LA LEY
DE LA VIDA.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
Generalmente los que están en el candelero de la
fama y la gloria en las distintas facetas del arte por motivos varios: méritos,
destino, oportunidad o empatia con el público, acaparan la noticia que tiene
lugar en su entorno, eclipsando cualquier otra de la misma entidad pero de otro personaje que no gozó de estos privilegios.
¡La vida es así de injusta! Pero la sociedad ha
hecho premisa de ella.
Y éste ha sido el caso del óbito, en el mismo día
de la muerte del torero José María Manzanares, de otro matador de toros menos
famoso pero triunfador de verdad cual fue Florencio Casado Morales “El Hencho” quien logró abrir, en una
ocasión, la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla
y tras torear 23 tardes en Madrid, por dos veces (años 1971 y 1974) la Puerta Grande de La Monumental de Las Ventas.
Florencio no llegó a ser primerísimo figura del
escalafón taurino a pesar de poseer un toreo VALIENTE, sereno, decisivo, de
corte estilístico y buen gusto, donde predominaba la planta más que asentada, la
verticalidad y la hondura.
Fue un torero de corridas duras, torero de verdad,
con valor de escalofrío que metía el miedo en el cuerpo de los espectadores. De
escaso y premeditado repertorio al estilo de su paisano "Manolete".
Su afición por el “arte de Cúchares” se la inculcó
su vecino Manuel Cano “El Pireo” y
luego se curtió en las capeas de los pueblos de Castellón durante cuatro largos
y azarosos años hasta llegar a debutar con picadores aquel 14 de julio del año 1968
en Montoro.
Tomó la alternativa en Córdoba en 1 de junio de
1969 de manos de Gabriel de la Haba “Zurito” con Fernando Tortosa de testigo.
Corrida en la que cortó tres orejas y un rabo alcanzando el trofeo Manolete.
Su corrida estrella fue la del 19 de abril del año
1970 en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, donde salió junto a sus
dos compañeros de terna por la Puerta del Príncipe de Sevilla. El resultado de
la corrida fue: “Limeño”, 4 orejas y 2 cada uno Palomo Linares y “El Hencho”. La corrida era de miura.
Al sexto toro de la tarde, que fue el de su
triunfo, le comenzó la faena de muleta citándole con la zurda desde la otra punta
del ruedo. El toro se arrancó como un obús. Lo aguantó. Lo vació con un natural
y siguió en faena de toreo de escuela cordobesa, donde la quietud y el dominio
del toro prevalecieron sobre otras virtudes en esa corrida que representó un
hecho histórico, irrepetible hasta el momento, al salir la terna actuante por
la Puerta del Príncipe.
Confirmó en Madrid con corrida del hierro de
Espinosa de los Monteros de manos de Joaquín Bernadó, con Adolfo Ávila “El
Paquiro” de testigo y abrir plaza el rejoneador Manuel Vidrié.
Este blog también, como no podía ser de otra
manera, le rinde homenaje en este artículo y le desea que ocupe en la gloria el
puesto que los terrenales no le dispensamos.
Florencio
Casado Morales “El Hencho” D.E.P.
Reportaje gráfico:
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