LOS DERRAMADEROS.
Tras la separación de Marcos y Carlos el resto de los hermanos
Núñez se quedaron con la ganadería paterna en la finca Los Derramaderos y que
lidiaron bajo Herederos de Carlos Núñez
(Señores Núñez Moreno de Guerra)
El resto de los hermanos Núñez se quedaron con la ganadería
paterna en la finca Los Derramaderos y que lidiaron bajo Herederos de Carlos Núñez (Señores Núñez Moreno de Guerra)
El ganado procede de la compra que realizó su padre D. Carlos
Núñez Manso en el año 1939 del ganado y hierro de Rincón y a las que agregó en
1941 vacas y sementales de José Ramón Mora Figueroa, procedencia Francisco
Correa- Antonio García Pedrajas- Francisco García Natera, a lo que añadió una
punta de vacas y un toro del Conde de la Corte (parladé). En el mismo año
compró a Concepción Dávila Garvey (Marquesa de Zugasti) un gran lote
procedencia Marqués de Villamarta. Vende
inmediatamente un lote de vacas, con reserva de reses, junto a hierro y divisa, al Marqués de
Villabrágima, que a su vez lo enajena a Salvador Guardiola Fantoni. Mencionada
reserva pasó a la ganadería que tratamos, con lo que conforma dos encastes, el
de Parladé y el de Villamarta
Los hermanos que se hacen cargo de la dirección de la ganadería
son Luis y Pepe Núñez Moreno de Guerra si bien también participa Javier. Ellos
son los alquimistas de esta ganadería brava que entró en la Historia como los
toros más bravos de una época en la que acudían a la casa solariega los toreros
figuras del momento a tentar en la plaza de tientas que D. Carlos padre
construyó en el año 1940 y que está sin tocar porque los hermanos Núñez no han
querido cambiar nada de lo que su padre bautizó como el Panteón de toros ilustres que
conserva un mirador con los azulejos de los toros que por su bravura merecían
estar representados.
Lidiar ganado de Núñez era todo un privilegio.
Cuando entre los años 1999 y 2013 pasó a lidiar bajo el nombre de Los Derramaderos,
conservaba dos encastes por separado: Rincón y Villamarta.
De Villamarta poseían 47 vacas que echaron al semental nº 30 Acosado que era un toro muy bonito de
tienta excepcional
Pero
desgraciadamente los hermanos Núñez fueron desapareciendo, así como sus hijos,
hasta no quedar nadie capaz de hacerse con las riendas de la ganadería.
El hierro de R de Rincón.
Divisa: azul celeste, blanca y grana.
Señal: hoja de higuera en derecha y hendido en izquierda.
Por causa de esta falta de dirección la viuda del titular de la
Ganadería Luis Núñez Moreno de Guerra, vendió las reses al Marqués de Quintanar
quedándose con el hierro de la R.
El autor en la entrada a los Derramaderos.
La última vez que asistimos
a la ganadería de Los Derramaderos,
fue con motivo de posiblemente el último tentadero en el que estaba como
regidor de la ganadería Javier Núñez Moreno de Guerra y en la tentó unas vacas
el matador de toros Manuel Escribano Nogales.
Tras el tentadero fuimos obsequiados con los típicos picatostes y
el cafelito pertinente y seguidamente nos enseñó el despacho de ganadero donde
se encontraban múltiples recuerdos de fotos, capote de Manolete y cabezas disecadas de toros emblemáticos de la ganadería
de todos los tiempos que, pensábamos llevar
al papel en el próximo libro que sobre el encaste Núñez teníamos concertado
escribir y acordado con Javier Núñez Moreno de Guerra.
En el palco de placita de tientas de Los Derramaderos existe el palco de invitados, repleto de azulejos
de toros célebres estoqueados por toreros no menos célebres pues no en vano han
pasado por esa placita de tientas desde Manolete que fue el primero que entró
hasta Manuel Escribano que ha sido el último, pasando todas las figuras del
toreo tales como Antonio Ordóñez y sus hermanos Cayetano, Juan y Pepe, Luis
Miguel. El Litri, Curro Romero “Paquirri”
y El Cordobés. Todos ellos fueron
toreros de la casa y por ello tenían cuarto en la casa del cortijo.
También venían mucho a tentar, por su buen hacer; Emilio Oliva que
iba con “Torerito de Triana” y
Francisco Ruíz Miguel que solía ir con Rafael Ortega.
De siempre el torero predilecto de la casa era Antonio
Ordóñez hasta que llegó El Cordobés que le desplazo hasta el extremo
de que todos los de la casa se convirtieron en fans de él menos Carlos que era
íntimo amigo de Ordóñez.
Unos
meses antes, acompañamos a una visita que el padre de nuestro amigo Ricardo
Silva iba a realizar a su amigo Luis Núñez y como no había nadie en la señorial
casa del Cortijo, dimos una vuelta por los exteriores de la casa y sentimos
pena del estado de deterioro en que se encontraba
Las paredes siempre blanquísimas por la cal que las cubría durante
los años de esplendor de la casta Núñez, estaban de color gris tirando a ocre a
causa del polvo acumulado. Las verjas de las ventanas, sin pintar, e incluso
oxidadas en determinados tramos. Las cuadras que eran perfectas de construcción
y conservación las encontré frías, desangeladas y abandonadas en todos los
aspectos, pues hacía mucho tiempo que no albergaban animales y la sombra
`protectora de D. Carlos Núñez Manso había desaparecido.
Seguidamente, vinieron las desgracias encadenadas. Primero se nos fue Javier Núñez Moreno de Guerra con lo que se acabó nuestro sueño del libro sobre la Ganadería más emblemática del bravo español.
Y más tarde, con el fatídico accidente de tráfico sufrido en la AP-4 por los últimos ganaderos de Los Derramaderos (D. Luis Núñez Moreno de Guerra y su hijo Luis, la ganadería se queda sin dirección y se arría la bandera que enarboló la Bravura durante el siglo XX y parte del XXI al tiempo que se va derrumbando el castillo emblemático del encaste Núñez
E incluso cuando, se pasa en automóvil por la carretera nacional 340 en dirección a
Cádiz se notaba la casa señorial del Cortijo de Los Derramaderos que, siempre fue un referente de bravo, como
abandonada pues sus siempre cuidados setos de protección contra la
contaminación de la carretera y sus frondosos árboles estaban como enfermos por
la falta de riego que siempre se les dispensaba. ¡Una auténtica pena!
Esta imagen de la fotografía, donde los maletillas aguardaban colas para coger sitio en la tapia de la
placita de tientas, por aquello de que siempre fueron bien acogidos por los
señores de Núñez, desgraciadamente para el mundo del toro y para el fomento de
afición, no volveremos a verla
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