torostarifa.blogspot.com

lunes, 17 de diciembre de 2007

EL CHOQUE HEMORRÁGICO

Una de las características que más impresionan a los asistentes a una corrida de toros es la sangre que emana de la herida producida en el morrillo del cornúpeta por la puya, en la suerte de varas. Expresiones como: "¡Qué barbaridad! La cantidad de sangre que está perdiendo" están a la orden del día.
Pero siempre que hemos preguntado por la cantidad de sangre que normalmente tiene un toro, las respuestas han solido quedarse en blanco.
Por todo ello,se me ocurrió el artículo que reproduzco a continuación.
¡Va por ustedes!

CHOQUE HEMORRAGICO.

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor.


El choque hemorrágico es consecuencia de la hipovolemia, que no es otra cosa que la disminución del volumen sanguíneo. La causa fundamental, entre otras, la HEMORRAGIA.

En el toro de lidia se produce, durante la lidia, una fuerte hemorragia consecuente a la “suerte de varas”, que conlleva a “una disminución de la presión general media de llenado” y “reducción del retorno venoso”.

Vamos a tratar de poner algunas cosas en claro:

El toro de lidia tiene la siguiente cantidad de sangre: 60 ml por kilo de peso vivo. Es decir que un toro de 500 kilos tiene 30 litros de sangre.

En medicina humana se han hecho estudios interesantes que han probado que a un hombre se le puede extraer, en media hora de tiempo, el 10% del volumen total de su sangre sin que haya repercusiones sobre la presión arterial y gasto cardíaco. Si se extrae sangre en la proporción del 15 % del volumen total con falta de reflejos simpáticos, la muerte sobreviene, mientras que si conservan los reflejos simpáticos, para que el gasto cardíaco y, seguidamente la tensión arterial caigan a cero, habrá que extraer un 40% del volumen total de sangre. En todos los casos la muerte sobreviene por CHOQUE HEMORRAGICO.

Si trasmutamos estos datos al toro de lidia ocurriría que un toro de lidia de 500 kilos de peso y completamente sano, no podría perder 12 litros de sangre sin que peligrara su vida. Y si padeciera cualquier alteración del sistema simpático no podría perder más de 4 litros sin peligro de muerte. Ha de perder menos de estas cantidades para que los reflejos simpáticos enérgicos, (iniciados en los barorreceptores) estimulen el sistema vasoconstrictor simpático quien contrayendo las arteriolas, venas y reservorios venosos, a la vez que aumentando las contracciones cardíacas hasta las 200 por minuto (lo normal 70-80), le permitan continuar con vida.

Es lógico que cuando el toro pierde sangre, - a consecuencia de las agresiones incisas que desde la divisa hasta las banderillas pasando por la más agresiva de la suerte de varas - su presión arterial baje a pesar de la protección de los reflejos simpáticos y hormonales (adrenalina, noradrenalina, vasopresina, renina-angiotensina) así como del mecanismo llamado estrés-relajación encargados de mantenerla dentro de limites normales.
Cuando la baja es considerable, sin llegar a producir el CHOQUE HEMORRÁGICO, existe riesgo de anemia tanto cerebral como coronaria. Anemia que no se produce hasta que la presión arterial no está por debajo de los 70 torr.

Y cuando ya llega el choque hemorragico se produce una disminución del gasto cardíaco que conlleva a una reducción de la cantidad de oxigeno, lo que hace que no llegue a las células de la economía lo que produce la muerte de las mismas en unas horas.

Claro que como la lidia suele durar unos 20 minutos pues en el toro se observará: confusión mental, estupor, sopor, (de ahí que tarde en reaccionar ante los estímulos del torero), disminución de la función renal, (de ahí esos movimientos de retracción de las extremidades posteriores y de intranquilidad manifiesta), porque tiene dolores cólicos renales al no producirse filtración glomerular por disminución de la presión del glomérulo.

Finalmente el toro está afecto de agotamiento, porque la pérdida de sangre conlleva perder grandes cantidades de glucosa que en definitiva es “la gasolina que mueve el motor bovino”. Glucosa que deriva de la degradación operada en la reserva glucogénica por la acción de la hormona adrenalina que comenzó a liberar la médula de la glándula adrenal junto con la ACTH, cuando el toro comenzó a estresarse con su encierro en cajones allá en la finca de procedencia y siguió en los transportes, reconocimientos, sorteo y enchiquerado. Liberación hormonal con la finalidad de sobreponerse ante esta situación totalmente anómala para él y, sobrepasar las dos fases iniciales de estrés físico: alarma y resistencia.

Esperemos que con estas pinceladas fisiológicas hayamos comprendido el problema de por qué los toros no rinden durante la lidia.

No hay comentarios: