

pagina para tratar temas de actualidad de toros y tauromaquia en España, con especial atencion a Andalucia
Tras los trabajos realizados por novillero y veterinario en el “mueco” de la finca, siguió una comida en la panera (convertida en comedor improvisado y donde hubimos de refugiarnos de la lluvia que de manera persistente nos acompañó durante toda la jornada), en la que también estaba presente el diestro de Villalpando, Andrés Vázquez, que dirigía artísticamente al aspirante a matador de toros.
Dos magníficos contertulianos henchidos de anécdotas graciosas y ocurrentes muchas de las cuales nos hicieron dudar de su certidumbre.
Hablamos de toros en muchas facetas. Sintonizamos en bastantes cosas y diferimos en otras. Lo normal en este tema, donde algunos afirman que. “de toros, no saben ni las vacas”
Dos fenómenos de la comunicación, donde la “risilla contagiosa” (en forma de Ji,Ji) del torero, se hacía cómplice al “gracejo andaluz” del crítico natural de Huelva y a la sapiencia universitaria del “tuno” y más tarde abogado afincado en Salamanca.
Recordaron los tiempos difíciles de las capeas pueblerinas y a esas vacas hartas de criar becerros con las que se enfrentaban (conociéndose mutuamente) en más de una ocasión en distintas plazas de carros pueblerinas y refirieron cómo, cuando su ganadero las silbaba desde la puerta del corral que servía de chiquero, se olvidaban de “seguir cogiendo” a todo el que se ponía delante y, como perrillos amaestrados entraban mansamente para de inmediato ponerse a comer el heno que tenían en el suelo.
Hablaban de un tal “Chinarro” (a quien conocí cuando era pequeño en el pueblo salmantino donde mi padre ejercía su profesión veterinaria) que era quien proporcionaba las vacas a los alcaldes de los pueblos para que se organizaran las capeas. Y de cómo se establecía una especie de “pique” entre los mozos que con sus varitas de mimbre trataban de dejar ciegas a las vacas cuando embestían y como “Chinarro” trataba de salvar a sus animales y a su reputación llevando cada año vacas con más edad, más ubres y más mala leche consecuencia de haber participado en más capeas.
Navalón dotado de una pluma de castellano antiguo, que me recuerda a Delibes, y que no dejó, mientras ejerció su crítica taurina, “titere con cabeza”.
“Despellejó”, merced a la fuerza que da "el poder de la pluma", materialmente a Enrique Martín Arránz y sus pordedantes “Joselito” y José Tomás por cuestiones de no dejar televisar sus corridas.
“Tenía los puntos puestos” de manera sangrante, a el diestro segoviano, Andrés Hernando por ganar dinero en los festivales a costa de proporcionar “novillos de saldo” procedentes de la ganadería de su esposa.
Y llego a “meterse” incluso, hasta con Antonio Bienvenida que era su amigo. Al único que defendió a “capa y espada” fue a Antonio Chenel “Antoñete” ( “el maestro nicotina” versión Andrés Vázquez) al denunciar su explotación torera en su senectud por uno de profesión "desinformativa" (como él lo denomina) al que “no podía ver ni en pintura”.
Como ganadero se denunció a sí mismo como consentidor de afeitar sus toros.
¡Recibió de/y dio bofetadas a toreros!. Hay quién dice que llegó a chantajear a alguno con regalo de un coche "Mercedes" para suavizarle sus críticas
Admirador de D. Alipio Pérez Tabernero.
”Perseguidor incansable” de sus víctimas, pero que a veces sacaba su lado humano como cuando glosó, a su compañero de tuna el pandereta Armandito, en su invalidez y óbito.
El que "aclamó" a Paco Camino tras expresar la verdad del toreo en Aguadulce en los cursos de verano de una Universidad privada y a Conrado el eterno “maletilla” viajero de las carreteras próximas Ciudad Rodrigo.
Ataca sin piedad a todos sus compañeros de crítica taurina menos a Joaquín Vidal y revela, sin el menor miedo y pudor, secretos de transcendencia económica de la vida de "Manolete".
Denunció una y mil veces a toreros que nunca se han “puesto delante” de vacas toreadas.
Pero también a veces nos hacía reír a “mandíbula batiente” en sus “chascarrillos” escritos en “La Tribuna de Salamanca” donde se esperaba su artículo con verdadera avidez para enterarnos de la vida y milagros de el ganadero Daniel Ruiz cuando un toro suyo en Valladolid salto al callejón y le arrancó una oreja.
Un personaje polémico y controvertido, pero que no pasó, ni mucho menos, desapercibido, aunque fuera odiado por muchos, pues su lema era: "que hablen de mí, aunque sea mal".
Finalmente hay un ágape generoso donde las tapas de calidad suelen ser regadas con un buen vino de la tierra y bebidas de todo tipo a gusto del consumidor.
Y tras el abandono del Centro comercial por parte de los invitados, en itinerario controlado por los agentes de seguridad, la dirección de “El Corte Inglés”, autoridades, jurado y galardonados cenan en el Restaurante del centro en acto más privado.
Encuentro anual interesante, porque los aficionados se ven de cerca e incluso pueden entablar conversación con las, en condiciones normales, inaccesibles autoridades de la capital y hacerse fotografías con los galardonados para luego presumir de ser “amigos de toda la vida”.
La gente acude “de punta en blanco”, al constar en la invitación, y esto es digno de valorar en estos tiempos de informalidad en el vestir.
Naturalmente, estas entregas de trofeos sirven, además de promoción del Centro comercial, también para lucimiento de los regidores de los almacenes, de las autoridades, de los jurados y de los que declaman poesías taurinas que suelen ocupar un estrado muy por encima del suelo ocupado por los asistentes.
¡Qué alegría!. ¡Hemos conseguido un trofeo!
Así solían expresarse los galardonados cuando conseguían su primer trofeo como “profesionales” de algo relacionado con el mundo taurino.
¡Qué coñazo! .¡Tenemos que ir a 200 Km. a recoger otro trofeo!
Así se expresan los “practicantes” de cualquier oficio (que no, profesión) cuando, consecuencia de haber tenido la “suerte” de llegar a “figura”, les sobran estos detalles de reconocimiento a su labor desarrollada.
Mientras, la entidad concesionaria del trofeo las ha pasado “canutas”, en su afán de acomodarse a la fecha en que los “figurones galardonados” tienen a bien dignarse a recoger el premio concedido.
¡Qué difícil es que asistan todos los galardonados figuras! ¡Cuantas obligaciones tienen! ¡Ni que tuvieran que dar algo!
Ese día, luego, todo son parabienes. Lectura del acta de concesión del trofeo, por un alto empleado de la entidad, con posterior enumeración de los componentes del jurado. Glosas de la labor realizada merecedora del trofeo en boca de cuantos tienen alguna representatividad y “pasamanos del trofeo” de la azafata a la autoridad “entregadora” y de esta, al “artista”.
Y así en idéntica secuencia para cada uno de los galardonados.
El trofeo final, que es el más importante, al triunfador de la Feria Taurina, y que naturalmente es entregado por el Director del Centro comercial.
Luego, las palabras de los galardonados en sentido creciente a la representatividad. Palabras que por otro lado van en sentido decreciente de parquedad y sinceridad, hasta llegar a las del “divo” en que ensalza aún más su labor realizada a base de quitar méritos a las condiciones de su oponente (nunca colaborador) y de guardarse en su “faltriquera” las ventajas de que se valió para confundir a las masas asistentes al acontecimiento e incluso a muchos de los miembros del jurado calificador.
Como es natural hay aciertos y equivocaciones en la concesión, pues la justicia en este complicado mundo del toro es difícil. ¡Demasiado difícil por imperar tantos intereses de todo tipo!
¡No es oro todo lo que reluce!
Pues a veces resaltan más las “irisaciones argénticas” por haberse realizado con toda autenticidad al faltar ese “oficio extenso” que exalta lo superfluo y encandila al lerdo público asistente.
Trofeos conseguidos con verdad por esos hombres de plata llamados “subalternos” porque todo lo hicieron bien. Desde “enseñar a embestir a un toro” durante su labor de brega, hasta parear metiendo las manos entre los pitones. Estar pendientes de todo lo que la lidia conlleva, presto a “quitar” a su jefe de filas cuando fue cogido, “sacar” con habilidad y prontitud ese estoque colocado con ignominia que propiciara la estocada “merecedora” de triunfo.
Y menos mal que al final esa labor fue premiada porque alguien del jurado se fijó en ella y la puso “sobre el tapete” el día de las deliberaciones, ya que su torero de oro no le autorizó a “destocarse” en el momento preciso y puso en “tela de juicio” lo bien realizado.
Pero ese hombre, que también se jugó la vida, agradeció de veras el trofeo que le concedieron e incluso dos lágrimas resbalaron sobre sus mejillas mientras expresaba su agradecimiento con palabras bellas de verdad, por su sinceridad, llegando a eclipsar al “figurón” que ni siquiera se emocionó con los aplausos que acompañaron a la recepción del enorme trofeo concedido, pero que acaparó las “palmaditas en la espalda” de complacencia por parte de los “ensalzadores de turno” quienes, a pesar del “filtro” de la invitación, se las “apañan” para estar presentes en primera fila de espectador y de recepción de los camareros encargados de distribuir las viandas.
Se habló de que su reaparición sería “con todas sus consecuencias, pues no piensa eludir plazas importantes ni ferias grandes” si bien si se hacía la matización de que: “solamente torearía en ese año de 15 a 20 corridas teniendo en cuenta que su temporada comenzaba el 17 de junio en Barcelona”
¿Y porqué en Barcelona?. La respuesta: “como agradecimiento a la plaza que tanto ha significado para él y sobre todo teniendo en cuenta el delicado momento por el que atraviesa la Fiesta en Cataluña”
Se intentó dar un tinte político cuando Boix dijo: “si los políticos hicieron de Barcelona una ciudad antitaurina, José Tomás va a convertirla en el centro del universo taurino”.
Y a decir verdad que “con todas las consecuencias” no se ha cumplido, pues J.T ha actuado en las plazas siguientes:
Fecha
Plaza
Ganadería
Trofeos
17/6
Barcelona
Núñez del Cuvillo
oa/oo
21/6
Alicante
Garcigrande/D.Herdz
ova/ova
23/6
Algeciras
Luis Algarra
pl/oo
28/6
Núñez del Cuvillo
o/ov
16/8
San Sebastián
Garcigrande
o/oo
18/8
Málaga
Núñez del Cuvillo
o/o
22/8
Almería
Torrealta
Oo/v
29/8
Núñez del Cuvillo
oo
12/9
Salamanca
El Pilar
Oo/o
15/9
Murcia
El Pilar
Oo/oo
16/9
Nimes
Garcigrande
Oo/o
23/9
Barcelona
Núñez del Cuvillo
Ovaa/va
Hablo de maquinaciones, sí. Pero ¿quienes son los artífices de ellas?:
Un periodista, el corresponsal en Barcelona de la Revista taurina “6 Toros 6” que no es otro que Salvador Boix quien junto a su hermano Jaime escribió el libro Reflexiones sobre José Tomás. La verdad es que estoy convencido que las grandes figuras no necesitan un apoderado profesional, pues una operadora telefónica haría el mismo papel al recoger las múltiples llamadas recibidas que posteriormente deberían ser estudiadas por el economista, hoy día imprescindible en cualquier negocio del tipo que sea, para realizar las pretensiones económicas y contraofertas. Por otro lado viene bien un jefe de prensa (antes era una señora vinculada a Espasa Calpe) que si encima es periodista, mejor que mejor ya que sabe perfectamente, por conocer prácticamente a todos, con los “bueyes que ara”
Un empresario y apoderado taurino joven y emprendedor que aprendió de su padre el oficio y que culminó haciéndose con la plaza de toros de Barcelona, Antonio Matilla, quién "se apuntó al carro", creo yo (que conste que es mi opinión personal) que José Tomás había decidido de antemano a pesar de esas declaraciones de: “tenía la intuición de que quería reaparecer. Cuando estuve este invierno en México vi que no paraba de torear, estaba haciendo una preparación muy a fondo. Así que lancé el guante, y me lo recogieron. Desde luego tuve que ir a buscarlo, pero aquí está”.
Por este rinconcito del Campo de Gibraltar todo el mundo estaba seguro que José Tomás volvería a los toros ya que prácticamente había tentado todas las madres de la camada de Núñez del Cuvillo que mataría en su vuelta, a pesar de que únicamente dejaba que lo vieran en la placita de tientas de “El Grullo” los ganaderos propietarios.
Medios de comunicación importantísimos quienes, por tener el torero amigos íntimos trabajando en ellos, se han encargado de la función mediática tan fundamental en los tiempos que corremos para “sofronizar” a las masas en los temas de interés programados.
Y con estos “mimbres” se construye el “cesto” que se convierte en caja fuerte de los enormes emolumentos que entran en esas pocas corridas toreadas y que resultan infinitamente más rentables que todas las toreadas en temporadas anteriores de más exposición y riesgo.
Efectivamente, José Tomás “reventó las taquillas” de la Plaza de Toros de Barcelona, cuando desde hacía varias temporadas los asistentes a las corridas de toros de la Monumental barcelonesa “estaban en familia” en los vacíos tendidos.
Para esta temporada que se avecina el caché y condiciones de el de Galapagar se ha "subido al cielo" y esperemos que la “gallina de los huevos de oro” no se quede “clueca” pues los otros dos compañeros de terna, deberán hacer el “paría” lo cual no es para nada edificante para quienes también se juegan la vida.
Pero es que resulta que los empresarios, sin la “inyección televisiva”, no van a poder afrontar los presupuestos de una corrida que, como los toros han de ser de "ganadería preferida", rebasará con creces lo 400.000 euros.
Lo nunca visto en el mundo del toro:
La "acción" de los maquinadores: crear un club para la compra de entradas y los desplazamientos a los socios. Les aseguran dos entradas para cada una de las 17 actuaciones. Para ello han de adelantar 1000 euros a cuenta.
Derechos:
-Un carné acreditativo.
-Cada festejo al que acuda le costará 50 euros.
-Imágenes de todas las actuaciones del diestro para un álbum.
Finalmente se cerrara el libro de cuentas y se hará balance.
Resumiendo:¿Que es lo que se busca con estas desapariciones y reapariciones? Sencillamente, subir el caché del figura para ganar más dinero.
Y que conste que en el caso de José Tomás se lo gana porque se “arrima” como nadie.
En la temporada que se avecina el trío torero, empresario, ganadero tendrán que discutir muy mucho sobre la “parte de pastel a repartir” pues tantísimo dinero como se baraja es imposible aquilatarlo justamente.
De momento La Maestranza se queda sin J.T, pues la televisión privada (léase Canal +) tiene formalizado su contrato y por otro lado uno de los encastes preferidos de José Tomás de momento tampoco va a Sevilla por aquello de que su parte del pastel le parece demasiado pequeño.
Así que sin televisión, sin los toros del hierro que en la reaparición estuvieron seis tardes presentes y tal como está la economía, a los rectores de la maquinación puede que no les salgan tampoco las cuentas
Si nos paramos a analizar la mayoría de las faenas de muleta realizadas por prácticamente todos los toreros, podemos ver que generalmente comienzan con “pases contrarios” con la diestra mano, por aquello de que al taparse ante la cara del toro con la denominada “pañosa”se sienten más seguros en los pases iniciales cuando no están seguros de cual es el “pitón bueno” de su oponente, ni de las reacciones del bravo animal.
Así comienzan doblándose por ese lado, para seguidamente “despedir”con cierta largura al cornúpeta en tanto pasan el momento de “angustia de iniciación de faena de muleta” por no haber podido ver con toda exactitud las reacciones del enemigo debido a esa costumbre impuesta por el público (nunca por los verdaderos aficionados) de tener que parar al toro el matador y por este motivo no ver las reacciones frente a los lances realizados por su peón de confianza.
Luego…a la menor oportunidad se echan la muleta a la mano diestra y ayudándose del estoque simulado aumentar en más de un metro la superficie a embestir, que si encima poseen técnica (proporcionada por actuar muchas tardes en la temporada) utilizan el “pico de la muleta” para pasarse el toro a una distancia de la faja tal, que resulta imposible sufrir un pitonazo a no ser que el toro se desprenda de su cuerno y se lo tire.
Con esta mano, realizan la base de la faena. Luego una tandita de dos o tres naturales (sin tomar el estaquillador por el centro) y tras la justificación, vuelta a la mano diestra para calentar a la gran masa ignorante que vibra con esta adulteración del buen toreo.
Que el toro haya aprendido por ese pitón a librar en la suerte de matar, ¡Importa poco! Pues saben que aun “echándose descaradamente fuera de la rectitud de la suerte” con que el toro sea derribado van a tener premio de trofeos, que redundarán en aumento de contratación y del “caché” económico.
Con este proceder cada vez más generalizado, los aficionados de verdad se han visto privados de: el toreo a una mano del subalterno de confianza, de la suerte de varas por imperar el monopuyazo, de los bonitos y variados (en otros tiempos) quites entre los diestros actuantes, y de esos naturales que siempre han sido, junto a la verónica la columna vertebral del toreo, rematados respectivamente con el obligado de pecho y la media verónica.
En la cita de Abril sevillana hubo de hacer un gran esfuerzo al ver que la Feria se le escapaba y no podía conformarse con ver triunfar a sus rivales de albero. Se fue a portagayola y ese esfuerzo, en un torero de arte donde el “cuarto de kilo” no está concebido para ello, a la larga… se paga.
Y luego hizo otro sobrehumano esfuerzo al encerrase en Madrid con la corrida a seis de la Beneficencia, donde tras el estrepitoso fracaso en cinco toros con cogida incluida, una figura como él, tenía que salir a lidiar el último toro. El de Núñez del Cuvillo en el que tenía confianza plena, pues no en balde había tentado media camada del ganadero de "El Grullo", conocía perfectamente el "patrón de comportamiento" del encaste con él que había trinfado en varias corridas de la temporada. Se trataba de "Hatero" un "núñez-osborne" que incluso podía conocer de antemano el torero de La Puebla.
Total que en la Monumental de Las Ventas otra vez sometió su corazón a un esfuerzo rayano en el infarto, tratando de conseguir un mermado triunfo que el sensiblero público madrileño, que no la verdadera afición, casi le regala.
¡Morante es humano! Y como tal, siente miedo. Miedo que a veces es insuperable sobre todo cuando en los momentos de soledad visionas las escenas que viviste de un pitón empujado por más de quinientos kilos que te golpea en el entrecejo y luego te busca en el suelo bajo el filtro enrojecido por la sangre que se interpuso entre la imagen real y la retina.
Y creo que fue en la enfermería de la Plaza de Las Ventas, mientras las hábiles manos cirujanas del doctor Máximo García Padrós, suturaba su herida del entrecejo, cuando José Antonio Morante tumbado en la camilla, analizó la tragedia que para el mundo del toro podía haber supuesto si ese pitonazo se hubiera desviado 2 centímetros hacia abajo y basculado hacía izquierda o derecha. La cornada hubiera sido idéntica a la que el 7 de mayo de 1922 acabó en la arena con la vida del diestro valenciano Manuel Granero a cuernos del ve ragüeño Pocapena.
“Morante de la Puebla” tuvo la hombría de salir a matar su último toro de la tarde, si bien el parte médico firmado por el Dr.García Padrós, textualmente decía: "Herida por asta de toro en región supercial izquierda. Puntazo corrido en espina ilíaca derecha. Pronóstico leve que no le impide continuar la lidia" pero que de no haber estado en su ánimo salir fácilmente hubiera podido simular conmoción que lo hibiera llevado directamente al Hospital para exploración neurológica.
Morante hubo de padecer un esfuerzo más que sobrehumano vivido durante las fases de inactividad de la lidia donde su rostro paso por muecas de indecisión, seguridad, padecimiento, entusiasmo, y luego en pleno fulgor de la pelea, por las de impotencia, rabia y llanto.
Y a "Hatero", que arrastró el hocico por la arena de La Monumental, lo lanceó, con el arte que atesora, por verónicas y luego quitó también por verónicas que remató con la media. Y hasta puso banderillas. Con la "pañosa" faena variada pero atropellada (tal vez porque la afrenalina acumulada estaba haciendo su efecto) y finalmente una estocada desastrosa, y oreja final ??? con lo que logró, aunque sin convencerse a si mismo, que los "sensibleros" reconocieran el esfuerzo de los mimados, que suelen ser los que están tocados con la “varita mágica del arte” al ser capaces de componer una figura de “riñones metidos” y manejo de “manos acompasadas y bajas”.
Pero Morante en su fuero interno se autocrítica como fracasado en las dos citas verdaderamente importantes de la temporada y, eso para toda una figura como es él, es de todo punto insoportable. Para no recordarlo todos los días cuando se vista de luces y mirándose al espejo vea la cicatriz en el entrecejo, ¡se va! y a esperar que los que ahora "aprietan" se cansen o el valor se les vaya con la sangre manada de alguna herida, porque como dijo Faico. “Es la sangre de los valientes las que se va, mientras que la que queda es la de los cobardes”.
En cualquier caso tú has decidido lo que más te conviene. ¡Se feliz! Que por las tardes que nos has proporcionado viendo tu arte , ¡Te lo mereces!