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miércoles, 1 de abril de 2009

LA FERIA DE SEVILLA 2009.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Dentro de dos semanas mal contadas, nos vamos a encontrar con la Edición 2009 de la Feria de Abril sevillana. La que fue creada un 25 de agosto del año 1846 tras aprobar el Cabildo la proposición presentada por Narciso Bonaplata (vasco) y José María de Ybarra (catalán) para que tuviera lugar en los días 19, 20 y 21. Quienes acabaron con la famosa frase de:
“Aspiremos a la gloria de haber empezado esta obra de gran provenir para el país y dejemos a los que nos hereden el honor de concluirla."
Una Feria en principio ganadera- ya que el primer día de la feria, es decir el 19 de abril de 1847 se daba un premio de 4000 reales de vellón al que presentara el toro de cuatro años que pesase mayor número de libras sobre mil. 2000 reales al mejor lote de diez carneros de dos años. 2000 reales al lote de los diez mejores carneros de lana. Premio de 6000 reales para el mejor toro de la corrida del día 20. Y otros 6000 reales para el caballo más veloz de la carrera del 21 de abril- para la que se construyeron dos abrevaderos en San Bernardo y frente al foso de la Fábrica de tabacos a la vez que un café y repostería en la primera ubicación.
Una feria que desde el primer momento contó con la participación taurina en corrida de OCHO toros de las ganaderías de Taviel Andrade y Curro Cúchares para “Lavi”, Juan Lucas Blanco (tres cada uno) y Manuel Trigo.
Y dentro del programa ferial ocupa lugar, más que preferente, la Real Maestranza de Caballería como recinto que albergará el ciclo taurino de importancia vital para el devenir en la temporada de los diestros participantes.
Y volveremos a ver un año más ese cuidado ruedo maestrante cubierto de albero que es una arena procedente de roca sedimentaria de origen orgánico y tono amarillento donde puede verse restos de fósiles y conchas de animales marinos que aportan ese color dorado de amanecer del alba.
Plaza de Toros de la Maestranza de Caballería de Sevilla que es propiedad de esos señores que ocupan los palcos de la izquierda de la presidencia y que año tras año, desde hace casi tres siglos, no faltan a ninguna de las corridas componentes del ciclo ferial sevillano.
En la historia de la plaza hemos de remontarnos a la época del monarca Felipe V cuando acompañado de su augusta esposa Dª Isabel de Farnesio y resto de cortejo real, arribó a Sevilla para ser obsequiado con una vistosa fiesta hípica tan del agrado del rey que, decidió conceder a los organizadores caballeros maestrantes, un privilegio para que pudiesen edificar y conservar un recinto cerrado para en ese lugar dar muestras de sus gallardías a caballo, y que luego sería plaza de toros cuya construcción comenzó en el año 1760 a cargo de los maestros de obra Francisco Sánchez de Aragón y Pedro Vicente de San Martín. Construcción que hubo de paralizarse, con solo un tercio construido, cuando el monarca Carlos III prohibió las corridas de toros.
Esos señores maestrantes, componentes de un Corporación Nobiliaria sevillana, que en número de 230 miembros (de los cuales solo hay una mujer Mercedes Guajardo Fajardo Marquesa viuda de Las Navas de Navarra) mantienen la plaza en sus funciones benéficas, sociales y de fomento del arte ecuestre y apoyo a la tauromaquia y desde el año 1966 galardona a los mejores expedientes de las Facultades y Escuelas de la Universidad de Sevilla y a los investigadores jóvenes en diversas ramas del saber.
Maestrantes que en la cuestión de toros, aparte de ceder su plaza a una empresa para actividades taurinas (de la que perciben el 20,38% de los beneficios totales) patrocinan unos trofeos como premio a los toreros triunfadores de la feria de Abril y mantienen y promocionan la Escuela de Tauromaquia de Sevilla y el Aula taurina.
Y por todas estas actividades se han hecho merecedores, en justa compensación, de numerosas distinciones tales como: la Corbata de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, Medalla de la Ciudad de Sevilla y la Gran Placa de Honor y Mérito de la Cruz Roja Española, al tiempo que la Universidad agradece su gesto de premiar a sus buenos estudiantes e investigadores y les entregó la escultura alegórica a la Fama.
Por todo ello cuando ahora vayan a la Maestranza los que hayan leído este artículo, no pueden dejar de admirar la fachada interior de la plaza representada por el llamado Palco del Príncipe, construido en el año de 1765 por encargo del monarca Felipe V para su hijo el Infante de España, Felipe de Borbón. Palco que fuera del recinto está representado, en el paseo de Colón, por la Puerta del Príncipe dotada con decoración marmórea y una verja del siglo XVII procedente de un convento desaparecido. Y justo enfrente del Palco mencionado y encima de toriles está el llamado Palco de Ganaderos con balaustrada de mármol y coronado por un escudo de la Real Maestranza obra del escultor italiano, Augusto Franchy.
Palco del Príncipe que únicamente es ocupado por personalidades de rango real y Puerta del Príncipe que es la salida soñada de los toreros por ser la puerta de los triunfadores de las corridas celebradas en la Real Maestranza de Caballería, si bien en cierta ocasión, 15 de abril del año 1991 también se abrió, a la una de la tarde, en honor del ganadero D. Eduardo Miura Fernández por haber lidiado a su nombre en la Feria de Abril durante 50 años consecutivos con descubrimiento de azulejo conmemorativo.
Y también podremos comprobar la nueva restauración realizada este invierno por la empresa JBA Construcciones Belllido S.A sobre la grada de los Maestrantes con reducción drástica del número de localidades puesto que las diez filas de antes pasarán a las seis actuales con las dos filas de sillas plegables por delante.