LA
CORRIDA DE LA LÍNEA DE LA CONCEPCIÓN EN SUS FERIAS DEL AÑO 2013.
Por
LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
La
corrida de ayer en La Línea de la Concepción tuvo para mí varias matizaciones:
Sentí pena de que no pudiera actuar Manuel Díaz que reaparecería en esta plaza
tras su cornada de la feria anterior. Me llevé alegría al enterarme que quien
le sustituía era Manuel Escribano titular de la única Peña Taurina de esta
ciudad. Estábamos seguros de la caída del cartel de “El Fandi” quien, -por no sabemos
que razón-, parece que se niega a torear con Escribano y, volvimos a alegrarnos,
por quien sustituía al granadino, ya que se trataba de un matador de toros al
que apreciamos, David Galván.
Con
todos estos cambios y en medio de las protestas ante las taquillas de la plaza
de toros de La Línea - por parte de algunos inconformistas -, por el cambio de
carteles, sacamos nuestra entrada y a ver que nos deparaba la tarde noche pues
la corrida comenzó a las 19,30 que es una hora poco taurina y que nos aseguraba,
que como mínimo, el último toro había de lidiarse en medio de una más que
deficiente luz artificial que nos impedía realizar las fotos con un mínimo de
calidad.
La
corrida de Gavira tuvo bravura y bondad con una presentación decorosa para una
plaza de tercera y con las encornaduras indemnes de manipulación lo que ya es
una virtud en los tiempos que corremos. Lidió lo que salió malo en la feria de
Algeciras, y aquí nos trajo lo bueno que quedó en la finca de un encaste que de siempre ha dado juego.
Presidió
Juan Téllez Finlaysón quien como “se columpió” en la concesión de las dos
orejas en el primer toro de la tarde, luego estuvo “a remolque” para evitar
agravios comparativos. De ahí que el
cómputo final de trofeos concedidos fuera de DIEZ OREJAS y TRES RABOS que es
excesivo bagaje para lo realizado en el ruedo de La Línea, si bien los toreros
se esforzaron, e incluso trataron de competir para no quedarse atrás del
imparable Escribano que está que se sale y anduvo más que sobrado toda la tarde
con un toreo poderoso y variado que enardeció al público que asistió para
llenar la mitad del aforo de la plaza y que cortó merecidos, aunque excesivos trofeos de las
orejas y rabo de sus dos oponentes, el primero de los cuales fue merecedor de la
vuelta al ruedo si bien nadie lo pidió yéndose al
desolladero, sin pena ni gloria, el toro de más trapió del encierro.
Tres
carrozas tiradas por caballos portaron a la Reina y damas de honor de la Feria, dejándolas en la arena de la plaza, para desde allí encaminarse a
ocupar el palco situado debajo de la Presidencia.En dicho sitial, aguantaron hasta
que el protocolo de las Fiestas les obligó a abandonar la plaza antes de la finalización
del festejo.
En
el intermedio de la corrida, una Asociación de Ayuda contra el Cáncer recorrió
el ruedo con una lona acabada en embudo donde el público tiraba desde el
tendido las monedas de ayuda a tan humanitaria acción.
Vamos con la descripció pormenorizada del festejo:
Ante
el amigo Juan Téllez, abren paseíllos dos alguacilillos montando dos bonitos caballos de
capa castaña. Sigue los tres matadores Curro Duarte (negro y plata), Manuel
Escribano (azul purísima y oro) y David Galván (malva y plata). Los dos últimos
realizan el paseíllo destocados por ser la primera comparecencia en esta plaza.
Nos
llama la atención que las mulillas de los hermanos Alonso no realicen el
paseíllo en esta su plaza de residencia. Las reemplazan dos mulos claudicantes
que no obstante cumplen perfectamente con su cometido
Tarde
calurosa en exceso y mientras tomamos un refresco en un bar situado en los
aledaños de la plaza nos enteramos que queda suspendida la novillada que se iba
a celebrar mañana.
Sale
el primer toro de la tarde. Nº 64. Un castaño bien hecho y rematado. Luce el
hierro de Gavira. No remata en los burladeros cuando es llamado.
Curro
Duarte le saluda con un lance de rodillas flexionadas sobre el pitón derecho del
que sale suelto yéndose a los terrenos de nadie. Nos recordó el comportamiento
de sus hermanos en la pasada feria de Algeciras. A la vuelta, Duarte le
administra tres verónicas sobre ambos pitones al tiempo que lo gana terreno y, fuera de las
rayas delimitadoras de la suerte de varas, remata con una media. Aplausos.
Se
queda con el toro Rafael Pacheco mientras se posiciona el picador. Con lances
por delante y sin cruzar a un toro carente de fuerzas, Curro Duarte lo lleva al
caballo de picar. Lo deja como a dos metros de la raya de fuera. El toro se
arranca, el piquero se agarra arriba y el toro pierde las manos en el momento
del embroque. El público protesta incluso antes de que la puya llegue al toro.
Lo saca un banderillero y lo deja en el capote de Duarte quien le ejecuta: un
pase por alto, una verónica a pies juntos enganchada en el remate y
finaliza con una media sin ajuste alguno. Solicita el cambio de tercio que, el
presidente concede.
En
banderillas el primero de la cuadrilla,con exposición, prende arriba. El tercero clava un buen
par. Se cambia el tercio con cuatro palos.
Curro
Duarte brinda a su esposa que, acompañada de sus dos hijitas. ocupa barrera del tendido 3.
Con
la muleta montada sobre la mano izquierda se va a por el toro. Dos pases por
alto sobre ambos pitones. Un redondo de rodilla flexionada y remate con el
pase de pecho sobre la mano derecha.
MIentras
Duarte se distancia del toro, comienza a sonar la música. Tres buenos redondos
perdiendo dos pasos entre pases. Un redondo que remata por arriba y remate
final con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Nueva
distancia. Dos redondos. El segundo bueno. El toro se para. Nuevo
posicionamiento. Dos redondos. El último rematado por arriba donde el toro le
aprieta y remate final con el pase de pecho sobre la mano derecha. Ovación.
Tras
volver al toro tras distanciamiento, dos buenos redondos. El toro se para. Se
vuelve a posicionar. Un redondo en el remate del cual, el toro sabe lo que se
deja atrás y lo aprieta.
Con
la muleta en la izquierda. Un naturale en el que resulta
molestado por una banderilla que casi lo derriba. El toro se para. Nuevo natural que remata por
arriba y el toro le acosa. Remate final con el de pecho
sobre la izquierda. Se posiciona nuevamente e instrumenta una serie de buenos
naturales que remata con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
Tras
tomar el estoque de matar, en el mismo centro del ruedo tres ayudados por alto
con los que va cerrando al toro y cuando lo tiene entre las dos rayas remata
con el pase de pecho sobre la mano izquierda.
En
la suerte contraria y entre las dos rayas, estocada que atraviesa al toro por la
parte del esternón en estocada caída. El toro rueda sin puntilla. Los tendidos
se pueblan de pañuelos y el presidente concede una oreja, pero como se sigue
pidiendo la segunda también la concede.
Duarte da una lentísima vuelta al ruedo saboreando el triunfo conseguido.
Sale
el segundo toro de la tarde. Es un toro rematado. Su capa, castaña. Engatillado
de cuerna. Luce el número 83.
Manuel
Escribano lo recibe con una larga cambiada de rodillas en terreno de tablas. El
toro se va muy largo, tanto que da una vuelta al ruedo. A la vuelta, nueva
larga de rodillas en el mismo terreno para seguidamente estirarse a la verónica
por ambos pitones ganando terreno hasta rematar, tras intercalar dos
chicuelinas, con una media buena.
Lleva el toro al caballo de picar por chicuelinas al paso, templadas y artísticas que
remata con una larga a una mano. El piquero se agarra arriba para levantar de
inmediato la vara. El toro no obedece, encelado con el caballo, a los requerimientos de
los banderilleros que tratan de sacarlo. Han de colear al toro para que
abandone al caballo y en la salida el toro da una voltereta completa que
indudablemente representará una pérdida de fuerzas.
Escribano
andándole para atrás con la finalidad de ahorrar capotazos se lleva al toro al
centro del ruedo para retenerlo allí, mientras el picador abandona el ruedo.
Su matador le administra una tafallera a la salida de la cual el toro pierde las manos. Toma
las banderillas forradas con los papelillos blancos y brinda al público
recibiendo la ovación pertinente.
Comienza
a sonar la música, Manuel en el centro del ruedo y el toro entre las dos rayas
frente al burladero del tendido 3. El toro se arranca, el torero se va a por él
y, ganándole la cara, clava los palos arriba. Ovación
Ignacio
González coloca al toro en suerte en el lugar que le indica Escribano quien,
gustándose hace que el toro se fije en él, no obstante lo cual el toro se
distrae con alguien que se mueve entre barreras. Manuel se va a por el toro en
carrera al zigzag, Se asoma al balcón y prende las banderillas en todo lo alto.
El tercer par lo inicia sentado en el estribo del tendido 4. Trata de
ponerlas al quiebro y por dentro, lo hace y el toro le aprieta hasta tocarle ligeramente con los pitones en el pecho.
Seguidamente se sale con el toro y lo para.
El público puesto en pie le tributa una grandísima ovación.
Manuel
Escribano tras cumplimentar a presidencia, se va al centro del ruedo para
brindar al público quien le corresponde con la ovación pertinente. Desde el
mismo centro del ruedo cita al toro para, cuando se arranca, administrarle un
pase cambiado por la espalda. Sigue uno de pecho. Otro cambiado por la espalda.
Remata con uno de pecho sobre la derecha sufriendo un golpe con los cuartos
traseros del toro que está apunto de derribarlo.
Se
retira del toro. Se va a por el astado y
con pases de tirón le cambia de terreno. Entre las dos rayas frente al tendido
3 se lleva la muleta a la mano derecha. Serie de cuatro extraordinarios
redondos en el último de los cuales el toro clava los pitones en la arena.
Manuel
se distancia del toro y sigue sobre la diestra. Un redondo que resulta enganchado
en el remate. Sigue uno extraordinario y otro que vacía por arriba. Remata con
un pase de pecho de los denominados de pitón a rabo sobre la mano derecha.
Torea
sin torear con la muleta plegada en el antebrazo izquierdo al darse cuenta que al toro le sobran unos kilos. Se va acercando al
toro con la muleta en la mano izquierda mientras el toro se entretiene en
escarbar. Un buen natural. El toro se para. Excelente natural. El toro se
vuelve a parar. Manuel no mueve los pies, y metido entre los pitones le
administra dos extraordinarios naturales que remata con el pase de pecho sobre
la mano izquierda.
Tras
dar oxígeno al toro, se acerca con la muleta portada sobre la mano derecha. Tres
excelentes redondos que, tras insistencia, remata con el pase de pecho sobre la
mano derecha al que sigue un desplante torero metido entre los pitones.
Invertido y desplante ante la cara del toro con la muleta plegada sobre el
antebrazo izquierdo.
Pase
cambiado por delante de la cara y se lleva la muleta a la mano izquierda. Ha de
insistir ante un toro muy parado acusando la voltereta sufrida al salir del
caballo. Logra dos buenos naturales metido entre los pitones. El toro tiene
nobleza pero como no es tonto le acosa y está a punto de engancharlo.
Finalmente remata con el pase de pecho sobre la izquierda recibiendo una gran
ovación.
Metido
prácticamente entre los pitones logra una serie de buenos redondos. Finaliza
con un desplante donde, tirando lejos de sí los trebejos se queda delante de la
cara del toro. Se va a las tablas para
tomar una nueva muleta y el estoque de matar. Va a por el toro para
instrumentar unas manoletinas en serie de cuatro, seguidas de un desplante
torero con la muleta sobre el antebrazo izquierdo.
Cambia
al toro de terreno con unos suaves muletazos. Suerte contraria y fuera de las
dos rayas, estoconazo hasta los gavilanes. Capoteo de los banderilleros y el
toro se va a las tablas para doblar. Los
tendidos se pueblan de pañuelos y el presidente del tirón saca los tres
pañuelos sobre la contera del palco concediendo las dos orejas y el rabo con
las que Manuel Escribano da la vuelta triunfal el ruedo. El toro es aplaudido
en el arrastre.
Sale
el tercero de la tarde, cuya muerte corresponde al David Galván quien recibe al
toro con dos buenas verónicas. Seguidamente continúa toreando por verónicas
ganando terreno. En una de ellas el toro se le cierne por lo que ha tenido que
cambiarlo de terreno. El toro ha quedado
muy parado mostrando escasez de fuerzas.
Al
toro le han cerrado en tablas del tendido 1 que tenemos debajo. Desde allí con
lances templados y sin cruzar David Galván lo lleva al caballo de picar. Lo deja largo, El picador se
agarra traserillo, el público protesta y obligan al picador a que levante la
presión de la vara. Trata de sacarlo un banderillero, pero el toro encelado con
el caballo está apretando. Se cambia el tercio y David Galván tira del toro y
lo lleva al centro del ruedo mientas el picador abandona el ruedo.
En banderillas; el primero de la cuadrilla, coloca
un buen par si bien sale apuradillo y ha de hacerle el quite Escribano que
estaba bien colocado. El tercero deja el par arriba. Con cuatro palos arriba se
cambia el tercio.
David Galván brinda al público recibiendo la ovación pertinente. David Galván comienza su faena de muleta con la muleta portada en la mano derecha justo debajo de la presidencia. Un
pase de pecho sobre la mano derecha, lo deja posicionado para el toreo al
redondo, pero sigue con pases por alto ganando terreno para rematar con un pase
de pecho sobre la mano izquierda.
Con la muleta en la diestra
logra una serie de dos redondos, codilleando incluso en la ejecución, que
remata con el pase de pecho sobre la mano derecha. Se distancia nuevamente con
la muleta portada en la mano derecha. Logra una serie de cuatro buenos redondos
que, tras cambio de muleta por la espalda, remata con el pase de pecho sobre la
mano izquierda.
Vuelve a distanciarse del toro.
Cuando se va hacia él, tira del astado para cambiarle de terreno. Se posiciona
nuevamente y logra una serie de tres redondos donde el toro le aprieta. Remate final con el pase de pecho, en dos
tiempos, sobre la mano derecha.
Se retira del toro para
acercarse con la muleta portada sobre la mano izquierda. Serie de tres
naturales, con pérdida de tres pasos entre pases, que remata con el pase de
pecho sobre la izquierda. Sigue por naturales aislados que remata, tras
aguantar la parada del toro, con el pase de pecho sobre la mano izquierda
seguido de un desplante torero.
Continúa por naturales citando de
frente que remata con un pase de pecho sobre la izquierda.
El toro se ha ido a refugiar
en las tablas. David con pases por delante tira de él, para sacarlo de la
querencia y, cuando lo tiene fuera de las dos rayas, se lleva la muleta a la
mano izquierda. Cita de frente y logra un buen natural. Un invertido por la
espalda que remata con el pase de pecho sobre la mano derecha. Desplante torero
y se va a por el estoque de matar.
De vuelta, finaliza la faena con
unas bernardinas en serie de cuatro que son jaleadas.
En la suerte natural pinchazo
arriba que encuentra hueso en la que se dejó la mano atrás en el embroque. El
toro se ha ido nuevamente a las tablas y Galván ha de tirar de él para entrar
nuevamente a matar. Llevamos doce minutos de faena y el presidente de la
corrida no debe haber consultado su reloj. En la suerte contraria logra una
gran estocada. Capoteo de los banderilleros y el toro dobla.
Aparecen los pañuelos de manera
mayoritaria en los tendidos y como el listón de trofeos esta bajo, se le
conceden las dos orejas con las que David Galván da la vuelta al ruedo.
En el intermedio de la corrida
mientras el público y autoridades meriendan, da una vuelta al ruedo recogiendo
donativos una lona con un embudo en el centro encargado de recoger las monedas
tiradas desde los tendidos. Misión: dárselo a la
Asociación del Cáncer.
Sale el cuarto de la tarde. Es
un toro de capa castaña. Se emplaza y no acude a las llamadas de los
banderilleros desde los burladeros.
Curro Duarte lo ha saludado con
unas medias verónicas porque el toro carente de fuerza se ha quedado muy corto
en las embestidas. Finalmente uno de los banderilleros le ha fijado en el
burladero de suertes para que el picador pueda ocupar su lugar reglamentario
bajo presidencia.
Duarte lo lleva con lances por
delante, pero en uno de ellos sale suelto y se va a por el caballo. El picador
se agarra arriba a un toro que en embroque pierde las manos y por esta
circunstancia no le aprieta. Lo saca el banderillero Rafael Pacheco y tras
llevárselo al centro del ruedo, lo deja en el capote de Duarte quien le ejecuta
un capotazo donde le toro pierde las manos por lo que solicita el cambio de
tercio que presidencia concede. Duarte le da tres trapazos y lo deja en el
capote de Pacheco que es quien lidia en banderillas para que pareen; Corruco
quien prende un par en todo lo alto. El tercero de la cuadrilla con muchos
apuros las deja muy traseras y desiguales. Pacheco tira del toro y lo fija en
el burladero del tendido 2 mientras Duarte se va al centro del ruedo para
brindar al público.
La faena la comienza doblándose
por ambos pitones y remata con un pase de pecho, sobre la mano derecha.
Un pase contrario por alto y
queda posicionado para el toreo al redondo. Un buen redondo en cuyo remate el
toro le acosa. Duarte no logra encontrar la distancia adecuada a la embestida
de este toro y finalmente remata con el pase de pecho sobre la mano derecha.
Con la muleta montada sobre la
mano derecha le administra un buen redondo en cuyo remate el toro le acosa. El
toro ha visto que el torero duda y se ha venido arriba tratando de cogerle.
Duarte se lleva la muleta a la
mano izquierda. Un natural, bueno. En el segundo, el toro le acosa. Vuelve a
posicionarse pero como no se cruza convenientemente, el toro le empala por la
corva y está punto de derribarlo. Esto hace desconfiarse del todo al torero. Un
redondo en el que como no le manda en el remate, el toro se revuelve con rapidez
y le pone en apuros. Finalmente remata con el pase de pecho sobre la mano
derecha para retirarse del toro y respirar.
Curro Duarte, no le ha bajado la
mano y el toro se ha venido arriba en una serie de redondos dados a media
altura que no han sido rematados convenientemente.
En la suerte natural y entrando
muy en corto, pincha arriba sin soltar. En la misma suerte entra nuevamente
pero como deja la mano atrás y no cruza, pincha nuevamente. En la suerte
natural, logra una estocada en la yema de la que el toro muere sin puntilla.
Cuando el toro es arrastrado,
las palmas le sacan a saludar desde el tercio.
Demasiado aseado ha estado Curro
Duarte, cuando es muy posible que haya sido la primera corrida que torea en esta
temporada.
Sale el quinto de la tarde. Un
toro negro que es un zapatito y sale con muchos pies. El toro se da una vuelta
por su cuenta al ruedo y cuando llega a la jurisdicción de Manuel Escribano,
éste le recibe con una larga cambiada de rodillas en terreno de tablas. El toro
sale suelto y a la vuelta, Manuel le recibe de rodillas con una verónica, de la
que el toro se va largo. Manuel lo aguanta y, tras unas verónicas de pie, le
remata con una media sobre el pitón derecho a la que sigue una espacie de
tijerilla de remate, sobre el pitón izquierdo. Aplausos
El banderillero Isaac lo fija en
el burladero de suertes mientras el picador ocupa su lugar. Manuel habla con el
picador para recomendarle que no lo pegue en exceso. Manuel Escribano desde el
centro del ruedo por saltilleras lleva el toro al caballo de picar rematando
con una revolera.
El picador se agarra muy trasero
para rectificar de inmediato ante las protestas del público Manuel se queda
con el toro en el centro del ruedo para permitir con seguridad la salida del
ruedo del picador.
Escribano dispuesto ha realizar su
quite. Se echa el capote a la espalda para torear por gaoneras. Tres gaoneras
que remata con una revolera y se queda an te la cara del toro en desplante
torero.
El propio matador realiza el tercio de banderillas. Manuel toma un par de
banderillas vestidas con papelillos blancos y se las brinda al público
recibiendo una gran ovación. En medio de la música y gustándose, hace que el
toro, que está frente al tendido 3, se fije en él. Cuando el toro acude le gana
la cara y a todo pasado le prende una par de banderillas en todo lo alto. El
toro persigue a Escribano que ha de refugiarse en el burladero del tendido 4.
Toma el segundo par de banderillas y se va a por el toro, lo recorta y saliendo
del recorte se va a por el toro y cuadrando en la cara prende en todo lo alto.
Toma el tercer par de banderillas para ponerlo al violín a un toro que está
cerrado en el burladero del 3 y lo clava al quiebro por dentro y al violín.
Seguidamente, para al toro y se queda ante él en desplante abriéndose la
chaquetilla y ofreciendo el pecho al astado. Solicita a petición del público,
otro par que presidencia concede y Manuel tras recorte se retira del toro y
acercándose lentamente lo clava en todo lo alto. Seguidamente quiebra al toro y
lo para. Grandísima ovación y gritos de ¡Torero! ¡Torero! del público puesto en
pie.
Manuel hace salir al ruedo a su amigo el
matador de toros David Galán para brindarle la muerte de este toro.
Manuel Escribano inicia la faena de muleta de rodillas debajo de presidencia y administrando unos
redondos en serie de cuatro que remata con el pase de pecho sobre la mano
derecha también de rodillas.
El torero de Gerena se va al centro del
ruedo y con la muleta portada en la mano derecha se encamina al
toro para sacarle de la querencia en tablas. Allí ejecuta dos
trincherazos en cadena y queda posicionado para el toreo al redondo. Ahoga un
poco al toro por apretarle demasiado y en su ánsia de dar todo al público.
Manuel al momento se da cuenta de esta circunstancia negativa y toma la
distancia adecuada, pierde tres pasos entre pases y logra una extraordinaria
tanda de cuatro redondos que, tras martinete, remata con el pase de pecho sobre
la mano derecha. ¡El pozo de la bravura
se secó en el toro!
Manuel opta por el tremendismo y
realiza unos desplantes metido entre los pitones después de realizar el
péndulo. Le toca el pitón, el testuz. ¡Se la juega el torero de Gerena, puesto
que en ese sitio, cualquier derrote imprevisto del toro, puede alcanzarle!
¡Escribano muy puesto tanto
técnica cómo física y psicológicamente!
Se va a barrera para tomar
estoque y muleta nueva y seguidamente se encamina al toro. Le anda por la cara
muy torero, remata con un pase de pecho de rodillas.
En la suerte contraria con el
toro sobre la raya de fuera delimitadora de la suerte de varas, estocada en la
yema de la que el toro rueda sin puntilla. Los pañuelos pueblan completamente
los tendidos y el presidente concede las dos orejas y el rabo con las que
Escribano da la vuelta triunfal ruedo.
El sexto y último toro de la
tarde se lidia en medio de la deficiente luz artificial con que cuenta la plaza
de toros. Es un toro terciadito al que David Galván recibe por verónicas con el
ánimo de cortarle las orejas para consolidar un gran triunfo con vistas
a próximos compromisos toreros.
Buenas verónicas ganándole
terreno, para rematar en medio del ruedo con una verónica. Aplausos.
Con lances por delante sin
cruzar lo ha llevado al caballo de picar y el picador se agarra arriba. El toro
sale suelto de la suerte y Manuel Escribano se queda con él para facilitar la
salida del picador. Uno de los banderilleros de Galván interviene
inoportunamente y le da tres capotazos innecesarios cuando está saliendo del
ruedo el picador.
David Galván realiza su quite en
el mismo centro del ruedo en base a unas chicuelinas ajustadas en serie de
cuatro, jaleadas por los muchos partidarios que este torero, afincado en Los
Barrios, tiene por estos lares, rematadas con una revolera.
En banderillas el primero las
deja a mitad de paletilla izquierda. El tercero a pesar de verse en apuros las
deja arriba. Con cuatro palos se cambia el tercio.
David Galván comienza su faena
de muleta en terrenos de tablas debajo de presidencia con una serie de cinco
muletazos por alto a una mano, sin mover los pies del suelo. Remata con un pase de pecho sobre la mano izquierda.
Aplausos.
Tira del toro para sacarle al
tercio donde se lleva al muleta a la mano derecha dispuesto a torear al
redondo. Serie de cuatro buenos redondos que remata con el pase de pecho sobre
la mano derecha. Continúa con la muleta en la diestra. Serie de otros cuatro
buenos redondos que remata con el de pecho sobre la mano derecha.
Tras dar distancia al toro, se va
a por él y le administra un pase de pecho sobre la mano derecha quedando
posicionado para el toreo al redondo. Un redondo que resulta enganchado en el
remate. Dos redondos en el último de los cuales se cambia la muleta de mano
sobre el pase, un natural y, tras insistencia, remata con el pase de pecho
sobre la izquierda.
Solicita un cambio de muleta que
uno de sus banderilleros se lo lleva a “pie de obra”. Invertido por la espalda
bueno. Remate con el pase de pecho despegado sobre la mano izquierda. .
¡David se da un verdadero arrimón!
Desplante colocándole la frente sobre el testuz del toro en alarde de valor
innecesario, pues el toro aunque es una babosita en arreón intempestivo puede
coger al torero.
Insiste en invertido por la
espalda al que sigue, a esas alturas de faena, un cambiado por la espalda en el que el toro está a punto de llevárselo
por delante. Finalmente remata todo esto con un pase de pecho sobre la mano
derecha.
En uno de esos alardes donde
atropella la razón, el toro se arranca y afortunadamente le introduce el cuerno
entre las dos piernas, lanzándole al aire y tratando de rematarle, tras el
aterrizaje en la arena. Resultado final: un fuerte varetazo en la parte interna
del muslo izquierdo. ¡Se jugó una cornada en el ano de funestas consecuencias!
En la suerte contraria y entre
las dos rayas, estocada muy trasera. El
toro dobla. El puntillero acierta al primer intento. Se piden los trofeos y, el
ínclito presidente concede las dos orejas y el rabo con las que David Galván da
la vuelta triunfal al ruedo en plena oscuridad que nos imposibilita dejar constancia gráfica de calidad.
Al toro le dan la vuelta al
ruedo en compensación por no habérsela dado al 2º de la tarde que hizo más méritos.
Al final los tres matadores de
toros salieron a hombros por la puerta grande en triunfo que compartieron con
el empresario verdadero triunfador económico con los cambios de cartel a la
vista de la entrada que registro el coso que regenta.
Reportaje gráfico de lo
realizado por Curro Duarte.
Reportaje gráfico de lo
realizado por Manuel Escribano.
Reportaje gráfico de lo realizado por David Galván.
Cosas de la corrida de Gavira.
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