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jueves, 15 de mayo de 2008

TAMPOCO LOS DE CARMEN SEGOVIA SIRVIERON EN LA 6ª DEL CICLO ISIDRIL 2008.

Por LUIS ALONSO HERNÁNDEZ. Veterinario y escritor.

Bajo la presidencia de D. Luciano Briceño hicieron el paseíllo: Diego Urdiales (rioja y oro)
Fernando Cruz (tabaco y oro)
El Capea (verde botella y oro).
No hubo lleno total en tarde amenazante de lluvia.
Toros de Carmen Segovia de procedencia Torrestrella.
El primero de la tarde responde por Chistoso marcado con el nº 33 y con 550 kilos de peso.
Tras la primera verónica de recibo por parte de Diego Urdiales, sale suelto.
Se arranca con prontitud al caballo que monta Bernal quien se agarra caído para rectificar en cuento puede.
Tras quitar Urdiales por verónicas, en la segunda entrada se agarra arriba.
El quite de Fernando Cruz es un coctel de una chicuelina, una verónica y una media de remate.
En banderillas con lidia de Víctor García, parean: Luis Miguel Villalpando y Pablo García que colocan su primera entrada arriba. Cierra Villalpando que ha de entrar dos veces porque en la primera entrada es cortado por El Capea muy oportuno cuando el toro le corta el viaje. En la segunda entrada las deja arriba.
Diego Urdiales brinda al público recibiendo la ovación de agradecimiento.
La faena la comienza a un toro que se arranca de largo con dos pases por alto. Un redondo. Un pase por alto, para alejarse de inmediato y comenzar con redondos.
Un redondo. El toro se para. El viento comienza a molestar. Dos redondos buenos. Al tercero es enganchado. El toro se cae. Remata con el de pecho.
Continúa por redondos con dos buenos por ligazón, ejecución y remate. Abrocha con el el doble de pecho.
Nueva serie en redondo con seis ligados y largos que remata con el de pecho de pitón a rabo.
Con la muleta en la zurda, logra una serie de cuatro naturales que son abrochados con el de pecho en que casi lo tira el toro con los cuartos traseros.
Nueva serie que ha de interrumpir al pisarle el toro la muleta y hacerla un jirón.
Con la nueva muleta sigue con la izquierda en una serie de tres buenos naturales. El último de los cuales, al rematarlo por encima de la pala del pitón, es protestada por el toro. Remata con una trinchera y el de pecho.
Vuelve a la mano derecha recetando una buena tanda de cuatro que abrocha con el de pecho.
Continúa con tres pases por alto que el toro protesta.
En la suerte natural, pincha arriba sin soltar. Nueva entrada en la misma suerte y con idéntico resultado. A la tercera logra una estocada caída y contraria que hace rodar al toro sin puntilla. Es aplaudido y cuando el toro entra al desolladero ha de saludar desde el tercio.

Su segundo, cuarto de la tarde, está marcado con el número 13. El nº que tanto gusta al maestro Chenel. Se llama Dormidito y tiene el nada desdeñable peso de 645 kilos. Es un toro mastodóntico que más que embestir, topa.
Sale suelto de la primera entrada al caballo que monta Manuel Burgos. En la segunda entrada se agarra arriba y cuando tratan de sacarlo cocea.
Fernando Cruz trata de hacer su quite pero desiste, limitándose a meterlo de nuevo al caballo y el piquero nuevamente se agarra arriba.
En banderillas con la lidia de Villalpando, parean Víctor García López y Pablo García con desigual suerte, puesto que el primero deja los dos palos arriba, el tercero de la cuadrilla deja uno solo igual que Víctor que cierra el tercio.
La faena la comienza Diego Urdiales con cinco pases buenos por bajo.
Una vez fuera de las dos rayas comienza por redondos en una serie de cuatro buenos aunque no logra ligarlos. Nueva serie de cinco que abrocha con el de pecho recibiendo aplausos.
Con la muleta en la izquierda una serie de dos ligados. El toro se para. Al tercero le da un fuerte derrote al remate, no obstante remata con el de pecho. Aplausos.
Vuelve a la mano derecha para instrumentar una serie de cinco redondos buenos que remata con el de pecho. Repite serie en número y calidad.
En la suerte contraria logra un estoconazo que propicia una ovación que se prolonga en todo el tiempo que transcurre hasta que el toro dobla. Lo levanta el puntillero al acercarse. Urdiales le saca el estoque para que seguidamente el toro ruede sin puntilla.
Hay una petición unánime de oreja que naturalmente el presidente concede mientras el torero roto por el éxito llora de emoción.

El segundo toro de la tarde está marcado con el nº 78, tiene un peso de 510 kilos y atiende por Cuartelero. De salida, aprieta hacia los adentros.
Fernando Cruz lo saluda con dos verónicas movidas de las que sale suelto.
Con lances por delante sin cruzar, lo lleva al caballo que monta Pedro Iturralde quién en el primer encuentro le tira la vara bien, pero el toro hace un extraño por lo que marra. Ha de trabajar a un toro que sale suelto del primer encuentro y tras agarrarse bien arriba en el segundo, vuelve a salir suelto con dos coces de propina. En la tercera entrada lo sujeta arriba y le tapa la salida con la finalidad de poder acabar el tercio. ¡Una prenda de toro!
En banderillas con la lidia de Juan Bautista Martín, parean con escaso lucimiento a causa de que les corta los terrenos en el embroque, Agustín Serrano y Pedro Muriel. En el primer encuentro, Serrano no deja ninguna banderilla arriba. Su compañero deja 1. El en la nueva entrada otra y así de una en una, al igual que se fabrican, completan un tercio demasiado trabajado para tan escaso lucimiento.
Fernando Cruz ante este regalito no se confía en los pases de tanteo. Al darse cuenta que el único pitón por el que puede conseguir algún muletazo, es el izquierdo se echa la muleta a la zurda para conseguir una serie de naturales sueltos a un toro que no para de gazapera.






Nueva serie de tres redondos sueltos que son enganchados en el remate. Insiste Fernando a un toro que siempre le engancha la flámula en el remate, porque es un toro manso y listo.
Ha de desistir finalmente y tras tomar el estoque de matar, en la suerte natural un pinchazo arriba sin soltar. Otro más en el que recibe un pitonazo en el brazo. Nuevo pinchazo arriba a un toro con poder y mal genio que va por el torero.






La vergüenza torera de Fernando Cruz no le permite atizarle un sartenazo, por eso falla en la suerte de matar.
El toro se acula en tablas y allí le intenta descabellar fallando en los dos primeros intentos por lo que suenan algunos pitos que se repiten cuando el toro dobla. El puntillero lo levanta y por fin Fernando acierta con un descabello.

Su segundo que es el quinto de la tarde se llama Soleá y tiene una romana de 552 kilos. Sale de chiqueros corretón y desdeñando las telas cuando Fernando Cruz le saluda con dos verónicas. En los siguientes tres lances sale suelto.
Cuesta trabajo llevarlo al caballo que monta Rafael Sauco en los dos encuentros, por lo que han de trabajar tanto toreros como picador, que no obstante se agarra arriba.
El Capea trata de aprovechar su quite, demostrando su disposición, por chicuelinas siendo desarmado en el segunda y finalizando, tras recoger el capote, con una revolera.
En banderillas Juan Martín Soto deja una al cortarle en el embroque, lo mismo que su compañero de pareo, Pedro Muriel. Y así de una en una se completa el tercio ante un presidente que cumple el reglamento y retrasa el cambio. Juan Martín en la segunda entrada pasa apuros al ser perseguido.
Fernando comienza su faena por alto en dos pases. Sigue un redondo y otro más sacando el toro fuera de las rayas de picar, donde finaliza con dos pases de pecho que son aplaudidos.
Con la muleta en la mano derecha dos redondos. El toro se le para en medio del tercer pase. Lo aguanta. Tres redondos más y finaliza con el de pecho. Es aplaudido.
Sigue con otras dos tandas con la mano derecha en la que ha demostrado firmeza ante un toro que le busca de continuo.
La muleta en la mano zurda para instrumentar una serie de seis naturales sueltos donde sufre coladas continuamente.
Continúa con la mano derecha para lograr robar tres derechazos que abrocha con el doble de pecho.
Vuelve a la zurda en su afán de remontar una faena imposible. Dos naturales y al tercero el toro va por él.






En la suerte contraria logra una estocada con gran exposición que lo tira sin puntilla.
El tercer toro de la corrida tiene cinco años. Atiende por Boticario está marcado con el nº 43 y pesa 547 kilos.
El Capea lo saluda con unas verónicas que resultan enganchadas por un toro que derrota en el remate y va con las manos por delante.
Tras llevarlo al caballo que monta Ángel Rivas, el toro romanea mientras el piquero se agarra arriba.
En la segunda entrada acierta en el sitio de colocar la puya.
En banderillas con la lidia de Zamorano, parean “El Ruso” en dos buenos pares que le proporcionan el desmonterado y José Andrés González que deja un palitroque arriba.
El Capea comienza su faena con dos pases por alto. Continúa por redondos en una serie de dos instrumentados de uno en uno. Dos más buenos. El tercero lo vacía por encima de la pala del pitón y el toro protesta. Abrocha con el de pecho que resulta enganchado.
Por naturales consigue dos lentos porque el toro embiste con esta cadencia. En el último está a punto de coger a su matador.






Continúa por redondos sin que la emoción llegue a los tendidos por la falta de colaboración de su oponente.
Ante tanto infortunio se decide a entrar a matar lo que hace en la suerte natural logrando un pinchazo sin soltar. Entra de nueva en la misma suerte y pinchazo que el toro escupe.
Cambia de suerte y en la contraria logra una estocada con habilidad que hace que el toro doble. Toro difícil porque media mucho y cabeceaba de continuo.

Su segundo que es el último de corrida, se llama Castizo, es un toro salpicado que pesa 619 kilos.
No se fija en los lances que El Capea le ofrece.
En estas condiciones lo lleva al tercio más importante de la lidia. Al caballo que monta Manuel Vicente García quien se agarra arriba a pesar de que el toro no humilla y aprieta con la cara por las nubes.
Tras llevarlo a la segunda entrada, el piquero se agarra arriba pero se limita a señalar el puyazo.
Diego Urdiales aprovecha su quite en forma de dos delantales, abrochados con una media verónica.
En banderillas con la buena lidia de El Ruso, parean Zamorano que pone dos buenos pares sobre todo el segundo en que el toro le corta el viaje y José Andrés González que pasa apuros serios.
El Capea comienza su faena por alto en dos pases que abrocha con dos de pecho.
La muleta en la diestra por redondos en serie de tres ligados en los que el toro le aprieta y El Capea lo quiebra.
Continúa por redondos en secuencia siguiente: Uno suelto. El toro se para. Dos ligados. Dos más rematados con una trinchera. Tres redondos rematados con el de pecho. Pitos.
La muleta en la zurda: Un natural bueno. El toro se para. Dos naturales buenos y ligados. Dos más sueltos. Otro más largo y bien realizado. Desplante. Recibe palmas.






Con la muleta en la derecha: Dos redondos, buenos ejecutados tras realizar el péndulo entre los pitones. Dos más buenos y un arrimón que el público agradece, si bien suenan los pitos de los disconformes.






En la suerte contraria espadazo metiendo la mano con habilidad. El toro se acula en tablas. Pide el descabello. Falla en tres ocasiones y suena un aviso. Falla la cuarta y acierta a la quinta. Los aplausos de sus allegados.