HOMENAJE
DE LA AFICIÓN TAURINA DE VALLADOLID A
D. EMILIO CASARES HERRERO.
Recordando tiempos pasados al encontrar entre los muchos papeles que guardo, un cartel de homenaje a mi recordado amigo D. Emilio lo subo al blog porque aún habrá muchos aficionados de Valladolid que lo recuerden.
El día 18 de septiembre de 1998
en el Hotel Tryp Sofía (Hernando de Acuña,35- Parquesol a las 21,00 horas, la
Federación Taurina de Valladolid con la colaboración del Excmo Ayuntamiento
rindió Homenaje al Catedrático de la
Escuela de Comercio e Insigne estudioso de la Fiesta de los Toros, bibliófilo
taurino D. Emilio Casares Herrero.
Y en este homenaje tuve el honor
de participar de manera activa al presentar al homenajeado y gran amigo en la
mesa presidencial junto al Alcalde de Valladolid D. Francisco Javier León de la Riva y del Presidente de la
Diputación Ramiro Ruiz Medrano.Se editó un precioso cartel
relativo a la Feria de 1919, obra de
Ruano Llopis donde aparecía en primer término “Joselito” presto a realizar el
paseíllo que en su reverso presentaba una foto del homenajeado enmarcada dentro
del artículo titulado UNA INCIPIENTE AFICIÓN que decía lo siguiente:
“Ni el propio don Emilio sabe precisar cuáles fueron los comienzos de su afición a los toros, pues él mismo confiesa ignorarlo. Si afirmara que nació con la afición como algo innato, quizá por antecedentes familiares, no diría la verdad, ya que ningún ascendente tuvo que ver con la Fiesta. Ahora bien, cuando aquél niño iba a la escuela de Viana de Cega, su pueblo, en los recreos jugaba a un soñado toro con los compañeros, y otro tanto le ocurría con el perro de casa intentando enseñarle a pasar, estas acciones tan espontáneas ya pueden considerarse como “sentir afición”.
En una segunda etapa, mayorcito,
la atracción personal de los encierros
le tenía en vilo, lo mismo que el desarrollo de las capeas cuando
participaba “algo” en las mismas, ya
fuera a pie o a caballo, en compañía de amigos aficionados.
Y así, al propio tiempo que Emilio crecía en edad y en conocimientos, rondando rondando, llegó la realidad tantas veces anhelada de asistir a la primera corrida. Fue en la plaza de toros de Valladolid allá por 1925, cuando contaba con diez años y acudió junto a su padre. Sin ninguna duda, define tal acontecimiento como el bautismo con que entró en la Fiesta.
Ante la nueva sensación abandonó el coso con el magín plagado de ideas y conceptos, en un total desbarajuste de lo presenciado, pero a pesar de todo la impronta grabada de lo vistono dejaba de azuzarle para volver lo antes posible a la plaza, asimilando y ordenando cuanto se agolpaba en su mente balbuciente.
De esta manera, con infinidad de corridas presenciadas, crónicas y estudios realizados, su vida quedó ligada en gran parte al mundo de los toros y a todo lo que el toreo representa dentro y fuera de los ruedos -Tauromaquia y Taurología – primero sutilmente y plenamente después. Una relación que ha sido y sigue siendo trasunto fiel de su espíritu, como afirma, y a la vez realidad permanente de todos sus conocimientos taurinos.
Sigue a media página un cartel de
la Plaza de Toros de Valladolid que alude a las Ferias y
Fiestas septembrinas del año 1907 enmarcado por la Relación de publicaciones:
Libros publicados:
Estudio del toro de lidia. Valladolid 1935.
El toro y la torería. Valladolid 1986.
Tres siglos de historia taurina en carteles. Valladolid 1996.
Libros inéditos:
Toros y toreros en 1936, 37 y 38.
Valladolid en la historia taurina.1995.
Efemérides taurinas. Valladolid 1890-1990.
Libros con participación propia:
Valladolid, Vivencias y fotografías Valladolid 1986.
Cosas taurinas de Valladolid. Valladolid 1990
Libros en preparación:
Castilla y León en los albores del toreo.
Colaboraciones en prensa:
“Biou y toros” de Nimes (Francia).
“La tarde” de Valladolid.
“Ídolos” de Zaragoza.
“El Norte de Castilla” de Valladolid.
“Diario Regional” de Valladolid.
“El Adelanto” de Salamanca.
“Revista Ceres” de Valladolid.
“La Voz” de Medina del Campo.
“Asociación Universitaria de Tauromaquia” de Valladolid.
“El Trapío” de Valladolid.
“Turismo en la Meseta” de Valladolid
En el tercio inferior hay una fotografía de la Sala principal del Museo de Viana enmarcado por el relato titulado LA EXPOSICÓN-MUSEO que dice:
En palabras de su propietario dentro de una apreciación global, la exposición museo que ha atesorado durante tantos años en su casa de Viana de Cega no es exhaustiva, ni mucho menos, sí enojosamente didáctica, pero constituye a mi juicio uno de los elementos de mayor altura cultural en la grandiosa Fiesta de los Toros.
Los libros, cuadros, grabados, carteles y toda la bibliografía recopilada reunidos en este recoleto rincón por propia iniciativa de don Emilio tienen el excepcional mérito de subrayar cuánta inteligencia supone la tauromaquia , al tiempo que testimonia como el arte del toreo conserva en la diversidad de sus manifestaciones , una extraordinaria vitalidad.
Hasta tal punto se han multiplicado las imágenes que sí elaborara una estadística de su número, uno quedaría perplejo de por qué el tema taurino, en su enorme dimensión, es uno de los más tratados y constituye el gran foco de atención para las letras , las artes y demás manifestaciones artísticas.
“Ni el propio don Emilio sabe precisar cuáles fueron los comienzos de su afición a los toros, pues él mismo confiesa ignorarlo. Si afirmara que nació con la afición como algo innato, quizá por antecedentes familiares, no diría la verdad, ya que ningún ascendente tuvo que ver con la Fiesta. Ahora bien, cuando aquél niño iba a la escuela de Viana de Cega, su pueblo, en los recreos jugaba a un soñado toro con los compañeros, y otro tanto le ocurría con el perro de casa intentando enseñarle a pasar, estas acciones tan espontáneas ya pueden considerarse como “sentir afición”.
Y así, al propio tiempo que Emilio crecía en edad y en conocimientos, rondando rondando, llegó la realidad tantas veces anhelada de asistir a la primera corrida. Fue en la plaza de toros de Valladolid allá por 1925, cuando contaba con diez años y acudió junto a su padre. Sin ninguna duda, define tal acontecimiento como el bautismo con que entró en la Fiesta.
Ante la nueva sensación abandonó el coso con el magín plagado de ideas y conceptos, en un total desbarajuste de lo presenciado, pero a pesar de todo la impronta grabada de lo vistono dejaba de azuzarle para volver lo antes posible a la plaza, asimilando y ordenando cuanto se agolpaba en su mente balbuciente.
De esta manera, con infinidad de corridas presenciadas, crónicas y estudios realizados, su vida quedó ligada en gran parte al mundo de los toros y a todo lo que el toreo representa dentro y fuera de los ruedos -Tauromaquia y Taurología – primero sutilmente y plenamente después. Una relación que ha sido y sigue siendo trasunto fiel de su espíritu, como afirma, y a la vez realidad permanente de todos sus conocimientos taurinos.
Fiestas septembrinas del año 1907 enmarcado por la Relación de publicaciones:
Libros publicados:
Estudio del toro de lidia. Valladolid 1935.
El toro y la torería. Valladolid 1986.
Tres siglos de historia taurina en carteles. Valladolid 1996.
Libros inéditos:
Toros y toreros en 1936, 37 y 38.
Valladolid en la historia taurina.1995.
Efemérides taurinas. Valladolid 1890-1990.
Libros con participación propia:
Valladolid, Vivencias y fotografías Valladolid 1986.
Cosas taurinas de Valladolid. Valladolid 1990
Libros en preparación:
Castilla y León en los albores del toreo.
Colaboraciones en prensa:
“Biou y toros” de Nimes (Francia).
“La tarde” de Valladolid.
“Ídolos” de Zaragoza.
“El Norte de Castilla” de Valladolid.
“Diario Regional” de Valladolid.
“El Adelanto” de Salamanca.
“Revista Ceres” de Valladolid.
“La Voz” de Medina del Campo.
“Asociación Universitaria de Tauromaquia” de Valladolid.
“El Trapío” de Valladolid.
“Turismo en la Meseta” de Valladolid
En el tercio inferior hay una fotografía de la Sala principal del Museo de Viana enmarcado por el relato titulado LA EXPOSICÓN-MUSEO que dice:
En palabras de su propietario dentro de una apreciación global, la exposición museo que ha atesorado durante tantos años en su casa de Viana de Cega no es exhaustiva, ni mucho menos, sí enojosamente didáctica, pero constituye a mi juicio uno de los elementos de mayor altura cultural en la grandiosa Fiesta de los Toros.
Los libros, cuadros, grabados, carteles y toda la bibliografía recopilada reunidos en este recoleto rincón por propia iniciativa de don Emilio tienen el excepcional mérito de subrayar cuánta inteligencia supone la tauromaquia , al tiempo que testimonia como el arte del toreo conserva en la diversidad de sus manifestaciones , una extraordinaria vitalidad.
Hasta tal punto se han multiplicado las imágenes que sí elaborara una estadística de su número, uno quedaría perplejo de por qué el tema taurino, en su enorme dimensión, es uno de los más tratados y constituye el gran foco de atención para las letras , las artes y demás manifestaciones artísticas.