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martes, 15 de enero de 2008

El diestro José Tomás en decisión impensada había decidido "cortar su temporada" e irse de los toros por tiempo indefinido.
Sorprendió a todo el orbe taurino.
Escribimos el artículo que, ahora actualizado, reproduzco a continuación



EL RETIRO DE JOSE TOMAS.

Por LUIS ALONSO HERNANDEZ. Veterinario y escritor.



¿Qué les pasa a los pordedantes de Enrique Martín Arranz?.

Pregunta que nos hacemos, porque revisando hechos pasados, resulta que: el de “a caballo” (en ese momento apoderaba a Pablo Hermoso de Mendoza) tras incidentes con el empresario Herrerías cambió de “cuadra” (perdonen el término boxístico) y se fue con un trust, y los de “a pie” (llevaba a "Joselito" y a José Tomas): el de más tiempo en la casa, se tomó un “año sabático”, mientras el más moderno, parece que se retira definitivamente tras un contrasentido como es el querer hacerlo, tras dos actuaciones, en la plaza que regenta el mayor enemigo de su apoderado.

¿Lo entienden ustedes? ... Yo...tampoco.

¿Problemas en su apoderamiento?. No creemos que sea esta la causa, máxime cuando J.T le dio “vara alta” en sus decisión de no “bajarse los pantalones” ante la televisión de sus corridas en directo, aún a costa de grandes pérdidas económicas. Además...si algún apoderado defiende los intereses de sus toreros, preocupándose al máximo por todos los detalles aunque tuviera que pelearse con el mismísimo “Cúchares”, ese era y es el señor Martín Arranz
De ahí que tengamos que buscar “otras causas” en esa decisión del torero de las “cero pulsaciones” y de la “máxima concentración”.

¿Podía haber sufrido algún desengaño derivado de la falta de reconocimiento a su labor?. Pues... él era consciente que sus faenas, mejor o peor rematadas, las realizaba en ese difícil terreno que no pisaba ninguno de sus compañeros y, luego el premio la mayoría de las veces, no estaba acorde con sus merecimientos.
Recientemente asistimos a negaciones absurdas de trofeos en plazas de Coruña, Málaga y a como en Valladolid, mientras a su compañero de terna, que toreó despegado y de mentira en “faena derechista” se le aclamaba con voces de ¡¡Torero!!, ¡¡Torero!!, a él en “faena natural y expuesta” se le aplaudía solamente, debido a que los buenos aficionados cada vez abundan menos.
¡¡Indudablemente que ello debe pesar en el ánimo de un artista!!

¿Podía estar afecto de perturbación angustiosa de ánimo por un riesgo real en este caso (puesto que pisaba terrenos peligrosísimos) y que le habían llevado a sufrir dos graves cornadas en esta temporada?. Podía ser, ya que como "Faico" torero sevillano dijo en cierta ocasión:
“la sangre que se va por las cornadas es la sangre de los valientes y la que queda y se repone es la de los cobardes”.
¿Podía estar hastiado de tanto viaje, de tanto ajetreo, de tanta exposición, de tanta expectación, de la responsabilidad de llevar detrás de él a toda una “corte celestial” que le aconseja y limita libertades? Es posible que haya decidido poner fin a tanto misterio como le rodea o que ya no disfrute en el ejercicio de su profesión. ¡Es posible!.
¡Cualquiera sabe lo que puede haber pasado por su cabeza!. Lo cierto es que últimamente su cara era inexpresiva semejante a la del “Rey pasmado” de Torrente Ballester aunque tal vez la motivación sea distinta. Estaba como “ausente” y en el paseíllo se adelantaba excesivamente a sus compañeros de terna como si tuviera prisa por acabar cuanto antes con la “tarea de ese día”.

Lo lamentable es que con su ida de los toros, ha frustrado a muchos seguidores (catadores de lo bueno) al habérseles apagado la “única llama de toreo puro y en el sitio” que mantenía la Fiesta viva., porque José Tomás es torero poco comunicativo, pero al aficionado lo que le interesaba era esa quietud, esa despedida del burel a base de brazos acompasados, esa “zocata” que en la interpretación del pase natural sublimaba por su pureza y....ese “pasarse el toro tan cerca” que acongojaba al "respetable" emocionado.
Pues habrá toreros que entretengan por ser “más largos” de conocimientos y que por ello luzcan más en cualquier momento de la lidia, pero torero que, tanto de capote como de muleta, llegue al fondo del espectador, le emocione, le asombre, le deje estupefacto, ese... ¡solo hay uno en la actualidad y ese es José Tomás! porque compite consigo mismo abogando por la naturalidad del toreo causa por la que basa sus faenas en la mano izquierda que es la ¡mano de la verdad! Al prescindir de la ayuda que el estoque simulado representa. Naturalidad en poder al toro, cogiéndole adelante y llevarlo a la cadera para rematarlo sin preocuparse de lo que pueda pasar durante el trayecto. Naturalidad sin alardes de posturas y sucedáneos del toreo.
Se nos va sin decirnos la causa una gran figura del toreo que seguro que sí sabrán sus allegados, su jefa de prensa y un periodista deportivo quien, por descontado a nadie contará la verdadera causa.
Una sola persona estará tan contenta con su decisión, su santa madre que también merece vivir sin tanto sobresalto.
Aunque hayas dejado a la Fiesta huérfana de arte. Disfruta de la vida, de tus amigos, y de tus posesiones ganadas a ley. ¡¡TORERO!!
LOS PRESIDENTES DE LAS CORRIDAS DE TOROS.

LUIS ALONSO HERNANDEZ .Veterinario y escritor.

Con demasiada frecuencia estamos asistiendo a un protagonismo desmesurado por parte de ciertos Presidentes de palcos de cosos taurinos, al negar sistemáticamente la segunda oreja por tomarse demasiado "a pecho” ese artículo del Reglamento taurino que le faculta como único capacitado para su concesión.
De nada vale que el público asistente, demasiado torerista en la actualidad, saque con reiteración y constancia sus pañuelos o almohadillas blancas (proporcionadas por la empresa, pero solamente en cuanto a color se refiere) solicitando los máximos trofeos. Este señor, único que en los tiempos actuales goza de una presidencia en funciones, debe creerse infalible en cuestiones taurinas y no hay manera humana posible de que conceda trofeos anexos a lo que su conciencia taurina le haya dictado.

Hemos tratado de analizar el por qué de estas negaciones y sinceramente no encontramos explicación. Si no conceden trofeos, es seguro que serán denostados por los empresarios de los cosos de su presidencia ávidos de que la prensa "cacaree" los trofeos conseguidos que, redundarán en el éxito artístico de su ciclo taurino. La escasez de trofeos, cicateados por estos presidentes, no les proporciona ningún favor en sus relaciones con los propietarios temporales del recinto donde se celebra el evento.
Hemos podido constatar, desde nuestro puesto de asesor veterinario, que temen demasiado a las opiniones de la “prensa especializada” que, al igual que ellos, siempre ven lo malo que haya podido haber en la labor del diestro en su afán de creerse más “papistas que el propio Papa” en su ególatra sapiencia taurina. Por eso niegan los trofeos para, como ellos dicen: “no salir en los papeles” y disgustar con esa benevolencia mal interpretada a su Jefe Superior que es quien en verdad manda y decide sobre su presidencia. Hay que ser “duro” en las concesiones para demostrar a su superior que es hombre de opiniones recias y defensor a ultranza del orden establecido, aunque a veces seconvierta en el principal instigador de la alteración de orden público que tanto salvaguarda.
En el caso de no pertenecer al Cuerpo Superior de Policía, siempre hay alguien por encima que trata de llevar a la plaza de toros al umbral máximo de dureza (en cuanto a concesión de trofeos) por eso de que da categoría a la feria al menos para los “puristas del arte” que son los que no ven nada bueno sobre el albero.
¿Para qué sirven esos cursillos que anualmente celebran y que tienen como fin primordial el “aunar criterios”? Creo que para poco, pues mientras unos conceden “la Biblia celestial” otros parece que la concesión de un trofeo es como si de su oreja se tratara. Ni que hubieran visto el corte de oreja que un toro de Domecq propinó a Daniel Ruíz cuando saltó al callejón de la Plaza de toros de Valladolid, en una feria de los 90.
Hace unas temporadas han sido criticados (no sin cierta razón pues hemos presenciado los ciclos taurinos) los presidentes de los palcos de las plazas de toros de Coruña, Málaga y Bilbao, que han sido de lo más cicatero en cuanto a concesión de trofeos legalmente ganados por los lidiadores, pero son muchos los intereses creados que imperan en este mundo de los toros y..... en ocasiones “hay que ser bien mandados” para prestigiar una feria que de antemano estaba confeccionada para un ganador y cualquier trastoque “daría al traste” con el fin buscado desde el día de la confección de los carteles.
Muchas veces he pensado si estos “barros” no vendrán de “aquellos lodos” que tanto revuelo causaron en aquel, lejano ya, 22 de mayo del año 1972 cuando un Presidente de nombre José Antonio Pángua ordenó cortar el rabo de “Cigarrón” y hacer que el alguacilillo de Madrid (vestido a base de un engendro con trastoque de épocas y usos) lo depositara en las manos de Sebastián Palomo Linares.
Por lo que se vio, Pángua había cometido la “mayor blasfemia” contra la “sacratísima cátedra critico-taurina de las Ventas” y que antinaturalmente pagó con la salida de la Presidencia.
(Con posterioridad otros fueron cesados, aunque por motivos diferentes).
Todas las plumas en posesión de cualificación crítica se cebaron con el “transgresor de la tradicción” salvo Alfonso Paso que le defendió en un articulo en el periódico “El Alcazar” y que el comisario Pangua agradeció en forma de carta que el mismo diario publicó bajo el título de: ”Gracias don Alfonso” y que me voy a permitir el lujo de reproducir al considerar que no tiene desperdicio.
¡Va por ustedes!

“La sociedad de consumo ha construido una selva, cuidando de eliminar a la fauna noble y valiente y dejando como amo y señor al sapo. Y el sapo es el que impera en todas las actividades y como sapo se comporta. Mancha todo lo que toca y lo impurifica con su hedionda baba. Y no digamos donde llega esta impurificación cuando el sapo coge un lápiz aunque sea de dos pesetas y le da por escribir. El sapo es cobarde y asqueroso. Le salva su pervivencia en esta ultima cualidad: nadie quiere mancharse el zapato para aplastarlo”
Tras este párrafo agradece que don Alfonso haya interpuesto su escudo entre él y la banda de los sapos al igual que San Jorge – un santo que también ha dejado de serlo- lo hiciera con el dragón legendario.
Luego asegura que: "estos barbilampiños (críticos taurinos que se metieron con él) ganan más de 200.000 pesetas al mes (de las de los años 70) y que por ese dinero el que podría hacer las crónicas es el “simpático y cordial Marqués de Lozoya” recientemente cesado en el Instituto de España. Y sigue diciendo que “estos sapos escupen y escupen sin cesar como sus antepasados lo hicieron al rostro del rabí de Galilea”.
En el “segundo tercio” de la carta, el señor Pangua dice que se va a reír y dice: “el mejor antídoto contra la baba del sapo es la carcajada”. "Ahora fuera del mundo taurino voy a reírme. Y mi venganza es esa: REÍRME".
"La vida de los sapos durará hasta que Mariano Medina
(el hombre del tiempo en aquellos tiempos) anuncie “sequedad del vivir honesto”. Y cuando esta llegue la piel de los sapos se resquebrajará. Por las aberturas sangran sus vísceras".
Y sigue: “Don Alfonso, usted es periodista y le ruego que le diga a D. Torcuato Luca de Tena que regrese pronto de su viaje pues como tarde mucho el heredero de la silla de D. Antonio Díaz Cañabate que ya cree estar sentado en ella, va a dejar la sección taurina peor que dejaron a doña Ana de Pantoja”.
“Don Alfonso, dígale a D. Emilio Romero que pula el mal estilo de su crítico favorito”.
“Don Alfonso diga a D. Gregorio Marañón Moya que no haga el caldo gordo a los audaces que le rodean, pues el Colegio de Presidentes y Asesores sería un verdadero “gangs” que convertiría la fiesta en el Chicago de los años 20 pero con Alcapones antipáticos y sosos. A mí el verdadero Alcapone me resulta simpático...