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viernes, 16 de mayo de 2008

EL PUNDONOR Y LAS GANAS DE ANTONIO FERRERA EN LA 7ª DE ABONO DEL CICLO SAN ISIDRO 2008.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Saliendo los tres matadores a la vez del patio de cuadrillas, se dirigen a sus puestos respectivos de antigüedad para iniciar ese paseíllo que acabará cumplimentando a D. Trinidad López- Pastor Expósito.
Luis Francisco Esplá (tabaco y oro).
Luis Miguel Encabo (blanco y oro)
Antonio Ferrera (verde hoja y oro).
Detalle para el recuerdo: Luis Francisco Esplá vistió un traje de hombrera ancha y muy recargadas de oro en el delantero, de la chaquetilla.

Sale el primero de nombre Rey marcado con el nº 41, nacido el 11 del 02 de capa castaña y con 530 kilos de peso.
Esplá lo recibe por verónicas sin ajuste, pretendiendo hacerse con él. No lo consigue. Por el contrario el toro sale suelto.
Cuando Esplá trata de llevarlo a la jurisdicción de su picador, Aurelio García, el toro no ve caballo pero si demuestra afectividad por un banderillero al que persigue con peligro.
Cuando por fin se fija en el caballo, se va pronto por él y el piquero se agarra arriba.
Mientras el matador trata de fijarlo, el toro se va nuevamente a por el caballo y el picador se limita a señalar el puyazo.
Encabo hace su quite, pero el toro no quiere telas. No obstante Encabo le administra un par de chicuelinas. El toro se va. Una nueva chicuelina y sufre a la salida una voltereta.
El tercio de banderillas es llevado a efecto por los tres espadas banderilleros. Esplá, cómo titular del tercio, toma tres pares con colores de papelillos diferentes que entrega a sus dos compañeros de terna.
Por delante va Encabo quién a toro pasado clava arriba.
Sigue Ferrera, quien prende arriba un par espectacular.
Cierra Esplá con un par arriba.
La faena de muleta la comienza Luis Francisco Esplá con un pase contrario y otro natural que al efectuarlos por bajo hacen que el toro pierda las manos en los dos. Continúa con otros dos por ambos lados tras animar a que el toro embista con la voz.
La muleta en la mano izquierda. Comienza con dos naturales ayudados con el estoque simulado. Se retira del toro. Otro natural ayudado.
Como el viento ha arreciado en intensidad, se va a cambiar de muleta. A la vuelta saca al toro a los medios con la finalidad de quitarle las querencias de las tablas. Tras lograr dos naturales ayudados, el toro se va a las tablas. En ese terreno logra dos naturales buenos. Otro más de buena factura. Al siguiente, el toro le corta y ha de vaciarle por arriba.
Continúa con la zurda porque Esplá sabe que ese es el pitón bueno del toro. Logra tres naturales buenos que finaliza con un derechazo.
Está entre las dos rayas y en ese terreno logra dos naturales y finaliza con otro de remate afarolado.
A un toro muy tardo en embestir lo va a preparar para la suerte suprema a base doblones para evitar que el toro se le cruce en el encuadre.
En la suerte contraria un bajonazo ignominioso en forma de metisaca que mata al toro sin puntilla recibiendo pitos. Cuando Esplá se encamina a las tablas se le nota contrariado porque no era esa la intención en la estocada.

El segundo de su lote es el cuarto de la corrida. Lleva el hierro de la Dehesilla, el nº 161 se llama Sobrino y pesa 613 kilos. Ha nacido el 12/02.
Esplá se pelea con él en los lances de recibo que van por bajo, para seguidamente, al ver que no lo doblega, sacarlo con lances por la cara, hacia los medios con un capote de reverso azul donde en vez de su nombre pone MIO.¡Las cosas de Esplá!
Con maestría lo lleva al caballo que monta Teodomiro Caballero el cual se agarra arriba.
La segunda entrada la lleva a efecto, su peón Juan Rivera. El piquero se agarra arriba mientras el toro no se emplea.
Encabo hace su quite a base de un solo capotazo simulacro de verónica. Viendo el escaso lucimiento que el tercio de banderillas le podía proporcionar, Esplá no toma los palos, por lo que suenan algunos pitos.
En banderillas, destaca Domingo Navarro que pone dos buenos pares.
Como no brinda, Esplá se deja puesta la montera y comienza doblándose con torería para acabar con un pase de pecho con la derecha.
Con la muleta en la mano derecha, dos redondos. Al tercero el toro se le ciñe.







Una serie de tres que abrocha con el de pecho. Aplausos.
Otra serie de tres buenos que remata con un recorte.
La muleta ahora en la mano izquierda: Tres naturales buenos, a pesar de que el toro se queda corto, que abrocha con el pase de pecho. Recibe aplausos.
Nuevamente a la diestra en redondos a pies juntos en una tanda de tres que finaliza andando al toro con torería.
Tras tomar el estoque de herir, se va al toro y le instrumenta un ayudado, un recorte y un quiriquiquí.
En la suerte contraria logra media estocada tendida. El toro se acula en tablas.
Pide el estoque de descabellar y tras sacar el estoque de muerte acierta al segundo intento. Aplausos.

El segundo de la tarde, lleva el hierro de José Luis Pereda, se llama Sanjuanero, tiene el nº 18 y un peso de 521 kilos. Un toro precioso de hechuras.
Luis Miguel Encabo le saluda con unas verónicas en las que el toro derrota arriba en el remate por lo que ha de torearlo por la cara sin cruzar, para enseñarle a embestir.
Cuando lo lleva al picador que es Rafael Dasilva Vicente, el toro derriba en la primera entrada, por lo que el encargado de la cuadra colea al toro con cierta exposición.
Nuevamente lo lleva Encabo al caballo para que el piquero en esta ocasión se agarre arriba. Tras cambiar al tercio, Ferrera quita con dos verónicas sin ligar, que remata con una media.
Nuevo tercio de banderillas compartido con rehiletes adornados con los colores de la bandera de España y de las comunidades de Extremadura y de Alicante.
Ferrera va por delante y en corto coloca un excelente par.
Esplá tras quebrar al toro se va por él y clava un buen par.
Encabo un gran par de fuera a dentro.
¡Ha resultado un tercio brillante!
Encabo brinda al cielo. Comienza con un pase por alto. Un redondo que remata por alto. Un pase de tirón para llevarlo al centro del ruedo.
La muleta en la derecha, una serie de cuatro redondos abrochados con el de pecho. Aplausos.








Dos series de derechazos buenos de dos y tres respectivamente rematadas con el de pecho que reciben el aplauso del respetable.
Con la muleta en la zurda: tres naturales buenos de ejecución que no obstante son enganchados en el remate.
Tras tomar el estoque de matar, administra al toro dos ayudados por alto, una trinchera y remata con el pase del desprecio.
En la suerte natural logra una gran estocada de la que el toro dobla. Ovación que le obliga a saludar desde el tercio.

Su segundo que es el quinto de la corrida, se llama Amargado, luce el nº 118, nacido en el 04/03 y tiene un peso de 543 kilos. Lleva el hierro de José Luis Pereda.
Luis Miguel Encabo lo saluda con cuatro verónicas en las que el toro denota falta de fijeza al saltar en los lances y falta de definición en la embestida ya que trata de salir suelto en cada viaje.
Encabo con lances por delante sin cruzar, lo lleva al caballo que monta José Antonio Fernández Lozano, al que el toro no ve a pesar de haberlo dejado cerca, y se va detrás de un banderillero. Cuando el toro ve al caballo se arranca con prontitud y el piquero marra el puyazo.
En la segunda entrada, el picador se limita a señalar el puyazo mientras el toro cabecea haciendo sonar el estribo.
En banderillas auxilia a su matador Julio Campano.
En el primer intento de par, al no estar perfectamente colocado, Encabo ha de salir por pies para que el toro no le “eche mano”.
Con el toro cerrado en tablas, Encabo en el centro del ruedo, se encuentran en un gran par.
En el segundo par el torero le gana la cara y a todo pasado clava arriba.
El tercer par es el mejor de los tres, al entrar por dentro, si bien se le cae una banderilla.
La faena de muleta la comienza Luis Miguel Encabo, doblándose. En los dos primeros pases el toro pierde las manos.
La muleta en la mano derecha para instrumentar dos redondos por alto en los que el toro busca y puntea, quizá más por la falta de fuerzas que por agresividad.
Con la muleta en la zurda instrumenta tres naturales buenos. Al cuarto no aguanta Encabo la embestida cruzada del toro. Se recompone para dar dos más. Otros dos que remata con el de pecho.
Encabo preocupado por buscar terreno protegido del viento. Y una vez allí le roba tres derechazos en los que el toro se queda corto. Al tratar de abrochar con el de pecho el toro se queda debajo y le pone en dificultades.
El torero le anda con arte buscando la igualada.
En la suerte contraria, pincha arriba sin soltar. En la suerte contraria nuevo pinchazo para continuar con otro en la suerte natural. Finalmente en esa misma suerte logra una media estocada tendida y algo caída que le permite descabellar lo que logra al segundo intento. Su labor es silenciada.

El tercer toro de la corrida es un toro muy montado con el hierro de La Dehesilla. Se llama Rinconcillo y pesa 520 kilos.







Como el toro se emplaza, Ferrera se va por él al centro del ruedo donde le administra tres buenas verónicas. A la cuarta se le ciñe peligrosamente, no obstante lo cual abrocha con una media muy buena de ejecución y remate.
Pica Juan Francisco Presumido quien se agarra arriba justo en el momento en que el toro pierde las manos. A la salida el toro vuelve a perder las manos.
En la segunda entrada el piquero se limita a señalar el puyazo.
En banderillas actúan los tres espadas:
Por delante va Esplá quien se va en busca del toro para dejar un par abierto y trasero que arranca algunos pitos de los tendidos.
Encabo logra un buen par entrando por dentro.
Ferrera, también por dentro logra un gran par.
La faena de muleta la inicia por bajo con un contrario, natural, contrario, para una vez el toro fuera de las rayas del tercio de picar, seguir por redondos en una serie de cinco buenos que abrocha con el de pecho. Aplausos.








Repite serie, ahora de seis redondos finalizados con el de pecho. Aplausos.
Entre las dos rayas toma la muleta con la izquierda para conseguir cuatro buenos naturales en los que el toro le busca las zapatillas. Remata con un buen pase de pecho.
Cambio de mano para instrumentar una serie de cuatro redondos superiores que remata con el de pecho en medio de los aplausos del público.
Pases muy toreros para buscar la igualada.
En la suerte contraria logra media estocada en el sitio que resulta ligeramente atravesada.
Tras acularse el toro en tablas dobla pronto y el puntillero acierta en el segundo intento.
Nada más arrastrar al toro se repintan las rayas del tercio de picar mientras el simulacro de banda de música interpreta un pasodoble.

Su segundo y último de la corrida, responde por Tequila lleva el nº 209 y pesa 573 kilos. Es negro listón de capa.
Antonio Ferrera le saluda con seis verónicas ganado terreno en medio de los aplausos del público que se enerva ante la acometividad del toro y las agallas de un torero. En la media de remate el toro mide el suelo por las ansias de coger el capote.
Con elegancia lo lleva a la jurisdicción del caballo de picar que monta Dionisio Grilo, quien se agarra arriba. Lo saca un peón.
En el segundo encuentro, al que Ferrera lo lleva por verónicas y remate de media, el picador se agarra arriba.
El toro está acampanado y su altura es impresionante.
Antonio Ferrera toma las banderillas con los papelillos de los colores de la bandera nacional y pone al público en pie en tres extraordinarios pares de distinta ejecución donde destacan el primero denominado como el del "espejo retrovisor" y el último al quiebro y por los terrenos de dentro, por ser difíciles de ejecutar y conllevar riesgo de verdad.







Tras brindar al público, deja la muleta con mimo en el suelo.
Se aleja mucho del toro y con la muleta plegada en la mano izquierda, cita, aguanta la embestida de un toro que hasta el momento no ha descolgado y mira demasiado.








Nueva serie de cuatro naturales que al abrochar con el de pecho ha de “tragar paquete” pues el toro se queda debajo del pase.
Entra y sale muy bien Ferrera de la cara del toro.
Suda el torero a pesar de que la tarde es fría en Madrid, pero es que hay temperatura en la arena por la embestida fiera e incierta del toro.
Ha estado muy valiente Ferrera, y yo diría que en ocasiones hasta artista a pesar de que algunos inconformistas protestaran determinados pases.








Tras cuadrar delante del toro para ejecutar la suerte suprema Ferrera aplica un toque fuerte con la muleta al toro para que humille, y en ese preciso momento mete la mano, hace la cruz y receta una gran estocada que hace doblar al toro.











Salen pañuelos en petición oreja, que el Presidente debe considerar mayoritarios y por ello concede la oreja, con el correspondiente descontento por parte de El Rosco que en pie protesta la concesión.
Si después de lo visto, Ferrera que al último de la corrida, le dio distancia, reposo y lo remató de soberbia estocada, se ha ido de Madrid sin una puerta grande, difícil lo tiene el ibicenco para cortar el segundo apéndice en este Madrid de mis culpas, donde hay demasiado entendido en esto de la Tauromaquia.