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jueves, 6 de noviembre de 2008

LOS PREMIOS TAURINOS DE LA FERIA DEL PILAR 2008.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

La verdad es que a veces y a pesar que uno lleva cerca de cincuenta años metido en este mundo del toro, no se comprenden determinadas decisiones en la concesión de triunfadores del ciclo taurino de una determinada Feria.
Es mi opinión que el triunfador debería ser el diestro que más trofeos hubiera conseguido en igualdad de condiciones con sus competidores directos.
La consideración de triunfador de la Feria del Pilar de la capital maña me ha roto los esquemas, pues no ha recaído en "El Fandi" (tres trofeos conseguidos) sino en Enrique Ponce (dos trofeos conseguidos), claro que conozco que en los toros como en cualquier otra parcela de la vida hay toreros de primera y de segunda como en el pueblo hay ciudadanos de consideraciones distintas salvo a la hora de votar en que todos “somos iguales en la valoración de la papeleta”.
Me “parece de perlas” que los distintos jurados que juzgan premios otorgados por entidades con intereses creados, voten a favor de quien les venga mejor para sus intereses partidistas, pero que no dicten bases previas pues al final se les suele “ver el plumero”.
Puede haber premio para la mejor estocada, para el mejor quite e incluso para la mejor faena, pero el triunfador y máxime en una plaza de primera con público de primera, toros de primera y presidencia de primera, ha de ser para quien haya conseguido más trofeos.
Pero resulta que El Fandi quien se entrega más que ninguno de sus compañeros de oficio, que pone unas banderillas como nadie hasta ahora las ha puesto, que maneja el capote con soltura y variedad y que expone como el que más, no es preferido por esos aficionados que se “la cogen con papel de fumar” y decantan las preferencias de los jurados hacia otros diestros donde todo es plasticidad, falta de exposición y perdida de más pasos de los que debiera en la confección de la faena.
Claro que poco le debe importar al granadino que lleva varios años a la cabeza de corridas toreadas, que no “hace ascos” a actuar en plazas de primera y que cuando lo hace “moja la oreja” a los figurones que completan la terna.
Jamás echa la culpa al toro, porque es consciente de que debe todo a este bello animal que cumple con la obligación de tratar de “echar mano” a quien le burla una y otra vez.
El Fandi siempre da espectáculo porque da todo lo que tiene, que no es poco, como torero y el público que busca emoción se divierte con su actuación en este cruento y dramático espectáculo que él transforma en diversión con sus facultades y dominio. Quita dramatismo a la corrida y ello es de agradecer, pues el enemigo al que él se enfrenta es el mismo con el que otros compañeros “sudan la gota gorda”.
He tenido el humor de comparar, de forma pormenorizada, las faenas realizadas por El Fandi y Ponce para poder observar, comparar y que ustedes juzguen, pues mi misión es contarles lo que sucede en el ruedo aportando cuantos más detalles, mejor.

El toro de El Fandi: era un toro de la ganadería de Núñez del Cuvillo.
La faena la vi así:
Sale el sexto y último de la tarde. Rematador. 512 kilos de peso. Un mulato chorreado, nacido el 02 del 2004.
El Fandi tras dos lances de tanteo se estira por verónicas que remata con una revolera.
Es el toro con más cara de toda la corrida un toro muy hecho. Astifino.
El Fandi lo lleva al caballo que monta Juan de Dios Quinta quien se agarra arriba al tiempo que mira a su matador para recibir órdenes. No le aprieta al final, pero no le retira la vara de la herida con lo cual el toro sigue empujando consecuente con querer quitarse esa molestia que le está agrediendo en forma de dolor.
El Fandi quita con cuatro chicuelinas que remata con una media verónica extraordinaria.
A una mano y por delante lo lleva nuevamente al piquero que se agarra trasero. Lo saca Oscar Padilla andándole por delante sin darle un solo capotazo.El picador es aplaudido al abandonar el ruedo.
La secuencia de las banderillas a cargo de El Fandi es el siguiente:Primer par: como el toro se le arranca inesperadamente lo quiebra perfectamente al tiempo que se retira y pide a sus banderilleros que se tapen en el burladero.
Seguidamente haciendo la moviola clava un gran par. ¡Alarde de poderío!Toma dos pares de banderillas en la mano, para colocar el primero al violín y seguidamente colocar un gran par en toro lo alto. ¡Público puesto en pie!
La faena la comienza doblándose por abajo en unos muletazos extraordinarios.Distancia al toro. La muleta sobre la mano derecha. El toro se le arranca. Lo aguanta y logra un excelente redondo que liga con otros dos más y que tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase de pecho con la izquierda.
Cuatro buenos redondos que remata con el doble pase de pecho.Sigue con la derecha por redondos en serie de cuatro colosales que remata, tras martinete, con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Mira a la música conminándola para que haga sonar su melodía.Tras molinete se queda preparado para seguir por redondos, logrando una buena serie de cinco de mano baja y cambiando la muleta por la espalda remata con el pase de pecho con la izquierda.
Un pase ayudado por alto sobre el pitón izquierdo. Un derechazo en el que cambia en el remate la muleta y ya la tiene sobre la mano izquierda.
Un natural. Distancia. Tres buenos naturales de mano baja. El toro se para. Sigue con la mano izquierda. Tres naturales, un afarolado y remata con el obligado de pecho sobre la mano izquierda.
Un redondo para cambiarse la muleta a la mano izquierda.
Excelentes naturales templados y ligados a un toro al que tiene mucho que torear. Tres naturales más. El toro se para. Dos naturales más que remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Un toro con afectividad y bravura con cierta violencia, que no es fácil, pues con su embestida repetitiva, "saca el aire" a cualquiera.
Un molinete bajo. Circular completo. Se retira del toro. Hace el péndulo. Cuatro derechazos. Un circular completo. Un martinete y remata con el pase de pecho con la derecha y dobla con el de pecho sobre la izquierda.Un pase de las flores. Sigue con cuatro redondos en los que mira al público. Dos más buenos. Un redondo casi completo. Martinete y remata con el pase de pecho de rodillas sobre la mano derecha y un trincherazo sobre la mano izquierda.
Gran ovación.
Busca la igualada a base de naturales templados.En suerte natural fuera de las dos rayas cuando va a entrar a matar el toro se mueve. El Fandi cambia de terreno al toro y lo torea por redondos templados en una serie de cuatro, que remata con el de pecho.Un aviso. Lo lleva al centro del anillo y allí en la suerte natural logra un estoconazo en la yema. El toro se pone de rodillas, El Fandi que deposita la muleta sobre los lomos al tiempo que le acaricia la grupa para caer seguidamente sin puntilla. Un toro que muere como un bravo.
Se piden las dos orejas con mucha fuerza y el presidente las concede, con lo que El Fandi consigue la primera puerta grande del ciclo en toreo a pie, pues ya la consiguió en su actuación Diego Ventura a caballo.

El toro de Ponce: era un toro de la ganadería de El Torreón.
Su segundo corresponde al cuarto de la tarde que es el nº 395. Sombrerero. Con un peso de 586. Negro mulato del 09-03.
Se frena cuando acude a los burladeros.
Ponce le saluda con cuatro lances cerrándose hacia las tablas. Otro más en el que parece que se abre más. Se ha limitado a parar al toro pues solo ha dado una verónica al cabo del séptimo lance por el pitón izquierdo.Ponce lo lleva al caballo que monta Antonio Saavedra quien se agarra arriba ante un toro que aprieta con la cabeza levantada tratando de quitarse el hierro.El matador tras dejar refrescar al toro lo lleva con parsimonia nuevamente al caballo. Lo deja entre las dos rayas. Y cuando se arranca, Saavedra que viste una chaquetilla muy llamativa, se agarra arriba y no le aprieta. Lo saca con efectividad Mariano de la Viña andándole delante de la cara para atrás sin darle un capotazo.
Ponce pide el cambio de tercio.
Con lidia de Mariano de la Viña, parean Antonio Tejero quien pone un par ligeramente caído. José María Tejero cumple. Y cierra Antonio Tejero, con un buen par de banderillas en todo lo alto que es ovacionado.Ponce brinda al público siendo muy ovacionado. Tira la montera por detrás del hombro y cae boca abajo, con la consiguiente alegría del público.Comienza su faena doblándose con las rodillas flexionadas en una serie de cuatro muletazos. Una trincherilla y ya lo tiene en los medios. Tres redondos el último de los cuales el toro pierde las manos. Distancia. Tres redondos y remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.Muleta en la izquierda. Cuatro excelentes naturales que remata con el de pecho sobre la mano izquierda. Suena la música. Tres naturales. Sigue por naturales y como le pierde al toro más pasos de los convenientes los pases resultan de uno en uno. Remata con el doble pase de pecho. Dos molinetes y un cambio de muleta de mano delante de la cara del toro, para seguir con tres naturales muy buenos que remata con el pase de pecho.Cuatro redondos. El toro ha intentado rajarse, pero Ponce muy atento lo ha retenido. Distancia. Cuatro redondos muy buenos sobre todo el último, que remata con un cambio de muleta de mano por delante de la cara del toro.La muleta en la mano derecha para que cuando el toro se arranca le cambia la muleta de mano delante de la cara del toro.
El toro que se raja nuevamente. Pero Ponce lo retiene. La muleta plegada sobre la mano izquierda. Pase del cartucho de pescado para seguir con cuatro naturales que remata con el pase de pecho con rodilla flexionada.
Un toro que nunca fue para adelante, sin codicia y sin afectividad. Necesitaba un torero con sapiencia y “oficio” más que un valeroso
Un natural de frente. Una trinchera que es un cartel de toros. Otra más por el otro pitón. Un pase de pecho con la izquierda de pitón a rabo.Suena un aviso mientras se va por el estoque de matar.
La faena la acaba con tres pases naturales a pies juntos.Una gran estocada arriba. El toro que se arranca a Ponce y éste le propina tres naturales. El toro que tarda en doblar. Y cuando el toro se derrumba sin puntilla, afloran los pañuelos de manera masiva y el presidente concede las dos orejas.
Esto fue exactamente lo que ocurrió en el ruedo para que en ambos toros se concedieran las dos orejas que propiciaba la salida por la puerta grande.

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