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domingo, 26 de junio de 2016

PRESIDENTES SIN AFICIÓN Y SIN SENSIBILIDAD.

PRESIDENTES SIN AFICIÓN Y SIN SENSIBILIDAD.
Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.
¿Qué hay que hacer en Alicante, aparte de formar parte de la elite del toreo, para cortar dos orejas en su plaza de toros con presidentes como el que rige la corrida ?
Pues, en la tarde de ayer, ¡Manuel Escribano toreo cuasi a la perfección a sus dos oponentes! Nada más y nada menos que del hierro de Adolfo Martín y, aún pagando con una fortísima cornada de 12-14 centímetros en el triángulo de Scarpa que arranca por completo las venas femoral y safena al tiempo que el testículo izquierdo quedó eviscerado, un incompetente presidente por carecer de afición y por ende de sensibilidad le negó un segundo trofeo en el toro que lo llevó al hule, a pesar de la petición unánime de toda la plaza de Alicante.
¡Como los relojes que fabrique el Sr, García Castell sean tan precisos como él apreciando las faenas realizadas por los toreros ante toros-toros, ¡Apañados estamos!
El diestro de Gerena con tres trofeos, hubiera podido competir en premios con trofeos concedidos a otros compañeros de profesión, que no de estatus, por culpa de estos presidentes, faltos de preparación taurina quienes no contando con el asesoramiento artístico adecuado por incompetente, se aferran a su poder decisorio de concesión del segundo trofeo.
A D. Manuel García Castell le voy a contar una anécdota que puede ser muy ilustrativa:
Conocida mi afición de siempre a los toros y habiéndome “puesto delante” en más de una ocasión en mis tiempos jóvenes en distintos tentaderos con encastes diferentes, después de  tratar diferentes cornadas sufridas por toros bravos en el campo, escrito algún que otro libro taurino, muchos artículos sobre comportamiento del toro y su etología; un conocido trató de "picarme", al final de una de mis conferencias en una peña taurina, comparándome con un señor también aficionado al “arte de Cúchares”, que según su opinión sabía de toros más que yo porque al cabo de la temporada veía todas las corridas de Sevilla, Algeciras, La Línea y las escasas que se corrían en Tarifa.
Mi contestación fue: ¡Mire usted!: “Mi perrillo me acompaña todos los días a comprar el periódico y sin embargo…no sabe leer”
Y es que el sitial de un palco presidencial de plaza de toros no puede ser ocupado por cualquiera; sea Comisario de Policía, relojero o empleado de telefónica, sino que quien ocupe este puesto que es Presidente en Funciones ha de tener, aparte de unos vastos conocimientos - tanto del tipo morfológico (fenotipo) como de comportamiento de los toros según sus encastes-, poder de discernimiento y juicio para valorar lo realizado por el diestro ante el toro y luego un poco de sensibilidad para no herir al torero, hurtándole un trofeo, cuando ha dado todo, incluso hasta casi la vida, por dejar satisfechos a todos cuanto asistimos a ver la obra de arte que trató de realizar con su toreo y que el público en su mayoría supo captar. Únicamente no valoraron lo realizado por Escribano, el presidente de la corrida Sr. Castell y su asesor artístico un tal Ángel López muy empecinado en no conceder el segundo trofeo a quienes seguro que les remorderá la conciencia.
El señor relojero asegura que: “tiembla cuando se anuncian figuras por lo exigentes que son en todo"  ¿no será porque es incapaz de negarles los trofeos? En cambio se vuelve cicatero cuando un torero realiza dos faenas cuasi perfectas (corroboradas por varios profesionales  presentes en la corrida) a DOS ADOLFOS que en nada son comparables con los toros reservados a las figuras sobre el papel, que no en la plaza.
¡Con esa manera de proceder, Sr, Presidente, colabora en la destrucción de Nuestra Fiesta!
Fotografías de la corrida para este artículo. Mañana haré la crónica al segundo de lo ocurrido.