¿SE IMPONE LA NECESIDAD DE
CAMBIAR LA UBICACIÓN DE LOS PALCOS PRESIDENCIALES?
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ.
Veterinario y escritor.
En esta temporada venimos
observando, no sin cierta preocupación como los presidentes-as de las corridas
de toros encuentran muchas dificultades para cuantificar si el número de
pañuelos exhibidos para la petición de trofeos es mayoritario.
¿Acaso desde esa atalaya de
privilegio no se ve toda la plaza?
Creemos, por haberlo comprobado
en varias plazas importantes y concretamente en algunas donde se produce esta
demora en el recuento, que es el miedo escénico o el afán de protagonismo por parte de esos presidentes-as en funciones,
el causante de esa dificultad matemática de apreciación y no el que desde ese
lugar no se pueda ver una amplia y completa visión de todas las localidades de
la plaza.
Con el REGLAMENTO TAURINO DE ANDALUCÍA delante de
mí, le abro y aparece la primera página donde reza:
DECRETO 68/2006 DE 21 DE MARZO,
POR EL QUE SE APRUEBA EL REGLAMENTO TAURINO DE ANDALUCÍA.
(BOJA núm. 63, de 3 de abril del
2006)
JUNTA DE ANDALUCÍA debajo del logo de esta
entidad.
Y en reverso de esta página:
EDITA: CONSEJERÍA DE GOBERNACIÓN.DIRECCIÓN GENERAL DE ESPACTÁCULOS PÚBLICOS Y JUEGO.
Maquetación: R. Ruiz-D. Pérez.
Imprime: Coria Gráfica , S.L.
D.L: SE-1718-06.
Y he recurrido a él, una vez más,
porque me tiene preocupado el tema de los presidentes-as en lo referente a la
concesión de trofeos a los diestros, ya que estos señores-as demoran en exceso
la concesión del primer trofeo cuando es pedido de manera mayoritaria clara por
el público asistente al festejo, posiblemente para blindarse ante la concesión
del segundo (potestativo de ellos-as) y que temen en exceso concederlo porque
luego la prensa les va a “sacar en los papeles” como un presidente de plaza de
2ª nos respondió a los asesores que en ese momento le auxiliábamos en su función,
y abogamos por la concesión de los máximos trofeos a un diestro natural de esa
ciudad. Temen en demasía a la prensa quien, a pesar de valorarla en exceso, en muchas ocasiones, tampoco está
preparada para criticar en cuestiones taurinas a los encargados de regir el
desarrollo de una corrida desde el puesto de privilegio del palco presidencial.
Los presidentes de una corrida de
toros son los únicos presidentes en
funciones de todos cuantos aparecen en los distintos estamentos de la
sociedad en la que vivimos, lo que quiere decir que tienen autoridad para tomar
decisiones al momento y para llevarla a cumplimiento cuentan con la valiosa ayuda de su delegado
de autoridad.
De conocer perfectamente el
Reglamento Taurino, lo que es absolutamente necesario para desempeñar su
función, tomará la decisión a cumplir de concesión del primer trofeo, de
inmediato y sin dilaciones y luego, si hay que tomar la segunda sobre la
concesión del segundo trofeo, lo hará con toda celeridad sin tener que temer a
nada ni a nadie.
Deben leer con todo detalle el
Artículo 19 y, concretamente para el
tema que analizamos,
el apartado d) del
Punto 1 que reza conceder los
correspondientes premios y trofeos.
Y para cumplimentar este artículo
no tendrá más remedio que haberse grabado en el disco duro de su cerebro el Artículo 59, que reza como: Los premios y trofeos y que voy a
permitir transcribir literalmente.
1.- Los premios o trofeos para
los espadas consistirán, de menor a
mayor relevancia, en el saludo desde el tercio, la vuelta al ruedo, la
concesión de una o dos orejas del toro que haya lidiado y la salida a hombros
de la plaza. Únicamente, de un modo excepcional, a juicio de la Presidencia,
podrá ésta conceder como trofeo al espada el rabo de la res.
Los banderilleros también podrán
saludar desde el tercio, así como los picadores en su recorrido de salida del
ruedo.
2.- Los premios o trofeos serán
concedidos de la siguiente forma:
a). Los saludos y la vuelta al
ruedo los realizará el espada, el banderillero o el picador atendiendo a los
deseos del público que así lo manifieste con aplausos.
b). La concesión de la primera oreja se realizará por la Presidencia, a
petición mayoritaria del público mediante la tradicional exhibición de pañuelos
blancos o elementos similares.
c). La segunda oreja de una misma res y, excepcionalmente, la concesión
del rabo de ésta, quedará a criterio del Presidente o Presidenta del
espectáculo, que deberá tener en cuenta, a tal fin, la petición mayoritaria del
público de igual forma que en el subapartado anterior, las condiciones de la
res, la buena dirección de la lidia en todos sus tercios, la faena realizada
tanto con el capote como con la muleta y, fundamentalmente, la estocada.
El corte de apéndices se llevará
a efecto en presencia de un alguacilillo que será, a su vez, el encargado de
entregarlos al espada. Los mulilleros evitará la espera injustificada en la
retirada de la res, pudiendo ser sancionados por su comportamiento
intencionado.
La salida a hombros por la puerta
grande o principal de la plaza solo se permitirá cuando el espada o rejoneador
haya obtenido al menos dos orejas, salvo que la costumbre de la plaza tenga
impuestos mayores requisitos. No obstante lo anterior, en las plazas de primera
categoría deberán cortarse dos orejasen un mismo toro para permitir la salida a
hombros por la puerta grande o principal del espada o rejoneador.
Si se lidiaran tres reses, se
permitirá la salida a hombros cuando se hayan obtenido al menos tres apéndices,
y en caso de lidiarse seis, será requisito mínimo para salir a hombros la
obtención de cuatro apéndices.
3. El Presidente o Presidenta del
espectáculo, a petición mayoritaria del público, podrá otorgar como trofeo a la
ganadería, mediante exhibición del pañuelo azul, la vuelta al ruedo de la res
que por su excepcional bravura durante la lidia sea merecedora de ello.
En este supuesto, el ganadero o
el mayoral podrán, según criterio, saludar o dar la vuelta al ruedo, cuando el
público lo reclame mayoritariamente.
Así que ojo al dato:
Si se sancionan a los mulilleros
que demoran su trabajo de retirada de res ¿que habría que hacer con esos
presidentes-as que demoran el punto de su trabajo de concesión de trofeos?
Enervan al público que no se ve
correspondido con su petición de trofeos y ello da origen a un inmediato
altercado de orden público que es, lo que él ha de evitar a toda costa al ser
función primordial de su cometido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario