Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
A
lo largo de los 12 años que he visto a Matías González Calvo presidiendo el
sitial de la plaza Vista Alegre de Bilbao estoy más que convencido que se trata
de un tipo de ideas claras en cuanto a la concesión del doble trofeo que
posibilite la salida por la puerta grande Por algo es un perito industrial castellano viejo de la
provincia de Ávila
Su
máxima es: “Ha de haber faena de capote. Una correcta suerte de varas.
Rivalidad en los quites. Buena lidia por parte de la cuadrilla. Faena justa en
cuento a número de muletazos por ambos pitones. Suerte suprema ejecutada con pulcritud y que la espada quede en todo lo
alto”.
Y
con este sexteto de parámetros, la verdad es que hemos de darle la razón ante la
inhibición en conceder trofeos dobles en esta feria que está a punto de
finiquitar.
El
público, integrado por una mayoría ingente de indocumentados taurinos, busca el
triunfalismo y pide trofeos sin criterio que, naturalmente quien preside el
festejo ha de regular de manera reglamentaria.
El
gentío se le echa encima cuando no concede trofeos apoyados en algunos medios
de comunicación que, también buscan el triunfalismo para con él seguir
retransmitiendo festejos, e incluso en los empresarios que también buscan sus
intereses económicos apoyados en aumentar las entradas vendidas a base del
corte de trofeos por parte de los toreros contratados que tendrán repercusiones mediáticas.
Pero
ahí está Matías que, naturalmente es humano y por ende no infalible, si bien
como nuestro pontífice: “difícilmente se
equivoca en lo tocante a la cuestión taurina” pues ha sido el encargado de
llevar y mantener durante 21 años el prestigio de la plaza de Bilbao.
Es
para Matías la suerte suprema junto con el dominio del toro quien marca el listón
y por ello, si la faena ha necesitado mucho ruedo para llevarse a efecto y,
luego la estocada no ha estado en el sitio exacto, por descontado que no habrá
doble trofeo pese a quien pese pues Matías no es sensiblero y por ello no se
deja intimidar porque el toro haya puesto en aprietos e incluso cornee a su
oponente puesto que en esa confrontación se basa la corrida. Pues la sensibilidad
no se arraiga en un hombre curtido de 67 años que busca en todo momento el
equilibrio y la justicia lejos de agravios comparativos.
El presidente Matías es
consciente que la emoción la da el protagonista fundamental de la Fiesta , EL TORO y la
emoción estalla cuando el torero es capaz de estar a la altura del cornúpeta y
crea arte. Y el arte engancha al espectador quien volverá a otra corrida.
Él,
en el palco no trata de cabrear a la gente sino de dirigir el espectáculo
velando por los intereses del aficionado
y por ello concedió por primera vez, sacando los dos pañuelos a la vez, las dos
orejas a “El Cid” en aquella encerrona donde hizo un esfuerzo meritorio, acto que ha repetido en estas feria en dos ocasiones con los diestros Diego Urdiales y José Garrido.
A
veces no he estado de acuerdo total con sus "cosas", pero en esta feria del
2016 creo que ha acertado plenamente con las decisiones tomadas
Y
que conste que no le defiendo porque haya nacido a muy pocos kilómetros de mi
pueblo (Zorita de la Frontera ).
Él es de Madrigal de las Altas Torres. Lo defiendo porque también he estado
como asesor en el palco y no es nada fácil poner de acuerdo a una masa, en su
mayoría, lerda en conocimientos taurinos.
¡Matías sigue actuando así, pues es la única forma de que nuestra Fiesta perviva!
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