la persecución del caballo. Y esto es una garantía para el rejoneador.






Toma un nuevo par con los colores de la bandera de Portugal y con paso español se va el caballo al otro extremo de la plaza. Antonio Domecq llama al novillo que acude con presteza, y clavando al estribo pone un buen par de banderillas que es aplaudido.
Hace un recorte a un novillo de embestida suave. Se destoca y saluda al público que corresponde con una ovación.






Cambio de cabalgadura. Saca un caballo tordo en fase blanca. Se va al extremo de la plaza. Cita el novillo acude, le quiebra, y clava arriba un par perfecto. Ovación.
Ahora se adorna nuevamente con paso español. Hace una empinada. Brinda a la solanera y vuelve a quebrar para colocar un buen par de banderillas.






El novillo hace el avión ante el capoteo del auxiliador de Antonio Domecq.
Saca una jaca alazana tostada, calzada de las cuatro extremidades y que además tiene las particularidades de ser careto, lucero cordón corrido y bebe con los dos.
El novillo lo toca en dos ocasiones por exceso de confianza mientras le prepara para colocar dos pares de banderillas de las cortas. Remata con un pase con el sombrero sobre la testuz que es del agrado del público.
A la hora de matar coloca un rejón de muerte arriba del todo pero que al estar demasiado perpendicular no acaba con el novillo.
Nuevamente entra y coloca un rejón trasero que es escupido.
A la tercera logra un rejónazo en todo lo alto que hace caer al novillo sin puntilla.
Antonio saluda desde el tercio correspondiendo a los aplausos del público. Ha perdido un triunfo por ser honrado a la hora de matar

El segundo novillo de Antonio Domecq corresponde al cuarto de la tarde. Antonio montando un caballo de capa torda picazo espera en el extremo opuesto de chiqueros.
Sale un novillito no muy agraciado. Porta el nº 63. Al igual que su hermano no quiere caballo. El caballero jerezano le coloca un rejón de castigo en todo lo alto.






Cambia de cabalgadura sacando un tordo rodado que atropellando la razón se va de frente a por el novillito que está aquerenciado en la misma puerta de chiqueros. Se tropieza con él de mala manera.
Han de sacarlo de esos terrenos entre el auxiliador de Antonio y el propio Antonio. Finalmente es el auxiliador quien toreándole por la cara y con el capote bajo lo hace humillar al tiempo que lo retira de la querencia
Antonio Domecq que ha tomado unas banderillas con los colores de la bandera portuguesa montando a un caballo con muchos pies torea al novillo de costado para sacarlo de la querencia. Lo consigue de momento, pues rápidamente el novillo vuelve a terrenos de chiqueros.
Allí mismo dándole el pecho se va por él y al estribo clava un excelente par de banderillas. El novillo le mide mucho llegando a tocar la grupa del caballo en dos ocasiones pero su encornadura nada ofensiva no representa peligro aparente.
El auxiliador se lo lleva al centro del ruedo mientras Antonio Domecq cambia de montura, sacando un caballo tordo en fase blanca muy bien hecho con el que va a poner banderillas a dos manos. El primer par más que ponerlas, las tira, por lo que queda un solo palo arriba.







En el segundo intento coloca un buen par a dos manos, para rematarlo toreando al toro con el sombrero que enardece al público tarifeño.





Toma tres pares de banderillas cortas que coloca con facilidad y prontitud.






El rejón de muerte lo coloca detrás de la paletilla y se muestra convencido de que iba a doblar el novillo de inmediato, pero el rejonazo no tiene la efectividad que él creía, por lo que ha de echar pie a tierra y tras pedir permiso toma muleta y estoque y al acertar con el descabello a la tercera se pide la oreja.






El rejoneador para animar a la concurrencia saca un precioso caballo tordo con el que hace ejercicios de alta escuela. La oreja es concedida y con ella da la vuelta triunfal al anillo.

Ahora tenemos unos minutos de descanso mientras se pasa el rastrillo que arrastra un turismo con la finalidad de hacer desaparecer las huellas del caballo en el albero de la plaza.
Ferrera espera en el burladero de la solanera, con cara de "pocos amigos", por aquello de que no es grata la demora en momentos tan transcendentales. Fueron casi diez minutos de tardanza por aquello de tener que improvisar un turismo para que remolcara el rastrillo.

Sale el primer toro de lidia a pie, marcado con el nº 92. Es un toro que no está rematado. Es ensillado ostensiblemente y por ende de pocas fuerzas en los cuartos traseros.
Ferrera trata de fijarlo por verónicas pero el toro no quiere saber nada de capote. El toro está escarbando entre las dos rayas.
Se arranca en un arreón. Se para. Demuestra un defecto de visión por el ojo izquierdo.
Ferrera, ante todo esto no se confía en absoluto llevándolo al caballo que tras refilonazo sale suelto.
A la segunda entrada el picador, Herrero se agarra trasero y caído. Y no rectifica con lo cual le destroza el cartílago de prolongación de la paletilla izquierda. Al final ha salido suelto. Ferrera que lo quiere vivo en banderillas, pide el cambio de tercio.
Ferrera ofrece un par con los papelillos blancos a Escribano mientras él se queda con los de la bandera de Extremadura.






Ferrera coloca un excelente par. Escribano con el auxilio de su peón Punta que lo deja entre las dos rayas coloca un excelente par arriba.
Cierra el tercio Ferrera y desde el centro del anillo a galope tendido se va por el toro y coloca un extraordinario par asomándose al balcón.
Pide permiso a presidencia y brinda al público dejando con cuidado la montera sobre el albero.





Comienza su faena con pases contrarios con la finalidad de probar la embestida del toro.
Se ve a las claras que el pitón potable del toro es el izquierdo.






No obstante Ferrera comienza con una serie de cuatro redondos a base de toreo de pico de muleta que remata con el doble paso de pecho.






Un molinete y queda puesto para seguir toreando por redondos en una serie de cinco redondos muy buenos y bien rematados que abrocha con el pase de pecho con la derecha.







La muleta en la zocata para lograr una serie de tres naturales largos y bien rematados, alargando mucho el pase. El toro se para. Se cruza con él para robarle un natural alargando mucho el pase en el remate. Otro natural bueno y remata con el de pecho. Ovación.
Muleta en la mano derecha. Un buen redondo. Otro dos más a un toro que tiene una gran suavidad de embestida. Dos más y remata con el doble pase de pecho. Gran ovación.
La muleta en la mano derecha. El toro se ha rajado completamente. Un pase por alto con la mano derecha. Un buen redondo. El toro se quiere ir pero lo mantienen dejándole la muleta en la cara.






Cruzándose con el toro. Le cita. Dos toques fuertes. Otro más El toro ya no responde. No está fijo con el torero y se quiere ir. Le está robando muletazos con la derecha. Una especie de trincherilla y decididamente se va por el estoque de matar.






En la suerte natural logra una estocada contraria que el toro al moverse va expulsando. Suena un aviso. Ha de entrar nuevamente a matar.
Ferrera le saca el estoque. Se dispone a descabellar y acierta al primer intento. Es ovacionado al ser arrastrado el toro.

Su segundo corresponde al quinto de la tarde, Antonio Ferrera recibe a su oponente con una verónica a pies juntos, para inmediatamente abrir el compás y seguir con esos capotazos típicos de este torero en los que da un toquecito hacia abajo en el momento del embroque.
El pitón de este bonito y hondo ejemplar es el pitón izquierdo ya que por el derecho puntea en el remate del lance.
Ferrera lancea en el centro del ruedo en tres verónicas. Con dos lances por la cara lo lleva al caballo que es Dionisio Grilo que se agarra arriba. En la segunda entrada el piquero no logra acertar.
En banderillas la secuencia es la siguiente:
En el primer par, Ferrera desde el centro del ruedo se va por el toro y cuadrando en al cara coloca un excelente par.






El segundo par lo realiza Ferrera yendo hacia el toro a galope tendido desde el extremo opuesto de la plaza, el toro tiene dos dudas al arrancarse pero Ferrera disminuyendo su carrera, lo aguanta y coloca un estupendo par en todo lo alto con los papelillos de los colores nacionales.
El tercero lo pone por dentro de las tablas levantando al público de sus asientos en un perfecto par de mucha exposición y riesgo. Se pide otro par, que el diestro no pone.






La faena la comienza muy cerrado en tablas con una serie de cuatro redondos que ha rematado con el pase de pecho.
Ferrera en su línea está valiente pero está toreando fuera de cacho no obstante lo cual es muy aplaudido en dos series de redondos.






Muleta en la derecha dando el pecho. Un redondo a media altura. Un circular casi completo en el que el toro se le ciñe y remata con pase de pecho sobre la mano izquierda y un desplante muy torero.
Andando muy despacio se va a por el toro que está aculado en tablas. Hace el péndulo. Trata de conseguir un circular completo por la espalda. Lo consigue y lo repite nuevamente, rematando con una serie de naturales con la mano izquierda.






Tras tomar el estoque de herir logra una estocada trasera muy tendida. El toro tarda en doblar pero cuando lo hace el puntillero acierta al tercer intento.
Se piden las dos orejas y el presidente las concede.

Sale el toro que ha de estoquear Manuel Escribano. Es el nº 89. Es un toro que está muy en Núñez con escasos pitones pero tocadito arriba. Es un toro muy bonito.
De salida hace lo mismo que sus hermanos lidiados.
Manuel lo recibe con verónicas de pata atrás. Ahora pasa apuros porque en vez de salirse con el toro a los medios se va hacia los adentros.
No le hemos visto a Manuel con el capote que maneja siempre con soltura.
Con dos capotazos por la cara lo deja en el caballo de José Canito que se agarra arriba y tras taparlo la salida lo pega al toro. Finalmente levanta el palo. Con esa única vara se cambia el tercio.
Manolo quita por chicuelinas demasiado ajustadas a un toro que no tiene recorrido.
En banderillas Escribano toma dos pares el primero de los cuales lo cede a su compañero Ferrera.






Va él por delante y al llegar al toro le quiebra para seguidamente retirarse y clavar un buen par en todo lo alto.
Ferrera ordena a su banderillero que lo deje entre las dos rayas. Ferrera desde el centro va por el toro y haciendo el saltito típico logra un buen par.
Escribano subido al estribo pretende poner un par al quiebro y por dentro, pero como el toro no estaba perfectamente cerrado en tablas le entra demasiado perpendicular haciéndole fallar en el intento.
Pide otro par de banderillas nuevas y pide que le cierren el toro porque tratará de lograr lo fallido. Así es y finalmente lo logra recibiendo una gran ovación.
Con los trastos de matar se va a presidencia para tras pedir permiso brindar la faena a su peña en la persona de su presidente.
Comienza con un pase de espaldas por detrás bastante ajustado. En el mismo centro del ruedo logra un redondo que tira al toro.






Cambia de terreno al toro llevándoselo al terreno del sol. Y animándole con la voz logra dos naturales sueltos. Otros dos muy buenos. Otro más que al rematar por encima de la pala del cuerno el toro protesta. Remata con el pase de pecho con la mano izquierda. Muleta en la mano izquierda. Toma distancia. Adelanta la muleta y logra dos buenos naturales que remata sin bajar la mano.






Sigue por naturales logrando una serie de tres naturales muy buenos dejecución y remate que ha abrochado con el pase de pecho con la izquierda.






Unos molinetes en cadena para quedar colocado en el toreo por redondos. Dos redondos sueltos en el último de los cuales el toro pierde las manos. Dos redondos que han resultado enganchados en el remate por falta de acoplamiento con la embestida del toro. Al final es desarmado. Finaliza con un redondo, un martinete y un pase de pecho.
Abaniqueo al toro por la cara.
La muleta nuevamente en la mano izquierda. Un natural que no remata porque no lo remata por debajo de la pala del pitón. Remata con una trinchera. El toro ya no tiene ningún pase más.
Tras tomar el estoque de matar una serie de cuatro manoletinas.






Entre las dos rayas busca la igualada en la suerte natural y logra una estocada en el denominado rincón. Toma el descabello y acierta a la primera recibiendo una ovación. Se pide la oreja y el presidente después de contabilizar los pañuelos la concede.

El sexto y ultimo toro de la tarde corresponde su lidia a Manuel Escribano. Se trata del nº 105 Es un toro muy feo de hechuras. Escasos pitones pero tocado arriba.
Escribano lo recibe con una larga cambiada de rodillas en el tercio. Punta trata de cerrarlo en el burladero sin conseguirlo totalmente a pesar de lo cual Escribano nuevamente trata de dar una larga cambiada, pero el toro le entrado demasiado cerca y demasiado abierto por lo que la consigue a medias.
Una serie de tres verónicas donde la pata no ha ido para adelante y que remata con una media verónica carente de ajuste a un toro que no dice nada por su falta de fijeza.






Al relance entra al caballo que monta José Joaquín Carrabeu quien al no quedarse con el toro le propina un refilonazo.
En la segunda entrada también al relance el piquero se agarra arriba y le tapa la salida a un toro que esta prácticamente inválido del tercio posterior puesto que está como descoordinado. Ahora acusa debilidad de manos.
Escribano pide el cambio de tercio para tratar de lucir en banderillas. Seguidamente realiza un quite por chicuelinas que resulta deslucido.






El primer par de banderillas lo brinda a su Peña y desde el tercio del ruedo cita al toro. Se arranca con muchos pies y ha de pasar en falso para seguidamente clavar.
El segundo par nada porque el toro esta descoordinado completamente.






El tercero es un par al violín, quebrando y por dentro de ahí que necesite la colaboración de Punta que se ocupa de cerrar al toro. Lo consigue y recibe una gran ovación.






La faena la comienza Manuel Escribano de rodillas con la muleta en la mano derecha. En el segundo muletazo por alto el toro le “echa mano” si bien no ocurre nada porque rueda perfectamente.
El toro se va a su querencia de chiqueros. Allí mismo cimenta su faena Escribano con una serie de tres redondos buenos que remata con el doble de pecho.
El toro ahora tiene más fijeza.
Sigue por redondos en serie de tres enrollándose al toro a la cintura. Sigue con serie de buenos redondos.





La muleta en la mano izquierda. Una serie de cinco naturales bien ejecutados y bien rematados que abrocha con el de pecho sobre la izquierda.
Crecido Escribano monta la muleta sobre la mano derecha. Un “pase de las flores” es el comienzo de una serie de tres redondos muy buenos que remata con el pase de rodillas con la mano derecha.
Sigue por redondos en una faena larga donde el toro siempre ha querido huir hacia su querencia no lográndolo porque Escribano en ningún momento le ha quitado la muleta de la cara. Hace un desplante torero justo delante de la puerta de chiqueros.
Sigue con la muleta sobre la izquierda para lograr una serie de dos naturales que remata con un afarolado y una especie de trincherilla. Acaba con un desplante de rodillas donde ofrece el pecho, tras abrirse la chaquetilla.
Deja el toro en el centro del ruedo y lentamente se va andando a por el estoque de matar seguramente con intención de dejar que el toro repose.
A la vuelta da una serie de tres manoletinas que remata con una trincherilla y un desplante muy torero.






En la suerte contraria y entrando a matar a ley logra una estocada en toda la yema que al doblar el toro y tras acertar el puntillero a la primera se piden las dos orejas que son concedidas.



Me dio verdadera pena ver la soledad del sobresaliente que se encaminaba hacia el burladero que durante toda la corrida ocupó Ferrera con su cuadrilla, sin que se le ofreciera la oportunidad de dar un solo lance.
Ferrera huyó como "alma que lleva el diablo" para no salir a hombros. ¡Tendría sus razones!.