FRANCISCO ULLOA GARCIA.
Viene aquí como un buen
aficionado a los toros a pesar que, en la parcela donde destacó fue en la
deportiva y concretamente en la faceta del boxeo. En ella llegó a proclamarse Campeón de Andalucía de Boxeo Amateur en la categoría de los Plumas.
I
El autor de este blog le escribió
un libro su vida, titulado: El ayer y el hoy de Paco Ulloa editado
por Editorial Imagenta en los talleres de Estugraf Impresores de
Ciempozuelos (Madrid) en el año 2016.
La afición a los toros le llegó,
consecuente con los célebres Festivales
de Ordóñez que, celebrados en su ciudad natal en la década de los años 60 y
70, acapararon la atención mundial del mundo taurino.
¡Era la época en que todos los
chavales toreaban por las calles de la milenaria ciudad!
A partir de ahí, Paco nos
acompañó, en alguna que otra ocasión a los tentaderos que celebrábamos los
aficionados practicantes en la finca de San José del Valle antes de que fuera
comprada por el señor D. Gonzalo López
Larraínzar del que se decía era
el sastre de cabecera del Rey D. Juan Calor I y otros personajes tales
como el Rey Simeón de Bulgaria, Ronald
Reagan, Emilio Botín o Plácido Domingo.
Su sastrería ocupaba un primer
piso de la calle Conde de Aranda de Madrid y por esta circunstancia era lugar
discreto para ser visitado por estos emblemáticos personajes.
Este gran sastre, Aprendió el
oficio de manos de su padre y su tío que eran los hijos de Manuel López
Larraízar quien procedía del Valle de Irache (Navarra).
En esta placita de tientas, el
carnicero y aficionado practicante Luis
Serrano Escribano solía tentar, antes de llevarlas al matadero, las
becerras bravas desecho de tienta que compraba al ganadero D. Calos Núñez
Moreno de Guerra.
Como Luis era, por aquel
entonces, Presidente de la Unión Deportiva Tarifa, invitaba a todos los
directivos y componentes de la plantilla, así como a sus familiares de Sevilla
que como su tío D. Manuel Escribano había sido empresario taurino en tierras
albaceteñas durante el ejercicio de
secretario de Ayuntamiento en el pueblo de Pozo-Lorente.
Allí actuábamos, con distinta
suerte y arte, varios aficionados
prácticos tratando de imitar a los profesionales del “arte de Cúchares”, si bien, el bueno de Paco no paso de ser un
buen aficionado, pero ¡No practicante! Que permanecía sentado tan ricamente en
la ancha pared que circundaba la placita.
Los toros le dan respeto y miedo, muy al contrario a que su
hermano mayor Manuel quien, también
nos ha acompañado a varias corridas toreadas por el matador de Gerena Manuel
Escribano y, me ha confesado en varias ocasiones que su mayor frustración en la
vida, es no haberse puesto delante de un toro bravo, aunque fuese una vaquilla,
para sentir las sensaciones que experimentan
los toreros, pues es un amante de nuestra Fiesta más Nacional.
Siempre ha querido venir conmigo
a algún tentadero, pero la verdad es que unas veces por una contingencia y
otras por otras, no se ha llevado a término.
Ahora soy yo quien, no quiero por
quererlo demasiado como amigo, exponerlo a un porrazo de una becerra, al ser
consciente que sus facultades físicas no están en plenitud.
Seguro estoy que de haberlo
intentado en sus años mozos no hubiera desentonado en el escalafón taurino,
pues es un artista en cualquier faceta que intenta y en esta, no iba a ser
menos.
Posiblemente si en los años mozos
de estos hermanos Ulloa, la ciudad de Guzmán
El Bueno hubiera contado con Escuela Taurina otro gallo hubiera cantado en
las preferencias de estos artistas.
Volviendo a Paco diré que: en la actualidad, está jubilado y se dedica a pasear
sus perros de caza, bretón y podenco (liberándoles de jaula) todas las mañanas por terrenos de las tablas
de la “ruta del colesterol”, mientras
los fines de semana, tras realizar
limpieza general del taller auxiliado por su esposa Maricarmen
Santamaría su actividad se torna en acompañar a su nieto, montado en su mobilett Velosolex, en la ruta ciclista del
chiquillo por el carril bici y prolongación por el paseo marítimo hasta la emblemática playa chica, y recorrido inverso en busca del final del trayecto en
el Taller del Polígono donde aparcan sus “vehículos”
de transporte.
Ya está inculcando a su nieto la afición a los toros de ahí que lo lleve a alguna que otra corrida.
Alguna que otra tarde suele ir al
Casino (entidad socio cultural de la que
es socio desde hace muchos años) a jugar sus partidas de dominó o mus con sus amigos: Fernando Villanueva (q.e.p.d), Jorge
Vázquez, Manolo Serrano, Isidoro Rodríguez y Diego Domínguez “Yeye”, donde se convierten en
centro de atención por ser unas partidas
sonoras donde las voces inundan el silencio de este serio y, tranquilo lugar.
Suele acudir en su vehículo Seat 600 del que está enamorado y mima como si de un antiguo nieto se tratare.
No se pierde acontecimiento
taurino que se celebre en nuestra plaza de toros confundido entre el gentío en
las gradas de pizarra de la singular plaza, tratando de pasar desapercibido
pues, una de las virtudes principales de este personaje es la modestia en todas las facetas de su
vida.
Le encanta el ambiente taurino y
conocer a personajes emblemáticos de este mundo que alguna que otra vez le
hemos presentado cuando nos ha acompañado a corridas celebradas en plazas
importantes.
La gozó de lo lindo cuando
estuvimos en el Hotel Colón, santuario taurino de Sevilla, igual que cuando le
presentamos al Diamante Rubio en el
bar de Las Piletas otro lugar
emblemático del mundo taurino sevillano.
Ahora jubilado no tiene
inconveniente alguno para poner su excelente automóvil Mercedes 220 importado
de Alemania, al servicio de cuatro aficionados más para asistir a las corridas
de toros que se celebren en los
alrededores de Tarifa e incluso desplazarse al Puerto de Santa María, Sevilla o
Málaga.
Al haber cesado en su trabajo
activo como chapista en su taller de El
Polígono La Vega ocupa su tiempo libre a asistir a los combates de Boxeo
que se celebren en las proximidades de la zona de residencia si bien no pone
inconveniente alguno en desplazarse a Málaga e, incluso, en avión hasta Bilbao
para ver en vivo y en directo a sus ídolos actuales.
Y los momentos de ocio, les
dedica a construir barcos miniatura afición heredada de su padre que era un
artista en esta faceta, únicamente superado por el hijo Manuel que ha llegado
al súmmum de perfección en esta faceta.
El amigo Paco; extraordinario
boxeador, no peor chapista y buen aficionado taurino, siempre está
dispuesto, a hacer un favor a cualquiera
de la manera más altruista pues es su condición personal heredada de esa gran
familia que constituye la Saga de los
Ulloa.
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