ALGUNAS MATIZACIONES SOBRE LA BRAVURA DEL TORO.
ALGUNAS
MATIZACIONES SOBRE LA BRAVURA DEL TORO.
Por LUIS ALONSO
HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
La bravura
del toro, es el crédito de la divisa, el lucimiento del espada, la garantía
de la satisfacción del público y la razón de ser de este luminoso espectáculo.
Los ganaderos
están en una continua mejora de sus vacadas mediante la selección.
Tienen dos
inconvenientes:
El público
de determinadas plazas que exigen toros fuera del prototipo de toro de lidia.
Los toreros
figuras que exigen toros adecuados a su tauromaquias.
De ahí que
hayan de jugar con las tres clases de selección:
-Por carácter
morfológico
-Por función
económica.
-Por cualidad
anímica.
La primera es
la más sencilla de realizar y la dificultad aumenta a medida que avanzamos en el
tipo de selección.
Los
comentaristas taurinos suelen basarse en el carácter morfológico del toro
de lidia elipométrico en principio (manos cortas, cuello largo y encornaduras
que quepan en la muleta) pero, a mi entender cómo veterinario, ignoran que con
estas cortas matizaciones son muy probables las equivocaciones a la hora de
prever la bravura.
La zootécnia ha matizado que el toro de lidia debe tener
una cabeza de tamaño reducido, cuello breve y potente sin gran
papada y con potente almohadilla cervical. Tronco cilíndrico de
costillares arqueados y de gran profundidad. Línea dorso-lumbar
recta o con ligera tendencia al combado. Grupa recta y amplia con
nacimiento de la cola en la misma línea d prolongación del sacro; la cola,
asimismo, debe ser fina y extensa y terminada en un gran mechón de crines que
suele llegar al suelo. Las nalgas serán redondas, el vientre recogido,
pechos amplios y espaldas ligeramente oblicuas y las extremidades
con aplomos perfectos y gran finura de huesos
¡Debe tener
armonía!
Pues bien, ya
tenemos un toro morfológicamente perfecto. Tiene muchas posibilidades de que
embista pero…?, hemos de contar con que la acometividad se muestra en un
alto grado de fluctuación aún dentro de los individuos componentes de una misma
familia y que esta acometividad está influida por factores extrínsecos (hora,
sitio, luminosidad, climatología, integridad fisiológica) y lidia a que haya
sido sometido en los comienzos.
No hemos de
olvidar que la embestida del toro de lidia es un acto psíquico y temperamental
que el toro muestra cuando tiene afectividad de embestida.
Tampoco que,
para saber si un toro es bravo la única manera de comprobarlo es lidiarlo
previamente y esto es lo que no se puede hacer, por eso la bravura del toro es
una práctica de adivinación después de cuatro largos años de cuidados y vida de
relax para que en veinte minutos demuestre su bravura en un rendimiento al
máximo con la máxima nobleza es decir debe dejarse engañar.
La máxima
prueba que se le ha podido hacer de eral es la prueba de acoso y derribo donde
se le prueba solamente con el caballo sin recibir un solo capotazo por lo que
nos quedamos sin saber como acude al
engaño del toreo a pie.
Pero si, tras
esta prueba seleccionamos a los mejores,
podemos retenerlos para cuando tengamos que reponer sementales y someterlos a
su tienta completa como hacemos con las madres. Luego… a esperar los resultados
de su comportamiento como semental transmisor de la bravura. Espera que
requiere como mínimo cuatro años para poder ver el comportamiento de sus hijos
en plaza.
El buen
semental no es el más bonito ni el de mejor pedigrée sino el que procrea los hijos más bravos.
Se presupone
que si la madre ha sido buena en la
tienta él heredará esta condición pero..??? hay una serie de puntos que hemos
de considerar tales como:
1.- La bravura
no es constante para cada individuo. Esto es hipotético ya que no hay
posibilidad de lidiar completamente al mismo toro en dos días distintos para
ver si daba el mismo juego al jugar los imponderables (estados de ánimo
para la pelea).
2.- Varía con
la edad. Aquí ya no hay hipótesis sino observaciones. Los toros que vienen
siendo mansotes y traicioneros cuando fueron lidiados de jóvenes, se mostraron
bravitos y noblotes, mientras por el contrario; toros que habían hecho una lidia reposada y buena
cuando llegan a adultos se tornaron revoltoso, corretones y un manojo de
nervios al ser lidiados de jóvenes, porque en estos animales la personalidad
tiene su evolución.
De ahí lo
importante que es sacar conclusiones de la lidia de erales en novilladas sin
caballos.
3.- Que la
apreciación del concepto bravura es eminentemente subjetiva.
Veamos unos
ejemplos:
Llevemos un grupo
de aficionados a un lugar donde hubiese
un solo toro y les pidiésemos opinión individual sobre el tamaño. Seguro que no
habría unanimidad de criterios al respecto a pesar de que el toro no crece ni
mengua.
Ahora llevemos
el mismo grupo a una plaza de tientas para que cada uno anotara su opinión
sobre la calificación de cada vaca tentada donde la manifestación de la bravura
de cada una de ellas varía de momento a momento. A unos les gustaría la bravura
sostenida desde el principio a fin. A otros les gustaría ver como la res se
crece al castigo y finalmente otros disculpen el hecho de que al prolongar la
prueba, el animal vaya a menos.
La bravura es
la mezcla de varios ingredientes algunos de difícil definición (nobleza,
temple, suavidad, temperamento, nervio, casta, codicia etc.
4.- Que si nos
adaptamos al gusto del consumidor el concepto está en evolución marcadísima.
En este sentido
he de recordar la siguiente anécdota de Luis Fernández Salcedo.
“En medio de
un diluvio presenció junto a otros cinco espectadores más, la tienta de cuatro
erales para escoger un semental.
Hubo dos
buenos y dos superiores, pero la media docena de espectadores no fuimos capaces
de ponernos de acuerdo en la elección.
Luis abogó
por uno que le pareció sobresaliente, pero el comprador optó por no elegirle porque
entre puyazo y puyazo el animalito venía junto al palco y berreaba y según el
señor eso era síntoma de quejarse, cuando a lo mejor lo que hacía es desafiar
con rabia”
Y que nosotros
achacamos a que existe una bravura abstracta y una bravura comercial.