LA
PALMOSILLA.
José Javier Núñez Cervera es el hijo primogénito de Mariano Núñez
Manso que fue ganadero de manso durante muchos años quiso ser ganadero de
bravo. Su suegro le propuso comprar una ganadería de procedencia Villamarta,
pero la mujer de éste Ana Cervera Abreu
se lo quitó de la cabeza aunque, trató de comprar una punta de vacas de origen
santacoloma, sin conseguirlo.
José Javier siempre tuvo en la cabeza formar una ganadería. En la Escuela de
Ingenieros Agrónomos de Madrid coincide con quien fuera un íntimo amigo suyo
Juan Pedro Domecq Solís, con lo que su deseo de ser ganadero de bravo se
acrecienta, pero como fue el único de su promoción que se decantó por trabajar
en la empresa privada, su vida profesional le catapulta a la presidencia de las
dos grandes empresas, Dow Chemical y
Coca Cola lo que le lleva a vivir fuera
de España acabando momentáneamente con esta ilusión que no puede llevarse a
término hasta el año 1995 en que forma la ganadería con sangre de procedencia
Juan Pedro Domecq y de la de su primo Joaquín Núñez del Cuvillo.
En 1996 llegan a “La China” 52
vacas con el hierro de Veragua de Juan Pedro Domecq Solís y dos toros: el 83 “Ovación” y el 46 “Iguana”, posteriormente llegan 125 vacas con el hierro de Joaquín
Núñez del Cuvillo y el toro nº 4 “Ventanero”.
El hierro final de la ganadería es el antiguo hierro familiar de Carlos
Núñez Lardizábal. La divisa azul celeste y roja.
Y a partir de ese año 1996 fue comprando a sus familiares la finca
“La China”. Finca que compró en el año 1901 el
bisabuelo del actual regidor de la ganadería,
Marcos Núñez Reynoso y que con una extensión de 560 hectáreas linda al
Este con la finca “El Torero” y al
Oeste con la finca “Los Derramaderos”.
Actualmente la ganadería de La Palmosilla cuenta con dos fincas: La China a la que se llega a través del
Cortijo de La Haba donde están
ubicados los machos y bastantes hembras y la de La Palmosilla con 180 hectáreas
que dan cabida a 180 vacas y que no es muy apta para la cría de bravo
por estar muy cerca de la población y de las playas de Tarifa. Aquí es donde
tiene las hembras que compró a su primo Joaquín Núñez del Cuvillo todas de la
rama Osborne
El croquis de la finca en el año
1897 era el que reproduzco.
Ambas fincas cuentan con el tesoro de la comarca que no es otro
que la hierba denominada zulla, también
conocida como esparceta roja capaz de proporcionar alimento a las reses
bravas sin necesidad de suplemento.
Se trata de una planta que puede alcanzar hasta los 60 centímetros
de altura que cuenta con hojas perennes compuestas imparipinadas dotadas de 3-5 pares de foliolos con el haz
glabro y el envés peloso. Las flores tienen la corola roja más o menos oscura con el estandarte emarginado y mucho
más largo que la quilla.
Propia de zonas de clima suave y próximas al mar. Se da en suelos
arcillosos y no aguanta los suelos ácidos o salinos ni los climas fríos.
Se aprovecha en forma de pastoreo por el ganado vacuno con estos
valores nutritivos:
NS PB FB
EE ELN Ca
P
12 20 24
2,40 40 1,12
0,34.
El inconveniente que tienen estas
fincas es el viento de levante que
al quemar los cultivos hizo que D. José Javier cómo buen Ingeniero Agrónomo
viera las posibilidades de dedicar estos campos a la crianza del toro bravo ya
que el viento no perjudica al toro como animal, si bien sí condiciona la
planificación de los tentaderos. Otro inconveniente es la falta de arboleda que no permite la protección del ganado frente a
los fenómenos climatológicos.
El hierro de Joaquín Abreu Orta 1782-1851 es el que
actualmente tiene La Palmosilla con ciertas modificaciones.
D. Joaquín Inició la
carrera de marino a los quince años, al ingresar en septiembre de 1797 como
guardiamarina. Durante la Guerra de la Independencia fue oficial de la marina
mercante, y combatió como alférez.
Tras el golpe de estado
fernandino de 1814, tuvo que marchar al exilio.
Alcalde de Tarifa
(Cádiz) durante varios meses, fue nombrado diputado provincial por el distrito
de Algeciras (1820-1822) y diputado provincial por Cádiz (1822-1823). Como
diputado tuvo una actuación destacada en la aprobación de la ley de reparto de
bienes comunales.
Se casó en Cádiz el 28
de octubre de 1836 con su sobrina Concepción Núñez Abreu, veinticuatro años más
joven que su tío y esposo (si hemos de creer lo que dice la dispensa papal, que
se conserva en el Archivo de la Diócesis de Cádiz, la novia iba embarazada).
Era Concepción Núñez
hija de uno de los más grandes arrendatarios del Duque de Medinaceli. En manos
de los Núñez estuvo arrendada la dehesa Tapatana
de 2.000 fanegas en 1823-1825, como también la dehesa de Navafría entre 1823 y 1830 con una extensión de 2.900 fanegas.
Así está inscrita la
ganadería:
Agropecuaria La China S.L.
Finca: La China. 11380. Tarifa (Cádiz).
Divisa: azul celeste y
roja.
Señal: Muesca en oreja
derecha y orejisana en la izquierda.
Antigüedad 13 de mayo
2013.
Creada en 1996 al
amparo del artículo 5 bis b) de los Estatutos con vacas y sementales de D. Juan
Pedro Domecq y D. Joaquín Núñez del Cuvillo.
En el año 2007 pasa ala
Grupo Primero en virtud de los acuerdos tomados por la Junta Directiva de la
Unión de Criadores de Toros de Lidia.
Javier Núñez Álvarez, su actual
propietario, Licenciado en Derecho, es un ganadero moderno que ahora,
además de la garrocha, agarra el móvil y se cuelga la cámara de fotos. “Lo tengo como parte de mi vida. Siempre voy
cargado. El campo tiene muchas cosas que ver. La gente conoce el toro en la
plaza. Lo que hay detrás no”.
La ganadería de La Palmosilla está repartida en dos
fincas, La Palmosilla, en Tarifa, una finca que da al mar con 180
hectáreas para 160 vacas de pura naturaleza, libertad y ecología, que alberga a
las vacas Osborne de capas ensabanadas compradas a su tío Joaquín por su padre
y La China, de 560 hectáreas y donde viven todos los machos y el resto
de hembras.
Sus antepasados crían toros bravos desde
1760, “doce
generaciones ininterrumpidas”, cuenta Javier, que compara su familia con los
Pérez Tabernero de Salamanca. Eso le permite ampliar sus contenidos. “Hay
historias y anécdotas que me gusta dar a conocer”. El hierro, además, es el más
antiguo de la familia Núñez. “Mis antepasados lidiaron en Madrid en 1790, en
Cádiz en 1813 y en Sevilla en 1825”. Las típicas corridas inventadas por
Franco. “Nuestro hierro se utilizó para lidiar reses bravas ininterrumpidamente
hasta 1940. Se retoma la actividad en el 96, formando una ganadería con
animales nuevos”.
“Somos la ganadería más al sur de Europa. Me gusta
fotografiar la arquitectura rural de aquí. Nuestro cortijo es diferente al
resto: el viento nos ha hecho adaptarnos al medio y forja un carácter diferente
en los toros”, que avanzan a través de la tercera y cuarta generación de
reproductores: “tienen ya su propia personalidad”.
“Es todo el trabajo detrás de una ganadería. Herraderos,
tentaderos, cualquier actividad. Es bueno que la gente lo vea y lo valore”.
“Entiendo que el que esté en un atasco y me vea a caballo
repasando las vacas piense que soy un señorito. Pero es mi trabajo. Hemos
tenido la culpa nosotros. No soy un cazurro, hablo inglés, he trabajado
fuera de los toros y he vivido en el extranjero. Sí me considero un
privilegiado porque el campo se ha convertido en un producto de lujo”.
La tecnología sirve para seguir trabajando y estudiando la
ganadería”.
La ganadería es un muro de
realidad. “Supone un gran reto. Jugamos con el comportamiento de animales. Es
pura incertidumbre. Los fracasos son muy estimulantes, sirven para acudir a
la raíz, profundizar”.
La alquimia dentro de un laboratorio
que se tambalea. “La batalla que libramos está relacionada con la libertad y el
respeto. No me tengo que meter en la vida de nadie. Ni juzgarlo moralmente.
Puedo estar nada de acuerdo con esa persona, pero no voy a coartar su libertad.
Muchos me dicen que no me dedique más a esto. ¿Quién es usted para decirme
lo que tengo que hacer? Es una guerra de educación. En esas, la España
silenciosa es más sensata”.
Tiene muy claro lo que quiere
conseguir en el mundo de la cría de toro bravo. De ahí que se exprese así:
“Mis toros
tienen que tener sobre todo bravura. Partiendo de esa base busco la transmisión
y el recorrido en la muleta. Hay toros que salen con más o menos clase, con más
o menos nobleza, pero intentaré que todos derrochen casta. Siempre tienen que
querer muleta y que vayan de menos a más”.
Javier es una esponja que absorbe
todo lo que emana del mundo del toro por eso se ha fijado en la afición
francesa que marca la pauta en la suerte de varas de ahí que a sus vacas
en tienta “las lleva cuatro veces al caballo” al tiempo que, a diferencia del
año 2012 “pide a los toreros que tientan
que, desde el primer momento en la muleta, les aprieten y les bajen la mano
hasta lo que den”
En su ganadería que cuenta con 360
vacas y 26 sementales cuida hasta el
mínimo detalle el saneamiento, la alimentación y el manejo, al estar convencido que son los tres pilares básicos en los
que se sustenta la ganadería brava como le inculcó su padre quien para sacar un
toro serio, armónico, ágil y fuerte lo
sustentaba en los tres factores:
Fenotípico,
genotipo y manejo encaminado a que aguante el
maratón de los 20 minutos de lidia en plaza donde primen la afectividad de embestida el ritmo y el son como ingredientes para la realización de una gran faena.
Se me olvidaba decirles que el
nombre de la Palmosilla viene de una planta que abunda por estas tierras
tarifeñas llamado el palmito que
viene a ser como una palmera enana que aparte de ser comestible alguna de sus
partes se utilizan las fibras de sus hojas para confeccionar esteras, escobas,
cuerdas etc
Bien Luis, me encanta la manera q tienes de describir la historia de la ganadería con todo un lujo de detalles. Seguí esta ganadería cuando empezó a figurar en todas las ferias importantes con novilladas. Luego en corridas de toros, la he visto poco
ResponderEliminar